XV El beso de Zara

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Guardé el celular en mi cartera que se encontraba entre Zara y yo, sin prevenirlo, ella bajó su mano hasta la mía y la entrelazó. Alcé la mirada hasta sus hermosos ojos y el tiempo se congelo por un instante. Unos magníficos segundos. Claro, Liz y su amiga estuvieron viéndonos, pero a Zara no le importó, eso fue lo mejor.

Puede que yo le guste, fue lo que pensé, luego hablaría con ella.

Volví a la realidad, una no tan bonita realidad.

Solté su mano porque sentí las miradas de las amigas de Zara clavadas en nosotras, estuvieron viéndonos como si hubiéramos hecho algo terrible. Zara solo soltó un suspiro ignorándolas.

El timbre que indica que el receso da por terminado, sonó. ¡Me salvo la campana! Antes de que nos retiráramos, Liz le dijo a Zara “luego hablamos”, con una mirada que fulminaría a cualquiera, llena de rabia. Ellas se fueron muy rápido botando humo, algo gracioso. Nosotras nos miramos al verlas irse y reímos, creo que ambas pensamos que Liz fue muy graciosa en su papel de chica enfadada.


- ¿Porque hiciste eso? Liz podría molestarse… O ya lo está.  –le pregunté mientras nos dirigíamos de vuelta a nuestro salón.
- Ella no tiene por qué molestarse – respondió sonriendo. 
- Ah…–asentí sin entender.
- Aun no me dejas explicarte, ¿podemos conversar en el S.S.H.H? – preguntó pasándose la mano por su cabello. Típica reacción de nerviosismo.
- ¿En el baño?- reí por ello.
- Es que…
- Ok vamos – le dije empujándola cuidadosamente.

Durante el pequeño recorrido hasta los servicios no dijimos nada. Traté de hablar con ella pero la noté ida, supuse que pensando en lo que quería explicarme, así que no la interrumpí. Al ya estar dentro de los s.s.h.h, ella cerró la puerta para que nadie entrara y escuchara. Creí eso.

- Y bien…– por alguna extraña razón me sentí nerviosa, muy nerviosa.
- El día que me viste con Liz… hum…¿cómo te explico…? –ella arrecostada en la pared miraba hacia el techo buscando las palabras adecuadas.
- Pensé que ya sabias que decirme – le dije riendo.  Se acercó a mí y me cogió las manos, hizo que mi corazón comenzara  a latir a mil, luego me miró con dulzura, respiro muy hondo como si estuviera a punto de decir algo, pero no, solo se alejó.

- Sí, ese día ella había llegado a la universidad,  yo no la veía desde hace mucho…  así que faltamos a clases y fuimos a conversar. Ya te había contado que es  mi ex, me dijo que aún no podía olvidarme, que la… perdonara por haberme dejado. Yo pensé que aún estaba enamorada de Liz pero… al besarnos… me di cuenta de… que no sentía nada por ella.
- ¿Nada, nada? – pregunté esperando a que respondiera “nada”. 
- Ajá. Nada –dijo mirándome.

Mordí mi labio inferior, volteé para sacar toallitas y simular secarme las manos, a pesar de no habérmelas lavado. Sí, fue algo tonto. Sonreí, una enorme sonrisa apareció en mí. Estuve feliz de haber escuchado decir aquello, pero no quería que ella lo notara. Al instante la sentí detrás mío, sentí sus brazos acercarme a ella. Quede helada, disfrutaba estar en sus brazos, me sentía tan bien a su lado.


- ¿Que significó ese…“te quiero” de ayer? – pregunté por fin, me mataba la curiosidad.
- Que  Te quiero – respondió, pude sentir su aliento cerca de mi oreja.

Giré para verla, para ver esos hermosos ojos en los que siempre me pierdo, y me gusta, para ver tras ellos sus sentimientos por mí. No pude evitarlo, no aguante más, me acerqué tímida a ella, apretando las manos, con la respiración agitada, cerré los ojos y uní mis labios a los suyos. Al segundo, esperé a que me respondiera, tuve miedo de que no lo hiciera… por suerte no fue así, pude sentir sus labios entreabriéndose, contestando a los míos, llevando el mismo compás, sentí de nuevo sus manos lentamente pegándome a su cuerpo, iban de mi cintura hacia a mi espalda, apretándome hacia ella, como si quisiera unir nuestras almas, hacerlas una sola.  Sus labios suaves y dulces no dejaban de besarme y era lo que menos quería hacer. Sellamos ese momento con un beso apasionado y abrasador.

Enamorada de una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora