Pequeño Niño Arquero

5.2K 182 58
                                    


- ¿Listo? - Pregunto Nathan frente a Max, sus ojos verdes fijos en los azules del brujo.

Max asintió con determinación.

Los labios de Nathan se curvaron en una sonrisa. - Intenta no desaparecer tanto esta vez.

Max sonrió. - No prometo nada.

Un segundo después el joven brujo se envolvió así mismo con un casi imperceptible manto de magia, su cuerpo desprendía un tenue brillo azul.

Max miro a Nathan y este se encogió de hombros. - Diviértete, Bane.

Y Max dejo el suelo con insólita velocidad, su cuerpo despego ferozmente hacia el cielo, Nathan corrió hacia su confiable amigo corcel, en un salto ágil y con gracia le monto. - Vamos. - Le dijo al caballo divertido. - No dejes que nos gane esta vez.

El corcel relincho y se precipitó a gran velocidad hacia las nubes detrás del brujo.

Max se percató de sus nuevos acompañantes aéreos y lo tomo como un reto, su velocidad aumento al doble haciendo que Nathan presionara a su caballo para alcanzarlo, Max subió y subió sin disminuir la velocidad, su cuerpo brillante atravesó una prolongación de nubes en donde se perdió de la vista de Nathan, cuando este entro y salió de la nube se topó con Max parado en el viento, Nathan se sorprendió y tuvo que forzar a su caballo a detenerse en seco, Nathan tuvo que sujetar con fuerza la rienda para no caer después de la detención abrupta.

Max se rio de ese último movimiento no tan grácil de su amigo. - Lo siento, - Le dijo. - Pero creo que esto es algo que deberíamos ver.

La visión del horizonte era deslumbrante, espectacular en el sentido de belleza absoluta, el sol naranja en su totalidad redondo parecía estar a unos cuantos metros de ellos, las nubes parecían estar hechas de un dorado opaco que creaba la ilusión de islas, islas flotantes, perecía una imagen de otro mundo, Nathan lo noto.

- Impresionante. -Dijo hipnotizado por la imagen.

- ¿Nunca habías visto algo como esto? -Pregunto Max curioso.

- No.

- Has volado un tercio de tu vida. - Dijo Max señalando a Blanco, su caballo. - ¿Por qué?

- Nunca había necesitado subir tanto. - Dijo en un tono que sonaba a reproche.

- No creo que se necesite una excusa para hacerlo cuando puedes hacerlo.

- ¿Eso te lo enseño Magnus Bane?

Max rio.

- Tal vez un incentivo. - Dijo Nathan, sus voces sonaban claras sin ningún esfuerzo a pesar de la altura. - Y hasta ahora encontré uno.

Max no aparto su mirada del sol frente a ellos, sabía que si dirigía su vista hacia Nathan este le estaría dedicando aquella mirada que le hacía subir la sangre a la cabeza. Max no quería eso, no necesitaba eso, ahora necesitaba mantener la concentración en su magia para seguir manteniéndose en el aire.

Además, Nathan no perdía la oportunidad para coquetear con él, esa mirada había estado desde hace dos años cuando se conocieron, seguiría ahí en muchas ocasiones más.

Aunque tenía que darle crédito, la idea de Te seguiré a donde sea era bastante romántica, usada en muchos comics y mangas, que era el único conocimiento que Max tenía con respecto al amor.

Max rio internamente por sus pensamientos. - Que lastima. -Dijo finalmente mirando a su amigo, confiado en que su comentario le había desvanecido su mirada audaz. - Que te sea imposible alcanzar tu incentivo.

Guerra FríaWhere stories live. Discover now