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Tom notó que marco estaba sedado o dragado, pero cualquiera de las dos le servía, no quería que el chico pusiera mucha resistencia, después de todo lo único que más quería en el mundo era poseer al humano de la manera más tierna posible.

-oye, ¿me escuchas? - le acaricio el rostro - dime, ¿qué es lo que más te duele?

- a...aquí - dijo el chico mostrando su nuca - la sacerdotisa di...dijo que solo tu podrías parar el dolor.

- y es verdad - se acercó a la nuca de marco y comenzó a lamerla lentamente – así que si quieres sanar debes obedecerme y no poner resistencia, así no te dañare, ¿ok?

- ok, so...solo has que pare el dolor – suplicó llorando, ya no soportaba más el dolor.

El demonio comenzó dándole un beso lento pero profundo a marco, sus lenguas se entrelazaban en un vals interminable de caricias. Las manos de Tom bajaban para encargarse de la ropa de marco, lentamente, arrancando la camisa para poder jugar con eso botones que poseía en el pecho, uno a cada lado.

Las sensaciones, los movimientos de sus manos, su respiración, todo le pertenecía a Tom. Marco se sentía un completo inexperto en manos de un verdadero maestro de los actos sexuales, y es que de su casi nula experiencia proveniente de videos porno y la masturbación, lo que le hacía sentir ese demonio era un mundo nuevo y desconocido, uno que le causaba demasiado placer y al mismo tiempo le aterraba.

- aahh - soltó marco cuando sintió unas manos tocando su pecho con mayor presión en las tetillas - no, haa, pa... para - tratando de empujar a Tom - ¿qué haces?

- ¿no es obvio? - respondió el demonio bajando a los pezones para que sus manos pasaran a los pantalones del chico - te hago mío.

- tú... idiota suéltame - tratando de evitar que el demonio tocara su entrepierna - ¡¡SUELTAME!!

- Marcos, en qué quedamos - dijo abriéndole el cierre del pantalón a la fuerza - yo puedo parar tu dolor pero debes obedecer - los ojos del demonio se tornaron blancos - una interrupción más y no seré considerado contigo.

El chico se asustó, esos ojos lo atemorizaban, él no podía hacer nada- ¡ahgm! - gimió marco al sentir una manos acariciando su miembro, una electrizante corriente le llenó de placer el cuerpo, logrando, que con unas cuantas lamidas en la punta de su pene se corriera de inmediato.

- eso fue demasiado rápido, ¿nunca antes te han tocado?

- ahh – jadeando - nunca......nadie.

- eres una monada – se acercó a besarlo y este lo evadió.

El demonio no tomó muy bien esta acción y con enfado llevó su dedo índice a el ano del humano y comenzó a acariciarlo mientras daba pequeñas estocadas, dándole un indicio al castaño de que era lo que seguía a continuación de ese juego excitante en el cual marco se creía prisionero.

- ¡¿uhmmg?!...... ¡¿qué haces ahi?!

- tranquilo, ya te acostumbraras.

-no...haa... es raro, se siente asqueroso – y no metía, la sensación era prácticamente incomoda pero soportable pero para nada placentera.

- por eso te digo que te relajes - subió a los pezones del chico y comenzó a lamerlos.

-no, Tom... para, esto es ra...haa.. - sintió una lengua deslizándose por su pecho.

Marco sentía como los dedos del demonio se movían en su interior, entrando y saliendo, no era una sensación agradable, pero aceptable, además el morbo que le causaba el hecho de sentir algo entrar y salir lograba ponerlo un poco a gusto con la situación - mmm... umhg...- soltó al notar que Tom insertaba en su interior un tercer dedo - To...To...Tom- cada vez se sentía mejor, pero el dolor de su nuca iba y venía.

- ¿sabes?, creo que me he portado bien, me merezco un premio – el demonio acomodó a marco de una manera que fuera fácil de penetrar para un primerizo. Con cuidado lo dio vuelta y levantó sus caderas,

-no, ¡¿qué haces?! Suéltame.

- shu.. – lo silenció – tranquilo.

El demonio puso su pene en el ano ligeramente rosado y dilatado por él mismo, posicionó la punta y le penetró lentamente, sujetándolo de la cintura con fuerza asegurándose de recorrer todo el interior del humano.

- haaa... ...no, n...o más...ahmg ...tom...aaaah - marco no sabía cómo reacciona, la sensación de tener un pene caliente y duro en su interior era demasiado, era doloroso pero al mismo tiempo placentero - no Tom...to...tom...aaaa...se...se siente... - el demonio envistió con fuerza inpulsado por su instinto de recorrer esa cavidad virgen solo suya - haaag, ¿que... que es es...esto?...haa mmmhh... - Tom había encontrado el dulce lugar que todo hombre humano poseía.

- te gusta ahí, ¿o me equivoco? - pregunto el demonio mientras lo envestía más fuerte contra la próstata del chico, dejando notar la burla en su tono.

- no... más lento, no...aaaa...respirar...haaa - el humano ya no podía respirar con clama, sus corazón latía a mil por minuto, en su interior sentía una cosa caliente ir y venir haciendo que su interior se contrajera y la apretara, notando aún más la textura del miembro del demonio lo cual, si tenía que ser sincero, no le molestaba del todo - me... me vengo...aahg...haaa.

- no todavía – Tom no quería que la noche terminara tan rápido. Tomó la punta de marco y la apretó con el propósito de imposibilitar la salida del semen del menor.

- no...por...por favor...ummm...aahg - el rostro de marco estaba rojo, repleto de lágrimas y jadeante, con saliva saliendo de su boca. Tom sintió que dicha escena era un invitación para volver a explorar su boca y sin pensar volvió a besar a marco. Este al sentir la suave textura de la lengua de Tom decidió, por mero instinto, ser guiado por el mayor y obedecer cada acción que esa lengua dictaba con sus roces. Ni una sola palabra, solo las sensaciones eran las guías de marco.

- te dejaré correrte – invistió a marco lo más profundo posible para quedar aún más cerca de él - pero yo me correré dentro tuyo, ¿trato? - dijo el demonio con una sonrisa de satisfacción.

- no... aahgg...nohooo...ammhg - Tom sin aviso acaricia el miembro de marco mientras su seme recorría el interior del chico hasta lo más profundo de su ser. El chico dentro de su trance no pudo evitar emitir un gemido por las sensaciones tan placenteras que el demonio le provocaba al acariciarlo, logrando que el chico finalmente se corriera en las manos del mayor.

-ahg... marco...marco – susurraba el demonio al oído de marco mientras penetraba con fuerte y rápido al humano. Lo amaba, al fin lo tenía, no se arrepentía de nada. Termino por sucumbir al placer dentro de su, ahora, esposo. Era el demonio más feliz de ese castillo.

Sale del interior de marco cansado, la actividad realizada por ambos hace unos minutos no era poco, sin duda merecía sentirse cansado. Al mirar a marco no pudo ocultar una sonrisa de ternura, estaba durmiendo o desmayado pero fuera lo que fuera no le quitaba que se viera hermoso a los ojos del demonio. Le acomodó en la cama con cuidado y le abrazó a él con extremo cuidado - que linda es mi reina......

Mi Reina ¨*TOMCO*¨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora