Obra registrada: 1806067323057
El pasado vuelve cuando menos te lo piensas. Un paso en falso, y todo termina. Los tatuajes esconden secretos, al igual que la vida de la persona que lo lleva. Sólo una persona basta para que los recuerdos vuelvan. Jad...
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Rose termina de quitar el último punto de hilo y confirma que todo está bien. Que no haya ninguna infección ni nada por el estilo. Llevo como un mes viniendo todos los días para que mi enferma privada pudiera curarme los puntos. Era muy incómodo estar en casa sin poder hacer nada, casi. No podía quedarme quieta viendo como los demás me lo daban todo, un poco más y me masticaban la comida para que yo no tuviera que hacerlo. Sobre todo Aiden, que era el que se tenía que despertar por las mañanas y dejarme a Adam en la cama para que, cuando empezara a llorar por su hora de alimentación, no tuviera que levantarme de la cama y cogerlo del moisés que se encontraba junto a nuestra cama. Era muy frustrante. Menos mal que ya no tengo nada y puedo seguir haciendo mi vida tal y como la llevaba antes.
Rose me coloca una crema antibacteriana antes de bajarme la camiseta. Me da el visto bueno y se lava las manos mientras termino de colocar mi falda. Nuevamente, no podía ponerme pantalones ni mallas porque apretaban en esa zona. Sólo podía usar vestidor y faldas. Y eso jodía. Muchísimo. La enfermera me comunica que la hinchazón de mi vientre bajo irá bajando poco a poco hasta recuperar la barriga plana que tenía antes. También me dio unas instrucciones para que no haga esfuerzos y donde, anteriormente los puntos estuvieron, volviera a molestarme.
Le agradezco con una sonrisa, y los tres abandonamos la habitación. Llegamos al coche y acomodo a Adam en el reposa-bebés en el asiento trasero mientras Aiden guarda el carro en el maletero. Me aseguro de que mi bebé esté bien y cierro la puerta. Me siento en el asiento del copiloto y Aiden hace intento de encender el coche, pero sus manos tiemblan. ¿Qué le pasa?
— ¿Estás bien, Aid?
— No, nena. Jodidamente no. Acabo de ver lo más asqueroso del mundo. Acabo de ver cómo le quitaban a mi mujer los puntos por donde nació nuestro hijo. Vi tu lágrima caer justo en el momento en el que sacó el primero y... jamás de los jamases borraré eso de mi memoria, nena. Jamás. No podré olvidar tu cara de dolor antes eso.
— Está bien, Aiden. Eso fue solo el momento. Simplemente me sorprendió el tirón que pegó Rose al quitarlo, nada más. Fue como si me desgarraran la barriga, pero fue eso: la sensación.
— Está bien. Pero, por favor, que el próximo embarazo sea por parto natural. No podría volver a soportar algo como esto de nuevo, no. —Suplica.
— ¿Y quién te ha dicho que va a haber próximo embarazo? Te dije que Adam iba a ser el único y el último. Por mi vagina no sale nadie más.
— Bueno, eso se irá viendo.
— Y tanto que se irá viendo.
Nos adentramos en la carretera, aprovecho ese momento para encender la radio y tomar mi teléfono. Tengo varios mensajes, entre ellos uno de Ana y otro de Lauren. Frunzo el ceño leyendo el último.
''Jade, soy Lauren. Espero que mi sobrino, mi hermano y tú estéis bien. Me enteré de que diste a luz y realmente quiero conocer a mi sobrino. No quiero que me pase como con las gemelas. Espero y no te moleste. Dime cuándo puedo ir a vuestra casa, me encantaría conocerlo lo antes posible. Un beso, Lauren''
