♰ Capítulo 11 ♰

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Observo a través de la ventana del baño la ciudad

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Observo a través de la ventana del baño la ciudad. La mañana está tranquila. Hoy hago doce semanas de embarazo. Justamente tres meses. Mi vientre está un abultado, no mucho. Lo suficiente para saber a ojos de todo el mundo que estoy embarazada. Ya quiero que llegue el quinto mes de embarazo, así podré saber el sexo de mis bebés. De momento, son nuestros 'pequeños cacahuetes'. Salgo de la ducha, colocando una toalla alrededor de mi cuerpo, otra en mi cabello. Observo frente al espejo los cambios que ha sufrido mi cuerpo en estas semanas: mis ojos brillan más que nunca, mis mejillas están más llenas, no tanto, pero sí haciéndome lucir favorecida; mi bajo vientre ha tomado forma y ahora sobresale con una redondez hermosa. Luzco como si tuviera cinco meses de embarazo, pero en realidad tan sólo tengo tres. Dos bebés, doble barriga.

─ Estás preciosa ─Aiden me saca de mi ensueño, le sonrío y observo su cuerpo de arriba abajo. Malditamente apetecible─. Me encanta ver cómo tu vientre crece todos los días, delante de mis ojos. Y sobre todo me encanta saber que mis hijos se están hinchando.

─ ¿Hinchando? ¿Qué son, palomitas?

Río, alejando la toalla de mi cuerpo y procediendo a secarme. Pero no puedo mover un brazo, cuando él ya está ejerciendo la acción que yo iba a hacer. Sin apartar su mirada de la mía, guía mi pierna hasta que queda en su rodilla, la seca lentamente y se detiene cuando está cerca de mi botón de placer, entre mis piernas. Frunzo el ceño. ¿A qué está jugando? Repite la misma acción con la otra pierna. Seca mi vientre, lo besa repetidas veces. Enredo mis dedos entre sus hebras, gimiendo cuando pasa la toalla sobre mis sensibles pechos. Si alguien me hubiera dicho hace cuatro meses que iba a estar así, me hubiera reído en su cara. Lo primero que te hubiera dicho habría sido: '¿Yo? ¿Embarazada? ¡Pero si sólo tengo veintiuno!'. E hubiera enloquecido. Termina de secarme, dejando varios besos en mi cuello, toma la ropa interior que dejé sobre el mueble y me la coloca. Sonríe cuando lo siguiente es ponerme su camiseta, yo sólo me encojo de hombros. Me gira, saca la toalla de mi cabello y toma el cepillo. Varios segundos observa del cepillo a mí, y luce como si estuviera preguntándose a sí mismo cómo comenzar.

─ Puedes dividir el cabello en dos secciones. Se te hará más fácil. O, simplemente, puedes dejar que lo haga yo.

─ De ninguna jodida manera.

Desenreda mi cabello sin esfuerzo alguno. Sin duda alguna, si son niñas, sabrá cómo peinarlas. Él se encargará del cabello de ellas, porque yo ni sé arreglar el mío. Sólo sé peinados básicos: coleta alta, baja y una trenza que luce más como un enredo de cabellos. Sin forma. Casi salto en el sitio cuando escucho el ruido del secador, él ríe pero no tiene gracia.

─ Inclina la cabeza hacia atrás.

Hago lo que me pide, el calor quema mi casco capilar, pero los pequeños masajes que me da me hace olvidar ese detalle. Varias veces besa mis labios, no como un verdadero beso, sino más bien como un breve apoyo. Sonríe, orgulloso, cuando termina. Incluso me ha hecho una trenza, y la hace mejor que yo. Besa mi cien, abrazando mi cuerpo desde atrás, mi espalda pegada a su pecho, ambas palmas de sus manos abiertas completamente sobre mi vientre.

Aiden © (McQueen Mens I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora