♰ Capítulo 4 ♰

53.1K 2.3K 151
                                    

Miro nerviosa el reloj de la pared de la cocina, incapaz de aguantar un segundo más esta ansiedad que corre por mis venas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miro nerviosa el reloj de la pared de la cocina, incapaz de aguantar un segundo más esta ansiedad que corre por mis venas. Esto no puede estar pasando. ¡No a mí! Siempre fui segura en cuanto al sexo, no sé cómo esto puede estar ocurriendo. ¡No estoy preparada! Niego y me giro hacia Ana. Ella está tranquila, echada en el sofá. ¡Por favor, que el tiempo pase más rápido! Llevo mi mano a mi boca, y comienzo a morder mis uñas. Si sigo así, creo que no me quedarán uñas. Con lo que me cuesta dejármelas largas. ¿Podría el tiempo pasar más rápido, por favor? Es lo único que pido. Sólo pido poder ver la raya y confirmar que nada de esto es real. Que no estoy embarazada.

─ ¿Cuánto tiempo ha pasado? ─ Pregunto por no sé cuanta vez. Me recorro el salón de una punta a otra. ¿Cómo es posible que esto me estuviera pasando a mí?

─ Jade, relájate. Sólo han pasado dos minutos. Tienes que respirar. Cuanto más te estreses, más lento para el tiempo. ─ Dice ella, tan tranquila, desde el sofá. Claro, ¡como no es ella la que puede que esté gestando!

─ Ana... necesito saber si voy a traer un bebé al mundo o, simplemente, es un retraso. Entiéndeme que esté nerviosa. No estoy lista para nada de esto. ¡Yo tenía una vida planificada! Joder, ahora todo se ha ido a la mierda.

Sí, mi menstruación se ha retrasado este mes dos semanas. Sé que es común en algunas mujeres, pero no en mí. Yo soy como un reloj. Y menos después de haberme tomado la pastilla del día después. ¿No que esa cosa era eficaz? ¡Y una mierda! Me he convertido en ese 1% a las que no les funciona. Comienzo, de nuevo, a andar de un lado a otro. Estoy más que nerviosa. Observo cómo la manija del reloj cambia a las nueve y cuarto. Mi corazón deja de latir. Es el momento. Suspiro y voy hacia el cuarto de baño. Justamente ahí, hay un aparato que confirmará mi futuro. Lo cojo, suplicando a Dios para que sea negativo. Cierro los ojos, como si eso ayudara a cambiar el resultado, y los abro justo para ver la prueba: positivo. ¡Joder!

Me agarro al lavabo, perdiendo mi equilibrio por completo, sentándome en el váter. ¡Joder, joder, joder! Algunas lágrimas empiezan a caer por mi rostro, sin rumbo alguno. ¿He sido mala en otra vida para merecerme esto? Los bebés son una bendición, pero en mi caso no. No quiero traer al mundo a un bebé indefenso que no tiene ni padre ni una estabilidad económica como para darle todo lo que necesite. No quiero que le pase lo mismo que a mí. Levanto la mirada y me encuentro con Ana parada en el marco de la puerta. Me mira triste, una mirada que dice que me comprende. ¡Y una mierda! Nadie puede comprenderme en estos momentos. Ella seguro adivinó el resultado. Se agacha hasta quedar a mi altura, acaricia mi mejilla para seguido abrazarme. Me aferro a ella buscando consuelo. No sé qué hacer. ¡No tengo nada para darle! Trabajo en un bar de mala muerte por un sueldo que apenas me cubre mis gastos. De ese dinero le doy la mitad a mamá Laura para ayudar en casa.

─ ¿Estás bien, cariño? ─ Pregunta con voz calmada.

─ No ─ Lloro sobre su hombro, incapaz de poder aguantarme más─. Estoy embarazada de un tío que apenas conozco, y no tengo medios económicos para sacar a este bebé adelante. Apenas puedo sobrevivir yo, ¿cómo lo haré con un bebé en mi vida? ¿Crees que eso es estar bien?

Aiden © (McQueen Mens I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora