Halo

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CAMILA POV

- ¡¿Camila, quieres tratar de calmarte?! Vas a terminar partiendo ese perro a la mitad.

- Dinah, no me digas lo que debo o no hacer con él.

Cuando dicen que tener un perro es más fácil que un niño, a veces, lo dudaba. Tal vez sea sólo yo, pero empecé a pensar seriamente en las razones que me llevaron a traer a Leo de casa de mis padres. Dinah susurraba por milésima vez en mi oído mientras caminábamos a Foster Dr en dirección a mi calle, Hayes. La lluvia decidió dar un ligero respiro, pero mi ropa empapada y maquillaje corrido daban indicios de que mi brusquedad se produjo en el momento en que comenzó la tormenta. No sabía qué haría con mi perro, mi deseo era reprenderlo por una semana como castigo por huir. Cuando alcanzamos el número 6455 y Leo reconoció la casa, comenzó a llorar.

- Camila, suéltalo.

- ¡¿Para que este bastardo se escape de nuevo?! ¡Mira como estoy, Dinah! Tuve que cancelar una cena para correr detrás de un perro por tres bloques. ¡¿Te das cuenta?! ¡Tres malditos bloques! ¡En tacones! No sé cómo no se rompió esta mierda.

- Por supuesto, ¡yo tuve que correr detrás de ti! - Ella aceleró el paso para mantenerse a mi lado y dejo escapar una risa en voz alta- Vamos, un baño de lluvia no hace daño a nadie.

- Un baño de lluvia no, pero una tormenta con relámpagos, sí. No sé lo que le dio a este perro, el nunca fue de escapar, especialmente cuando está lloviendo.

Pasé por el portón de la entrada y solté a Leo, que corrió desesperado debajo del techo para protegerse de la lluvia. Tomé la llave de la bolsa y comencé a maldecir aún más cuando me di cuenta que un pequeño charco se había formado en el interior, haciendo que mi celular flotara. Abrí la puerta de cualquier manera y corrí a la cocina, lanzando el teléfono en una olla de arroz.

- ¿Qué estás haciendo?

- Rezando para que funcione, no me puedo quedar sin celular ahora, Dinah.

- Mira, si yo fuera tú, dejaba unos cuantos dólares en la tarjeta para comprar uno nuevo, nunca vi estos experimentos funcionar. Confía en mí.

- No voy aceptar eso, deja de ser negativa. Vamos, dame tu celular un momento.

- ¿Para qué?

- Tengo que llamar Lauren y avisarle que no voy a ser capaz de ir a la cena - me saque el vestido empapado del cuerpo con gran dificultad y lo tiro en la lavadora. - ¿Hazme un favor? busca a Leo y lánzalo en el bañera, voy a darle un buen baño.

- Sabes que él va a tratara de morderme, ¿verdad?

- No hará nada. Ve, ya te sigo yo.

- Bueno, hora de misión imposible - Dinah me dejó el celular en el mostrador de la cocina y comenzó una persecución, que a punto por unos pocos centímetros estuvo de derrumbar algunas de las sillas del comedor - ¡Ven aquí, peste peluda!

Después de explicarle Lauren y bañar a un endemoniado Leo, me senté en la sala con Dinah para hablar de cosas triviales. La lluvia volvió más fuerte y decidimos tomar un vino mientras escogíamos las canciones para la gira europea. No fue difícil estar cómoda con ella, al igual como era totalmente fácil de estar incómoda. Innumerables fueron las veces que Dinah hacia una broma sin gracia sobre Lauren, usando juegos de palabras e inventando escenarios. Cuanta más borracha estábamos, los chistes empeoraban, pero yo estaba divirtiéndome demasiado como para caer en las provocaciones. Terminamos con una botella de vino en menos de una hora y comenzamos a silbar melodías que combinan con el sonido de la lluvia. Desde pequeña yo soñaba con tener una amiga así, pero Dios solo me ha honrado con Dinah desde la universidad.

Our Reflection [traducción] Sin terminar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora