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Zayn golpeaba la carpeta con su lapiz, produciendo un ligero tamborileo que iba acorde al ritmo con el que movía su pierna derecha. A su lado, Avan hablaba sin cesar sobre la película de miedo que había visto la tarde anterior. El chico sabía que Zayn no le prestaba atención, pero parecía no molestarle.

Se conocieron hace un año, el primer día de clases en la escuela secundaria y Avan se pegó a Zayn como un chicle a tu zapato. Quizá era una comparación cruel, pero Zayn juraba que era perfecta. Avan llegó para llenar de ruido su silencioso mundo y aunque en un principio hizo de todo para alejarlo, al final se rindió. El chico no parecía ser malo y compartían algunas cosas en común, además, Waliyha le había dicho que tenía que dejar de ser un rarito asocial o tendría problemas. Zayn no supo por qué, pero siguió su consejo.

—...y entonces mamá dijo que nunca más iría al cine conmigo, pero yo no entiendo por qué, ¿tú que crees?.

Zayn alejó su mirada de la pizarra para posarla en los brillantes ojos café a su lado —Creo que voy a imitar su ejemplo y tampoco iré contigo.

Avan hizo una mueca de clara ofenza —Es muy divertido ir al cine conmigo.

—No si te pasas toda la película hablando, Avan.

—¿Qué tiene eso de malo? —se encogió de hombros —Me gusta hacer comentarios entre escenas.

—Y a mi no me gusta escucharlos.

—Aburrido —Avan le mostró la lengua —Tú y mi madre, son unos aburridos.

Zayn rodó los ojos y no respondió más. Frente a ellos, el profesor de Geografía se  movía de un lado a otro tratando de explicar el porqué de los movimientos telúricos. Avan se pasó suspirando el resto de la clase y distrayendo a Zayn cada que su cuerpo necesitaba liberar energía, hablando. Para cuando el timbre de final de clase sonó, ambos peli-negros salieron a los pasillos en busca de sus casilleros. Avan saludaba a cada persona conocida con la que se cruzaba, mientras que Zayn se limitaba a esbozar pequeñas y fingidas sonrísas.

—¿Estás nervioso por mañana? —Avan picó su costado de forma molesta. Zayn golpeó su mano.

—No. Bueno, sí... quizás un poco.

Avan le sonrió con exagerado y fingido orgullo —Es normal, Zayner —dijo —Es tu primer encuentro oficial.

Zayn no pudo responder, cuando se vió chocando contra el cuerpo de Avan debido a un empujón. Escuchó un coro de risitas burlonas antes de que el capitán del equipo de futbol apareciera frente a ellos.

—Bueno, la vida nos odia —Avan murmuró a su lado.

—Mira nada más a quienes tenemos aquí —Jack cruzó sus brazos sobre su amplio pecho, mientras miraba a Zayn con malicia —El pecesito de pecera y su novia.

—Eres muy original con los insultos, Jack —Avan murmuró irónico.

—Cállate, niña.

Zayn miraba fijamente a quien era su brabucón por ya casi un año. Creyó que tipos como él sólo existian en las historias cliché que su hermana leía en libros o veía en Netflix, pero al parecer se equivocó. Toda secundaria parecía tener su troglodita golpeador. Aunque Jack nunca lo había golpeado, al menos no como él había visto hacerlo con otras personas, Zayn se llevaba los insultos, las zancadillas y empujones. Le daba igual, es decir, tenía muchas ganas de bajarle los dientes a golpes, pero ya había sido advertido sobre eso en casa.

—Me dijeron que jugarás mañana, eh —Jack se dirigió a Zayn —No sé en qué pensaba el entrenador cuando dejó que un sucio Paki como tú entrara al equipo.

Don't Talk to Me  »ziamWhere stories live. Discover now