18.- Disculpas.

38 7 0
                                    

(En multimedia: Elizabeth -mejor conocida como Lizzy)

–Oh –. ¿Y que hay con tu trabajo en el hospital? –pregunté, ya sentada en el mueble mientras él revisaba mi nevera, o bueno, nuestra nevera.

–Seguiré con eso, pero en las noches, una sí, una no.

Oh, vaya.

–Genial. –Mascullé. Obviamente fui sarcástica pero él no lo notó, él único que nota mi sarcasmo es Josh.

Mierda.

Josh seguía durmiendo en mi habitación.

Oh, oh.

Sin decir nada más subí las escaleras de dos en dos, caminé rápidamente por el pasillo hasta llegar a mi habitación y encontrarme con Josh sentado en mi cama revisando mi celular.

–¿Qué haces? –Pregunté sentándome junto a él.

–Revisaba tus conversaciones. –Me miró y sonrió inocentemente. – Jamás pensé que fueras tan cursi, Jace te está haciendo brujería, ¿Cierto?

–Idiota. –Lo empujé. –Devuélveme eso. – Agarré mi teléfono y lo desbloqueé. Mierda. –¡15 llamadas perdidas y 3 mensajes de Jace ¡¿Y no me dices nada?!

–¿Lo siento? –Alzó sus hombros. Rodé mis ojos y me dispuse a leer los mensajes.

De: J♥

Amor, lo siento por no haberte respondido ayer, me desperté súper tarde y tuve muchas cosas que hacer.

Enviado a las 3:44pm.

Y hoy estuve todo el día con los chicos, no usé mi teléfono, Michelle me dijo que estabas preocupada por mí. Lo siento.

Enviado a las 3:57pm.

Isaa, por favor, responde. No quiero que estés molesta conmigo

Enviado a las 4:11pm

–¡Oh, vamos! Esa es la peor excusa que alguien ha dicho. –Exclamó Josh a mi lado.

–Deja de leer conversaciones ajenas, shu. –Le di una suave palmada en la mejilla, rodó sus ojos y se acostó de nuevo en mi cama poniendo una almohada sobre su cara

–¿Debería responder? –Dudé.

–No. Se desapareció por más de un día, hazlo sufrir un poco, mujer.

–Dijo que lo siente. –Me encogí de hombros y comencé a rascar mi antebrazo.

–Sí, por mensaje, que asco de tipo. Apenas llevan días de haber comenzado una relación y ya está haciendo las cosas mal. –Negó con su cabeza, dando a entender que desaprueba la conducta de mi novio.

–Ay, bien. Tampoco lo insultes así, no es para tanto. –Mentí, realmente me molestaba que se hubiera desaparecido sin avisar y ahora viniera como si nada a decir que lo siente y que "tenía cosas que hacer."

–Cómo digas...

–¿Qué hora es?

–Van a ser las cinco. –Se levantó y se recostó sobre el respaldar. – Oye...

–¿Si? –Volteé a mirarlo.

–¿A dónde vas cuando faltas a clases?

–Yo no falto a clase. –Dije simplemente, y es la verdad, llevaba tiempo sin faltar.

–Ahora no, pero antes faltabas mucho, te saltabas clases, te ibas antes y siempre ponías excusas tontas. ¿A dónde ibas? ¿Qué hacías?

Bien, ya es hora.

Two Ellipses.Where stories live. Discover now