8.- Primera cita.

66 7 1
                                    


(En multimedia: Jace.)

Lean la nota de al final por fa.

–¿¡Ya están listas las palomitas?! – Pregunta Michi como por quinta vez en los últimos 10 minutos.

–¡Ya casi! – grito desde la cocina.

–¡Pues mueve el trasero, mujer! – grita ésta vez mi mejor amigo.

–¡NO ME PRESIONES!–grito para luego concentrarme viendo el microondas. *Tin* Hace el sonido que indica que está listo. – ¡Están listas!

Apenas digo eso, dos chicas y un chico se acercan corriendo como locos a arrebatarme el tarro, mientras que la otra chica –Ángela- se queda en la cocina buscando algo.

–¿Qué estás buscando?

–La sal. –Dice y agarra lo equivocado.

–Pero eso es azúcar, genia. –Digo para alzarme y alcanzarle la sal, siempre le hecha un poco a las palomitas. Ella alza los hombros, restándole importancia y se dirige a la sala.

Se preguntarán que hacen éstas personas en mi casa, pues, es como una especie de tradición que cada mes escogemos un sábado para pasarla los cinco juntos durante todo el día haciendo cualquier cosa que se nos venga a la mente. Este mes, estuvimos algo faltos de imaginación, así que sólo decidimos ver películas en mi casa todo el día y comer mucho. Y no me quejo, estar aquí con mis mejores amigos un sábado comiendo y viendo una película de terror, mientras que Michelle grita por cualquier cosa, Ángela se ríe como una maniática de cualquier cosa sangrienta que pase, Josh intente asustarme cada vez en una parte de suspenso y Nancy se distrae cada cinco minutos gracias a los mensajes de su novio, es un sábado muy agradable, para ser sincera. Seguimos viendo la película por unos minutos más hasta que me doy cuenta de que Michi se ha comido casi todas las palomitas.

–¿En serio ya acabaste con las palomitas? No entiendo como sigues siendo tan delgada.

–¿Ups? –Dice ella para luego reír – ¿Puedes traer el helado? – Sonríe batiendo sus pestañas; ruedo mis ojos y me levanto de nuevo para ir a la cocina. Justo cuando estoy a punto de abrir el refrigerador para sacar los helados, mi celular vibra en mi bolsillo del pijama. ¿Qué? Nunca me separo del teléfono.

– ¿Sí? –contesto sin fijarme en quien es.

–Buenas, señorita Frederick– Escucho a Jace, hablando con un tono formal bastante chistoso. – ¿Cómo está hoy?

–Buenas tardes, señor Wallas. –digo reprimiendo una risa. – Estoy bien, gracias. ¿Usted, como se encuentra?

–Feliz ahora que hablo contigo.

–Basta. –Pongo una mano cubriendo parte de mi cara ya que me sonrojé, aunque sé que no puede verme. ¿Quién se sonroja de un cumplido que le hacen por teléfono? Ah, sí, yo. – No puedes decir ese tipo de cosas si no te tengo a mi lado para abrazarte... o golpearte. –suelto una risilla al final.

Escucho su risa del otro lado y sonrío inconscientemente– No me sorprendería que me hubieses empujado o algo parecido. En fin, ¿Tienes planes para hoy?

–Pue-

–¡ISABELLE, TRAE EL BENDITO HELADO DE UNA BUENA VEZ. MICHELLE VA A COMERME EN CUALQUIER MOMENTO! – Me interrumpe Josh gritando.

–Oh, tienes compañía. – Dice Jace, con un cierto de molestia en su voz.

–Sí, día de chicas... y Josh. – Digo. – No tengo ningún plan para hoy ¿Por qué, alguna idea?

Two Ellipses.Where stories live. Discover now