Cap 15 "Parte 2"

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  -¿Dónde están los demás?-Le pregunté a Agus.
-Te estaban buscando por los alrededores. Pero tranquila, ya les avisé que volviste, y me indicaron que iban a la ciudad más cercana para comprar alimentos y esas cosas.
Se separó de mi y me observó la rodilla lastimada.
-Ven, tenemos que desinfectarte eso- haciendo una mueca, me tomó de la mano y me llevó a la tienda. Julian había desaparecido de allí, se había acomodado a lo lejos y por lo visto hablaba con alguien por su celular. Ugh, no lo mires.
-Cámbiate por algo más cómodo y abrigado y yo te curo la herida- Agus me sacó de mis pensamientos, ¿se imaginan a un Julian, con las actitudes que tiene Agus? Sería en verdad perfecto, pero volviendo a la realidad, no iba a ser así.
Entre a la tienda, me cambie y salí. Remangué mi pantalón hasta mi rodilla y Agus la empezó a curar, ardía un poco, pero yo no estaba prestándole atención, estaba distraída, de vez en cuando miraba a Julian, quien seguía hablando por teléfono. De vez en cuando, uno de los miles tipos de sonrisas aparecían sobre su rostro, saqué por conclusión que debían ser una de sus cuantas conquistas.

Él siempre salió con las chicas perfectas, figura perfecta, rubias, ojos claros, elegantes y populares, ese era su estereotipo de chica, la chica perfecta para él, cuanto más superficialismo encima mejor.
Yo, en cambio, era todo lo opuesto, era una chica corriente, no me consideraba linda, no tenía ese "algo" especial que me destacara, yo pertenecía a otro grupo, no me sentía a su alcance, era inferior.
Cuando comenzaba a pensar en esto, la depresión me consumía y siempre terminaba recordando lo cuanto que extraño a mi hermano Max, como anteriormente había contado, murió en una tormenta.
-Ya vengo, voy a buscar leña para mantener la fogata- me dijo Agus.
Asentí la cabeza apenas prestando atención a sus palabras. Mi mente me estaba haciendo recordar los momentos que había pasado con mi hermano, esos momentos especiales, cuando era más feliz.
La primer lágrima corrió por mi mejilla, y la intensidad iba aumentando.
El primer sollozo salió y me tapé la boca, no quería que Julian me es este estado de debilidad.
Miré y vi que que no estaba lloviendo, entonces aproveché y salí sigilosamente de la zona de nuestro campamento y me senté abajo del árbol de cerezos.
Desde allí no se escuchaban los sollozos que largaba a medida que los recuerdos me acechaban.

Recuerdo uno en especial, un día llegué de la escuela llorando, tenía unos 8 años, y había visto a Julian darse un pequeño beso con una chica, imagínense, ya desde chica sufría por él.
Mi hermano siempre me consolaba.

"Pequeña, no te preocupes por ese chico, el no te merece" Me repetía todo el tiempo.
"Pero, yo lo quiero" Le contestaba siempre.
"Pero él es malo contigo, otras personas si merecen tu amor no él" Me decía.
" ¿Tu me quieres?" Le preguntaba siempre, luego de este tipo de charlas.
"Por supuesto que sí Ori, siempre estaré aquí para ti, te lo prometo" Me daba un beso en la mejilla y me revolvía el pelo.

Pensar en este recuerdo me derrumbaba, lo necesitaba consolándome, a mi lado, como me había prometido.
Otro sollozo inaudible salió de mi garganta, mi cara era una cascada, como la lluvia que había caído hoy.

Lo que no sabía, era que Julian al verla así, había decidido seguirla y se encontraba atrás del árbol, viendo como se desahogaba de su sufrimiento, y esa fue la primera vez en la que se sintió culpable.

No Todo Es Lo Que Parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora