-No. ¿Qué haces aquí? Hay un cartel dentro que aclara "Solo empleados".

Entrecerré los ojos intentando comprenderla, pero pronto logré recordar aquel cartel que no había reconocido lo que decía. -Yo... no pude leerlo - Solté una ligera risa.

Ella frunció el ceño y fijó su mirada en la calle. -Camz- Dije finalmente.

-No me llames así.

-Lo siento. Solo quería saber si eras tú. No te veo desde la secundaria ¿Cómo te ha ido? -Le pregunté intentando entablar una conversación aunque yo no estaba en las mejores condiciones, y solo me sentía cada vez más mareada. Podía notar incluso que tambaleaba un poco, aunque en estos momentos me parecía normal.

Camila río sarcásticamente y volteó a verme otra vez. -Oh, vas a un club, te encuentras a una persona que conocías en la secundaria, y la sigues solo para preguntarle como está. ¿Incluso te importa?

La vi con mis ojos mostrando confusión, y el veneno dentro de mí nublaba mi juicio -Yo no sé. Te vi, creí que éramos amigas. -Con eso solo gané otra risa sarcástica por parte de ella, así que volví a preguntar. -¿Cómo te ha ido?

-Para la mierda, y ¿a ti? - Respondió con una gran sonrisa fingida en su rostro.

-Yo... vaya.. lo sien..-Intenté hablar, pero las nauseas llegaron demasiado rápido que no me dieron tiempo a reaccionar y vomité a un costado mío, sin salpicar a nadie afortunadamente. La chica de ojos café hizo muecas de asco, pero lo tomó con naturalidad como si conviviera con ello cada día. Aunque claro, trabajaba en un bar, debería ser común ver a gente ebria vomitando por todos lados. De un momento a otro me sentía para la mierda, podía notar como mi cuerpo requería un poco de descanso y no sabía cómo dárselo ahora mismo. Camila se levantó y se dirigió a la puerta, pero cuando abrió paso notó que estaba cerrada. -Genial, cerraste la puerta. Esta es una de las razones por las cuales solo pasan los empleados.

Intente disculparme nuevamente, pero no podía moverme, era como si me estaba desconectando de mi fuente de energía y lentamente apagándome hasta que mi vista quedará completamente negra. En el momento en que iba cayendo solo pude escuchar a Camila exclamar -Perfecto. Lo que me faltaba.

FLASHBACK

-Vaya Camz, pensé que podías durar un poco más. Apenas tomaste dos vasos. - Reí mientras sujetaba el cabello de la pobre chica que no paraba de vomitar.

Ella se detuvo y sin todavía mirarme habló -Creo que no dejaré que me lleves a una fiesta nunca jamás.

Reí más fuerte y le acaricié la cabeza -Vamos, ya te vas a ir acostumbrando, esta solo fue tu primer salida.

-Créeme, me la paso mejor viendo películas y escuchando música con mis auriculares.

-Debes admitir que al principio te divertiste.

-Puede ser, pero solo porque estabas tú.

Sonreí nerviosamente y palmee su hombro. -Yo voy a estar fuera del baño, puedes bañarte así te sacas toda la noche de encima. - Acaricié su espalda alta y me fui a mi habitación. Ya se había vuelto normal que Camila pasara gran parte del día en mi casa e incluso varias noches. Mis padres la habían adoptado como parte de la familia y yo estaba realmente cómoda con eso. Pero, había momentos en que esa comodidad se tornaba en un ambiente raro que no podía explicar, no era incomodidad, sin embargo se sentía... diferente. Cuando estaba junto a ella sentía como mi cuerpo se aceleraba y mi corazón latía de forma anormal, incluso en momentos como estos en el que ella estaba expulsando todo lo que había bebido. Cuando dijo esas últimas palabras, mis nervios se disparataron y me las arreglé para salirme de esa situación. No era como si sintiera atracción por ella ¿No? Era solo mi amiga. Si mis amigos supieran de que tan cercanas nos habíamos vuelto, probablemente sentiría gran humillación, no por estar con Camila, porque ella no se merecía que alguien se sintiera de esa forma por ella, sino que por la forma en que mis amigos la desprestigiaban con aires de superioridad. Yo les seguía la corriente porque no quería que todos se vuelvan en mi contra. Era bastante complicado ser un adolescente, sobre todo en mi escuela secundaria donde todos éramos continuamente etiquetados por nuestros gustos o la gente con la que nos juntábamos. Desde el principio sentí una gran conexión con Camz, como si estuviésemos destinadas a ser amigas. La única manera que encontré de acercarme a ella fue utilizando la excusa que necesitaba a alguien que haga las tareas y mandados por mí, algo así como mi mascota, o una especie de ¿discípula? ya qué era un año menor a mí.

Bubbles - CamrenWhere stories live. Discover now