Capítulo 40

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So send me to Venus, send me to Mars

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So send me to Venus, send me to Mars

Seen all your failures, all your scars

Seen it all burn down, we dance to the sparks

We dance to the beating of your broken heart

All The Kings — Editors

☆★☆

El departamento es el último lugar en donde quiero estar, pero es inútil aplazar lo inevitable. Dimas no llegó a dormir, su habitación está intacta, y, por lo que pude ver en el Instagram, la fiesta terminó casi al amanecer.

Ha sido Minerva quien subió las fotografías a las redes sociales, pero lo ha hecho con la sutileza de etiquetar a todos los de la banda, a Sofía y a mí. Una bien planeada venganza a la que ya no pienso contestar.

Me pesa el corazón y estoy muy cansada; es el mismo agotamiento de cuando sólo podía pensar en que León estaba con Marina. Es como revivir el mismo mal y me avergüenzo de mí. No puedo creer cómo no comprendí antes lo que sucedería, todas las piezas estuvieron sobre la mesa y me negué a verlas.

Decido limpiar el departamento y subo la música lo suficiente para no escuchar mis pensamientos, ni uno solo es agradable. Elijo pop porque es lo único que no me recuerda a Dimas o a la banda, sólo a Eric porque es mi pareja de canto sin importar el género musical. Así que voy barriendo al ritmo de Selena Gómez mientras intento memorizar la letra, una vieja terapia inventada.

Estas canciones son demasiado pegajosas y me gustan un poco, pero es algo que no admitiré frente a ninguno de mis amigos músicos. Y ahí voy, a relacionarlos con todo... ¡Ugh!

¡Esto es inútil!

Apago el estéreo y me tiro sobre el sofá, llamo a la última persona a la que debería acudir.

—¿Te equivocaste de número? —puedo escuchar la sorpresa en su voz al contestar el celular.

—No, León —respondo—. Sólo quiero recordar cómo te superé.

León ríe por lo bajo y se disculpa con alguien. Me parece que cierra una puerta y, un segundo después, escucho el inconfundible sonido al abrir una cajetilla nueva de cigarros.

—Me enteré que ganó tu novio, felicidades.

—Fue un empate y no es mi novio —digo con mucha más determinación de la que siento—. ¿Estuviste ahí?

—No, leí una nota en el periódico. Tiene esa interpretación de los novios con la violinista.

—Creo que es más que una interpretación...

—Oh...

Ninguno habla por un rato.

—Lo siento.

La Melodía de Aura 1 - PreludioWhere stories live. Discover now