Capítulo 19

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— ¿Perdón? — dijo Jeremy.

Los padres de Justin quedaron atónitos y sin habla. Maluma lo vio sorprendido, Pattie bajó la mirada y una disimulada sonrisa victoriosa se plasmaba en los labios de Melissa, había logrado lo que quería.

Minutos después la camioneta de los Bieber era un festival de gritos.

— No me puedes alejar de él — dijo Justin rompiendo el silencio.

— Claro que puedo, tengo todo el derecho de hacerlo — contestó Jeremy.

— Te odio.

— Di lo que quieras, pero mientras yo viva, harás lo que yo quiera.

— Nunca creí que mi propio padre me dijera eso.

— Y yo nunca creí que mi único hijo, me saliera como tú me has salido.

— ¡DÉJALO YA! — exigió una Pattie desbastada al ver cómo se trataban padre e hijo.

Pattie estaba igual de sorprendida que su marido, sin embargo, ella sabía perfectamente que no era nadie para juzgar a su propio hijo, ni siquiera para hablarle como lo estaba haciendo el hombre con el que se casó.

— Eres una vergüenza para este apellido. ¿Dónde quedó la educación y los valores que te hemos dado? — continuó Jeremy como si su esposa no hubiese dicho nada.

— Esto no se trata de educación, tú eres un pobre homofóbico.

— Prácticamente he perdido la amistad de George, ¿sabes lo que me va a costar recuperarla?

— Me importa una mierda el apellido, tu supuesta amistad y todas esas estupideces. Yo lo amo, y no me importan tus amenazas, yo estaré junto a él.

Justin seguía esperando la respuesta de su padre, pero el hombre se había quedado de nuevo en un pequeño shock.

La camioneta estacionó en la puerta del edificio. Justin se bajó del vehículo y comenzó a alejarse, pero de inmediato giró, mirando la cara de su padre. Nunca se imagino que alguien de su propia sangre lo tratara así.

— Un padre no es el que procrea o educa. Un padre es quien te apoya sin importar nada — dijo Justin.

Y sin nada más que agregar volvió a girar sobre sus talones y subió las escaleras con algunas lágrimas próximas a salir.

— Es nuestro hijo, Jeremy — decía la madre con lágrimas corriendo por sus mejillas.

— Ese no es mi hijo. Él no es un Bieber.

— No te puedes comportar de esa manera con él.

— Debí decirle eso y más — gruñó el padre.

El rubio entró a su departamento, dejando salir toda la rabia, el dolor y la frustración que su padre le había provocado en menos de veinte minutos.

Golpeó la pared, haciéndose daño, pero ese dolor, no se comparaba con el que tenía por dentro.

Justin comenzó a llorar con más fuerza, sus ojos se ahogaban en lágrimas.

— Estoy cansado. Me hace sentir... como un saco lleno de mierda. ¿Por qué es tan malo conmigo?

— No te preocupes, tú no estás haciendo nada malo, al contrario, fuiste sincero — dijo Diego tratando de tranquilizarlo luego de que el rubio le contara todo lo sucedido en la casa de los Wilson.

— Si eso es cierto, ¿por qué mi padre no me quiere?, ¿por qué mi madre no da la cara por mí?, ¿por qué mis padres no me aceptan? — preguntaba Justin.

— Desahógate. Está bien llorar, yo lo hago. Todos lo hacemos — le susurró Diego hasta que el canadiense se quedó dormido en el sofá.

Al día siguiente Maluma despertó sintiéndose culpable, pensando en esa hermosa mujer con quien se había comprometido y que en unos meses le daría un hijo.

No pensaba en otra mujer que no fuese Melissa pero sí pensaba en otro hombre, Justin, él se había enamorado de ese chico cuando se creía plenamente heterosexual.

Simplemente estaba involucrado  con Justin tanto como con la reina de belleza.

Recordar cómo empezaron ambas historias provocó que el rapado lanzara un largo suspiro.

El Guardaespaldas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora