Capítulo 25

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No pasó mucho, más bien unas horas.

Dos horas exactamente y Karlie dejó de pensar en su profesora. Porque, mientras que ella acariciaba el cabello de su bella durmiente, no dejaba de pensar en ese lapso de tiempo, en el que vivió una de las cosas más trágicas y hermosas de su vida.

Taylor se había quedado dormida profundamente, sobre el pecho de Karlie. Ese era su lugar favorito en el mundo.

Cristine golpeó la puerta despacio para poder entrar. Karlie la miró sonriente, no podía estar más feliz. La sensación que la invadía era algo único, nunca antes lo había sentido. Por un momento incluso, pensó que Taylor, realmente era su primer amor.

Lo de antes, sólo era una experiencia de vida.

- ¿Cómo están? - Cristine caminó hasta ellas y se sentó a los pies de la cama.

- Estamos bien... Y creo que, Taylor al fin está descansando.

Karlie mira en dirección a su regazo, mientras Taylor duerme plácidamente entre sus brazos. La ojiverde sonríe. Cristine también lo hace.

- Lo veo, puedo ver que hasta su respiración al dormir es diferente. Gracias Karlie.

- No me des las gracias. Yo quiero darte las gracias a tí. Tú fuiste la que permitió, que todo esto pasará. A mi y a Taylor nos sirvió. Lo necesitábamos.

- ¿Qué harás ahora? Mamá acaba de llegar del trabajo. Papá llego hace una hora y le dije que no subiera para darles privacidad. Pero yo subí, porque quiero saber ¿Te irás? ¿Volverás a casa?

Karlie miró a Taylor, acarició su cabello, su espalda. Pensó... No podía dejar a su ojiazul, ahora que la tenía tan cerca, como tanto ella quiso. La extrañaba demasiado como para dejarla. Y ni por el regaño del siglo, volvería a su casa.

Karlie volvió a sonreír.

- Si ustedes me dejan, me quedaré aquí, para cuidar de ella.

- Hace un rato, hablé con mis padres. Les expliqué lo que pasaba... Les conté que... Ustedes dos estaban... Saliendo... - Karlie abrió sus ojos asustada, eso no se lo esperaba -. ¡Pero, tranquila! Ellos no han dicho nada. Lo han tomado demasiado bien. De hecho, mamá me ha dicho que ojalá ella pudiera tener el poder que tú tienes sobre Taylor. A estas alturas, ella decía sentirse inútil. Mi padre incluso se ha quedado sin palabras con solo saber que existe una persona en el mundo, que pueda hacer volver a Taylor a la realidad. Ellos te lo agradecen y creo que... Ellos no esperan que te vayas. Están desesperados y sólo quieren ver a Taylor bien y si tú, puedes hacerlo. Ellos lo permitirán. Y créeme, mis padres no son los típicos de mente abierta que permiten estas cosas, sólo que... Confían en lo que les dije Y... Confían en ti.

- Pero, si a penas me conocen.

- Pero conoces a Taylor. Más de lo que ellos la conocen, al parecer. Eso les hizo cambiar de opinión.

- Vaya. No me esperé algo como esto... Pensé que me sacarían de aquí a la fuerza y que me echarían con la poli.

Cristine rió. Probablemente porque ella también lo pensó.

- Tienes razón... Pero, al parecer te aman por amar a su hija, tal como lo haces ahora.

- Eso sonó tan lindo - Karlie sonrió con lágrimas en los ojos. Era lo mas lindo y sincero que había escuchado. Y no venía precisamente de la boca de Taylor.

- Lo es - Cristine hizo una pausa, miró a su hermana que dormía y acarició el brazo desnudo que rodeaba el cuello de Karlie -. ¿Sabes? Mi hermana tiene mucha suerte. Me hubiera gustado tener a alguien que me amara tanto como tú lo haces con ella. Un amor de verdad. Puro e inocente.

Reglas Para Ser Amigas ➽ KaylorWhere stories live. Discover now