Capítulo 14

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Parecía que la puerta de la casa de Sel, estaría acostumbrada a ver las desgarradoras lágrimas de Karlie.

Esta, como pudo, arrastró los pies y consiguió dar unos golpecitos antes de que su amiga morena le abriera.

Sus oídos estaban sordos, no escuchó el chillido de su amiga, tratando de hacerla sentir bien. No escuchó el sonido de la puerta cerrándose a sus espaldas. Tampoco se dio cuenta cuando ya estaba sentada sobre una silla cerca de la isla en la cocina.

Parpadeo varias veces, con toda lentitud, sin apresurarse ya que nada la hacía volver al ritmo en el que estaba antes. Vio entre sus manos un vaso con agua y en este, se podía distinguir que burbujeaba, como si le hubieran echado alguna pastilla. Lo miro, y luego levantó la vista para encontrarse con los ojos color chocolate de su amiga preocupada.

- ¿Hablaras ya? - cuestionó Sel.

Pero Karlie no supo qué hablar, estaba peor que cuando se emborrachaba, era como si a cada segundo su cerebro se apagaba y luego despertaba con la realidad. No distinguía tiempo y espacio. Todo pasaba a su alrededor sin siquiera ella poder avanzar.

- ¿Qué le pusiste al agua? - preguntó Karlie con a penas un murmullo.

- Es agua de Melisa... En el campo la tomamos cuando necesitamos recuperar emociones pérdidas... Es un secreto, bebela y verás que te sentirás mejor...

- No me quiero sentir mejor.

Dicho esto, Karlie corre el vaso unos centímetros lejos de ella. En cambio saca de su chaqueta una cajetilla de cigarrillos. La misma que había comprado cuando estuvo con Taylor.
Selena rodeó los ojos.

- ¿Puedo fumar? - cuestiona Karlie en el momento en que ya tenía el cigarrillo en la boca y un encendedor frente a ella.

- Preguntas cuando ya estás por encenderlo - Selena rió.

- Lo decía por si te molesta el humo dentro de tu casa...

- Tranquila... Yo también fumaba... Pero no me molesta inhalar un poco de tabaco.

Selena trajo un cenicero y lo colocó frente a la ojiverde.

El silencio volvió sin ser invitado. Karlie calló, miró su reflejo en la isleta de color gris. Golpeteo con los dedos y puso a trabajar su cansado cerebro. Recordó el beso, el espanto en su rostro, el golpe a Paul y en seguida se quejó de su mano lastimada. Volvió a mirar entre su desordenada cabeza y pensó en la palabra «Arrepentida»

- Selena... Sentí todo, las estúpidas mariposas en el estómago, el cosquilleo en mi entre pierna, el escalofrío por la espalda y sentí el calor... Pero lo que me duele ahora, es que ella me haya dicho sin escrúpulos, sin medir nada... De que no haya sentido nada... Pero...

- ¿Te correspondió? - Interrumpe Sel.

- Sí. Lo hizo y si no hubieran golpeado la puerta, tal vez no estaría aquí contandote la historia - Karlie volvió a inhalar una calada de su cigarro. Una no bastaba, le daba unas tres caladas para seguir hablando.

- Karlie... Debes entender que, Taylor es una chica bastante... ¿Especial? Por así decirlo. Deberías saber cómo es su actitud contigo y con los demás. Es como si le tuviera miedo al mundo excepto a ti, hasta que... Creo que fue como que rompiste esa barrera que ella tenía sobre ella y eso le aterró...

- Sel... Taylor me contó un poco de su enfermedad...

- ¿De verdad? - a Selena pareciera que se le hubiera activado en su cerebro, modo sigiloso. Acercó su silla más junto a Karlie y centró toda su atención en ella.

Reglas Para Ser Amigas ➽ KaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora