Capítulo 22

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"Por una extraña razón mi cuerpo sintió tanto frío como nunca en mi vida. Miré el suelo blanco bajó mis pies

La sangre seguía fluyendo. Habían rasgado mi arteria femoral y si no lo detenía, moriría desangrada"

...

La noche seguía cayendo y en algún punto del camino el cielo nublado dio paso a una enorme y impresionante luna llena.

Todo al rededor brilló como en un cuento de hadas.

¡Claro! A excepción por la psicótica que quería la cabeza de la cazadora.

—¿No sabes quién soy niña?

—Créeme ¡No me interesa saber quién demonios eres! Lo que quiero saber es por que tú y el padre de Alekséi buscan mi cabeza.

Ambas se miraron con desprecio, con ira.

—Claro que lo sabrás, en cuanto te tenga suplicando por tu patética vida ¡Prepárate para morir! —abalanzó su espada. Kennya retrocedió instintivamente. Logró esquivarla, pero la mujer arremetió una y otra vez. Su fuerza y velocidad eran impresionantes.

Kennya hizo lo suyo, atacó de frente y logro herirla. Pero no lo suficiente para derribarla.

La mercenaria miró su herida en el brazo, y con cinismo lamió su propia sangre.

Un ataque más y había sido un golpe certero. Había dado en un costado. Cortando la suave piel.

—¡Demonios... ! —Kennya cayó al suelo0de rodillas. Estaba demasiado cansada.

La voz de la rogue sonaba lejana.

-—Nikolai estará muy complacido de tener tu corazón y yo me encargaré de llevárselo.

Quiso levantar su espada o moverse, hacer algo, pero no pudo. Sus músculos estaban entumidos.

Miró la nieve que caía y pensó en Alekséi. En lo mucho que le dolería su ausencia. Una lágrima salió de sus ojos. Solo una.

¡¿Era esté en verdad su final?! ¡¿Esto era todo cuánto podía dar en la lucha?!

"Yo se que hay mas en ti de lo que Tú misma puedes ver Kennya, eres una guerrera. Y un poder más allá de toda comprensión se esconde en tu interior. ¡Levantate cazadora!"

La espada venía directa a su cabeza, pero la voz la hizo reacciónar. La detuvo, con la suya propia.

—¡Si que eres una maldita perra resistente! ¡Asquerosa humana inmunda!

Ambas blandieron su acero. Codo con codo. Un movimiento en falso y cualquiera perdería un brazo.

Kennya hizo su mayor esfuerzo en no decaer, pero la herida le estaba haciendo perder la conciencia.

Ambas voltearon al sonido del gruñido de un animal.

Un lobo salió de entre las pilas de nieve fresca.

¡Lyosha! —su corazón dio un vuelco al ver al inmenso lobo.

Freiya retrocedió horrorizada. No podía creer que el Alfa saliera con vida.

Este le gruño con intenso odio a la arpía. Mostraba sus inmensos colmillos blanquecinos. Todo el pelo de su cuerpo se erizó.

—Así que el pequeño Ivanov logró salir ileso de las garras de unos cuentos rogues ¡Bravo! —bajó la espada. —¡Oh! Pero que romántico. La bestia ha venido en rescate de su damisela. ¡Creó hasta se me salió una lagrima! ¡Justo a tiempo para verla morir!

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora