¿Complicaciones?

4.5K 340 110
                                    

Han pasado dos meses con rapidez y nos encontramos entrando al mes de abril. Mi vientre ha ido en aumento y aunque tengo dos meses, casi tres, de embarazo, parece que tuviese cinco o seis meses. Este último mes he tenido que alimentarme mayormente de sangre, ya que la comida me sienta un poco mal a veces.

Y para que nadie se asuste: sólo bebo sangre de Thomas, aunque combinada con sangre de algún donador anónimo.

Leonardo ha estado monitoreando mi embarazo y aunque ha sido un poco difícil ver al bebé, dice que, hasta el momento, las cosas van bien. Y sí, me prohibió los dulces definitivamente.

Esa vez que comí el postre de mamá, al llegar a casa, me encerré en el baño a devolverlo todo con ganas; obviamente, Leonardo, tuvo que hablarme con amor ya que Thomas lo amenazó con lastimarlo si me llegaba a regañar o hacerme sentir mal.

He estado bajando de peso, aunque no tan rápido, ya que la sangre de Thomas me ayuda a regenerar mis glóbulos, ayudándome a suplir aquello que mi pequeño intruso se lleva para suplir lo suyo: por lo general, mi propia vida con él.

Él está cada vez más grande y, de vez en cuando, tiende a lastimar mis costillas; sé que no lo hace de manera intencional, pero duele como el carajo. A veces, cuando se estira, parece que quisiera romperme en dos y salir de mí con desespero, causando pequeños hematomas en mi vientre que sanan enseguida debido a la sangre de Thomas.

He estado siendo vigilada por todos en esta casa, incluyendo a mis padres, abuelos, mejor amiga y Jackson. Incluso Corey, que regresó dos semanas después de haberse ido, ha estado pendiente de mí para todo.

Despierto en la gran cama de Thomas, mirando a mi esposo que dormía con su ceño fruncido; anoche tampoco fue una de las mejores noches que hemos tenido últimamente. El bebé lastimó una de mis costillas del lado izquierdo, casi ahogándome por el dolor, así que a Leonardo le tocó revisarme, darme algo para el dolor y colocarme un intento de yeso para ayudarme a recuperar. Prácticamente tuve que dormir sentada.

Me levanté con cuidado, mirando la hora en mi celular: siete de la mañana; estamos a mitad de semana. Suspiré en silencio con algo de dolor y me levanté para ir al baño. Thomas tuvo que arreglar la puerta del baño al día siguiente de haberla roto; bendita fuerza que se manda para destruir todo a su paso.

- ¿A dónde vas, Camila? - Su voz había salido con algo de enojo. Me giré con lentitud para observarlo, sonriendo con cansancio.

- Al baño, amor. Tengo urgencia de ir. - Él asintió, sentándose en la cama, estirándose un poco y se quedó mirando a la nada.

Suspiré resignada, con una pequeña lágrima escapando de mis ojos, entrando al baño.

Sé que está estresado por lo que me está pasando, pero no es culpa de nadie. Amo a este pequeño que está dentro de mí, así como lo amo a él; es nuestro hijo y a pesar de que me siento peor que la basura, no renunciaré. Hasta mi último latido seguiré luchando por ellos; de eso se trata el amor.

Al salir del baño, me acerqué a la gran ventana, abriendo la cortina, dejando que la claridad inundara la habitación, trayendo algo de color, calor y paz al ambiente. Coloqué mis manos sobre mi vientre, acariciando a mi bebé, demostrándole todo el amor que siento por él; me sentía tensa y algo estresada.

- Lo siento, pequeña. - Sentí sus manos sobre las mías, apoyando su mentón sobre mi hombro, dejando un pequeño beso en mi cuello. - Sé que me estoy comportando como un completo idiota, pero me duele ver que estás sufriendo, que es por mi culpa y que no puedo hacer nada para hacerte sentir mejor.

Negué en silencio, dejando que mis ojos se fijaran en el brillo de los árboles causado por el sol.

- No es culpa tuya. Esto es fruto de nuestro amor, Thomas. Si lo rechazas a él me rechazas a mí también y no creo que seas capaz de rechazarme. - Un suave suspiro escapó de sus labios.

En La Oscuridad (Completa Y Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora