No, no es broma

5.7K 485 130
                                    

Luego de un viaje de quince minutos, en total silencio, llegamos a casa. Las luces se encontraban encendidas, haciéndome sentir ansiosa ante lo que pudiese encontrar allí adentro.

Apenas papá estacionó el auto, bajé con rapidez, dirigiéndome a abrir la puerta, entrando a la casa. Escuchaba murmullos que provenían de la cocina y me acerqué en silencio a ellos.

- ¿Adam? - Escuché la voz de mi madre y el silencio que le prosiguió; suspiré. - ¿Camila?

Me detuve en la entrada de la cocina, observando el panorama: mi madre cubría sus labios debido a las sorpresa, dejando ver cómo unas cuántas lágrimas escapaban sin previo aviso. Melissa era quien se encontraba aquí, dejándome apreciar la sorpresa recorriendo su rostro.

Mi madre se levantó con rapidez, acercándose a mí para darme un fuerte abrazo; le devolví el abrazo con necesidad, respirando un poco más tranquila.

- ¿Cuándo despertaste? ¿Por qué tu padre no me llamó? - Nos separamos y asentí en silencio, dejando sus preguntas para después, mirando a Melissa, buscando respuestas.

- ¿Dónde está Thomas, Melissa? Necesito saber. - En un segundo la tenía frente a mí, dándome un abrazo fuerte, dejándome escuchar sus suaves sollozos.

- Te acuerdas de mí. - Me aferré a ella, cerrando mis ojos, dejando escapar otro suspiro.

- Lo recuerdo todo y a todos, Mel, pero no sé qué está sucediendo. ¿Dónde está él? - Nos separamos de aquel abrazo, viendo el dolor que se posaba en los ojos de Mel.

- Félix. - Sentí que mi mundo se derrumbaba sin piedad y que el aire comenzaba a faltarme nuevamente.

Mis piernas comenzaron a temblar, dándome a entender que me caería en cualquier momento; si no es por Melissa, mi cuerpo habría caído al suelo.

- ¿Qué? - Mi voz salió en un susurro ahogado.

- Ven, tenemos que sentarnos. - Mel me tomó de los hombros, guiándome a la sala mientras mi mente gritaba.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? Tantas preguntas en mi cabeza y sin tiempo para resolverlas. Necesito encontrarlo.

Mel me ubicó en el sofá donde Thomas y yo nos sentábamos a ver películas, sintiendo el nudo en mi garganta ante los recuerdos. Mel se sentó a mi lado y mamá en frente; papá se había quedado de pie, detrás de nosotras, en total silencio y quietud.

- ¿Recuerdas el día que Carlo te llevó? - Asentí con cierto enojo.

- Ese mismo día, Félix decidió borrarme la memoria, quitando todo pensamiento o sentimiento sobre ustedes. Todo lo que me recordara a ustedes. - Vi a Mel apretar su mandíbula mientras sus ojos cambiaban rápidamente de color.

Se veía bastante tierna, pero al mismo tiempo, sabía que Mel era peligrosa.

- Esa noche ideamos un plan para encontrarte. - Asentí ante la mirada de Mel, esperando su relato. - Cuando te hallamos, estabas mal, Cami. Thomas se encargó de traerte y llevarte a la clínica; no quería soltarte o separarse de ti, estaba demasiado afectado por ti. - Suspiré suavemente, tratando de mantener el control de mis emociones. - Después de haber esperado por varias horas, Edgar salió a nuestro encuentro, explicando que lo más probable era que no recordaras nada; no sabía hasta qué punto pero lo averiguaríamos cuando despertaras. Thomas estaba sumamente enojado; quería vengarse. - Pausó un momento y suspiró con rendición. - Ese mismo día salió en busca de Félix.

Asentí, comprendiendo un poco más todo lo que había sucedido, pero antes de seguir, debía preguntar.

- ¿Por qué ellos se encuentran aquí? - Señalé a mis padres. - ¿Cómo así que mamá te estaba ayudando? ¿Con qué? - Mel observó a mis padres con significado.

En La Oscuridad (Completa Y Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora