Arreglos.

6K 415 147
                                    

Tragué en seco mientras sentía que mi pulso comenzaba a correr desbocado a través de mis venas, martillándome el cerebro con fuerza. Sentí unas manos en mis brazos que me llevaban hacia algún lugar, pero yo no podía escuchar nada, ni siquiera hablar. Me sentía atrapada en un intento de hoyo negro.

Corey está vivo. Todo este maldito tiempo lo estuvo.

¿Por qué rayos no buscó a su hermana? ¿Dónde está? ¿Qué fue lo que le sucedió?

Millones de preguntas hacían explosión en mi cerebro y mi cuerpo parece no querer reaccionar.

- Cami, - esa voz la reconocería donde fuera. Sentí que volvía a la realidad y pestañeé varias veces, mirando a Thomas, quien me miraba con sus ojos de color morado combinado con algo de negro; intenté sonreír pero fue más una mueca - ¿qué sucede? - Miré a mi abuelo, viendo que estaba serio, aunque no demasiado.

- ¿Cómo lo encontraste? - Eddie suspiró, cruzándose de brazos.

- Su nombre. - Lo miré sin comprender su actitud, pero me hizo una mirada de "dile a Thomas o no te cuento nada". Dejé en blanco mis ojos y miré a Thomas con rendición.

- Es Corey, el hermano de Mel. Está vivo. - Thomas se tensó, haciendo que, su mirada, viajara hacia mi abuelo.

- ¿Cómo lo saben? - Thomas me miró buscando explicación, pero yo miré a mi abuelo.

- No fue fácil. No sabía si seguía vivo o no; fue como buscar una aguja en un pajar. - Se separó de la puerta, ubicándose en mi escritorio, mirándonos a los dos. - Primero tuve que llamar a un viejo amigo que tiene la habilidad de encontrar a las personas que yo no logro hallar, así que cuando lo encontró, me llamó para darme toda la información que necesitaba y yo lo terminé de encontrar, usando mis poderes.

- ¿Dónde se encuentra? - Mi abuelo me miró con algo de duda.

- Alaska. - Sentí el jadeo de sorpresa que escapó de mis labios y mis ojos queriendo salirse de sus órbitas.

Está en el mismo continente, ¡el mismo bendito continente!

Me levanté con rapidez de la cama, acercándome a mi armario; comenzaría mi plan para ir a buscarlo.

- Camila, no puedes hacerlo sola. No sabes si él es peligroso. - Suspiré, hablando sin mirarlos.

- Ya veré cómo hacer. Por ahora necesito pensar en cómo encontrarlo. - Escuché un leve gruñido, haciendo que me girara para ver a Thomas enojado; sus ojos tenían un leve destello rojo. Respiraba como un toro.

- ¿Crees que te dejaría ir sola en busca de un desconocido? ¿Acaso qué me crees? - Inhalé todo el aire que mis pulmones me permitían, acercándome a él para darle paz.

- Gracias, amor. Sé que siempre me cuidarás. - Acaricié su mejilla, viéndolo entrecerrar sus ojos, haciendo que el rojo se pronunciara más.

- ¡Maldición, Camila! ¡Tú no pensabas decirme nada! - Se dio la vuelta, saliendo a toda velocidad de mi habitación.

- ¡Thomas! - Sentí una mano en mi brazo. Miré mal a mi abuelo.

- Primero ponte algo de ropa y luego ve detrás de él. - Miré mi cuerpo y asentí. Eddie me soltó, saliendo de la habitación, cerrando de un portazo.

Me apresuré a vestirme con lo primero que encontré: un jean azul oscuro algo desgastado, una camiseta negra y mis zapatillas. Medio peiné mi cabello y salí de la habitación a toda velocidad. Al llegar a la sala, mi abuelo estaba sentado en el sofá, leyendo de nuevo.

- ¿Dónde está Thomas? - Sin apartar la vista de su libro, habló.

- En su casa. Estaba bastante molesto. - Bufé algo frustrada, yendo en busca de las llaves de mi auto. Después vendré por ropa.

En La Oscuridad (Completa Y Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora