⑯ Superar

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Mocos. Pañuelos. Ojeras.

Papá con jarabe. Elena preparando sopa. Courtney de zombi. Ni mis amigas querían verme en este estado. Estaba peor que un personaje en un apocalipsis.

La película no terminaba, parecía infinita, así que Raúl me tomó de la mano y me sacó de la sala a pesar de las quejas de Nathan (ambos le pisamos el pie para poder pasar). Durante el camino le estuve preguntando a donde me llevaba, pero él solo estaba serio y parecía buscar algo entre la gente del centro comercial.

Pasamos por todas las tiendas y en una de ellas vi a la tía de Jamie, quien no estaba sola, sino con alguien más. Me pregunté si Jamie sabía que su tía tenía pareja. Raúl aceleró el paso y no pude continuar viendo.

Salimos del centro comercial y nos dimos cuentas del mal clima: parecía que iba a llover. Las personas estaban sacando sus sombrillas y otras se colocaban bajo el techo del centro comercial. Raúl sacó unas llaves de su bolsillo y las presionó; al instante las luces de un auto parpadearon. Me volvió a tomar la mano con fuerza y caminamos hasta el auto gris que estaba mojándose con las pequeñas gotas que comenzaban a caer del cielo. Es como si los últimos cinco días soleados se hubieran esfumado al instante.

Bienvenido invierno.

Abrió las puertas al instante y me invitó a pasar de copiloto. Entré y cerré la puerta, mientras él rodeaba el auto a sentarse de conductor. Estaba segura que el auto era de su madre, mayormente usaba una bicicleta para trasladarse de un lado a otro. Cerró la puerta y soltó un largo suspiro.

Ya, ¿qué ocurría con él?

Estuvo jalándome como un regalo por todo el centro comercial, y antes de entrar a la sala desapareció misteriosamente. Hablé con él durante la película y parecía que todo estaba bien entre nosotros, incluso estaba por proponerle en celebrar nuestros cinco meses...

La respiración se me cortó al darme cuenta de ese detalle. ¿Acaso...?

—Courtney —empezó. Estaba inquieto —. Sabes que te quiero y eres una de las mejores personas que he conocido.

¿Acaso él había planeado algo con respecto a eso...?

Posiblemente.

¡Ahora todo tenía sentido! Era obvio que era eso ¿Qué más podía ser? Desde que nos reencontramos estuvo misterioso por esa misma razón... no lo creía. ¿En verdad esto estaba pasando?

— Courtney...eh...—desvió la mirada.

—¿Raúl? —insistí.

—Esto... nosotros...

—Ya...

—Tenemos que terminar. — soltó abruptamente.

¿Qué mierda? Hasta hace unos segundos pensaba en nuestros cinco meses juntos.

— No oí bien, repítelo.

Se pasó las manos por su cabello, un poco frustrado. —: Quiero terminar contigo, Courtney.

Ahora si no podía decir que había oído mal. Escuché perfectamente sus palabras, y no supe cómo tomármelo.

—Me dijiste que todo estaba bien entre nosotros, te pregunté si hice algo mal y lo negaste, ¿Cuál es la razón, según tú, para terminar con esto?

—No eres tú, Court. Es... algo que pasó hace unas semanas, no sé cómo decírtelo sin que salgas lastimada, tú siempre...

—Vete al carajo, Raúl. —espeté molesta. Recogí mi bolso y salí del auto, mojándome instantáneamente por la lluvia.

Cuando Ella LlegóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora