④ Trampa

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J a m i e


Días después de la guerra de comida, la directora nos quitó dos recesos para que limpiáramos toda la cafetería. Fue lo más desagradable— pero justo— que hice en mi vida.

— ¡Nos vemos! — le grité a Courtney antes de salir de la escuela. Ella ni siquiera me vio, estaba hablando con Kim y Carola. Le costaba aceptar que eran igual de parlanchina que Kim.

Además, no me preocupaba dejarla solita por la escuela. Desde que conocimos a Angélica, ella se ha unido a nuestras caminatas diarias a la escuela, entonces sabía que hoy se regresaría a casa con ella.

Pero Angélica se fue temprano hoy...

— ¡Hey, Jamie! —gritó una voz familiar a mis espaldas. No me sorprendió que fuera Raúl, de nuevo.

Si Angélica tampoco estaba disponible, el acompañante de Courtney acababa de aparecer.

Era la única de esta escuela que había entablado con Raúl una conversación de más de un minuto, probablemente porque fui la primera y única amiga que Courtney presentó.

—¿Sabes dónde está Court-

—Está adentro, a punto de irse. — señalé la puerta por la que acababa de salir. —. ¡Corre!

—Un gusto verte a ti también. —se despidió.

Raúl se fue corriendo hacia el pasillo derecho, alzándome el pulgar en forma de agradecimiento.

Si tan solo supiera que Courtney estaba por el otro pasillo...

Ignoré advertirle y preferí dejarlo perdido en Abney. Me coloqué mis audífonos y comencé a caminar escuchando Marvin Gaye de Charlie Puth. Le soy devota a ese hombre desde que apareció en el video musical de Rápidos y Furiosos. Tenía mi cuarto lleno de posters de sus canciones, y estaba buscando entradas para alguno de sus conciertos.

Cruzaba la pista saludando a algunos estudiantes de Abney High que también se dirigían a sus hogares cuando vi una silueta muy familiar. Pensé que se trataba de Mariel, pero al acercarme más, descarté esa idea: ella no usaría las calles como un motel.

Se estaban dirigiendo a la esquina que estaba cerca a mi casa. Cerca de la de Courtney...de seguro era ella con Raúl.

Pero era imposible, no habían pasado ni quince minutos desde que Raúl ingresó a Abney a perderse por los pasillos buscando a su novia. Y yo sabía que no hay que mezclar la ficción con la realidad, pero esos dos... su relación parecía haber salido de una película de romance y comedia. Iban a demorar por lo menos media hora en encontrarse.

Entonces, si no era Courtney... ¿Quién?

Me acerqué un poco más y me oculté detrás de un árbol para pasar desapercibida. Aunque, ¿Cómo me notarían? Si estaban bien ocupados en besarse...

La chica era castaña (como Courtney), de estatura alta (como Court...) pero vestía diferente. El chico era rubio... ah, ya veo.

¡Eran Angélica y Nathan!

Recordé cuando Courtney me comentó que Angélica quería darle una lección a Nathan para que dejara de coquetear con todas las chicas que se cruzaban en su camino... pero ¿si a ella le terminaba gustando Nathan?

No les importaba lo que pensaba la gente que pasaba por ahí. Solo los miraban rápidamente y seguían sus caminos, pero sus rostros pasaban a disgusto. Yo también hubiese hecho lo mismo, si la ruta de mi casa no fuera en esa dirección.

Cuando Ella LlegóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora