No es él, es ella.

#25: Heterosexual

Capítulo 25.

No hubo problemas con el trabajo de reseña, la entrevista ocupo una buena parte del artículo, lo demás se fue dando. Cuando le pasé el texto a Amanda para que agregara sus fotos y me lo regresara de vuelta para corrección cuando hubiera terminado casi me caigo de la silla al ver las fotos.

En el 99% de las fotos salía yo.

Y es que no soy fotogénica, para nada. Mis fotos de anuarios anteriores lo confirman, pero, de alguna manera me agradaron las fotos, pero me aterraba que otras personas las vieran. En las fotos salía la que me tomo cuando intentaba fingir interés en los cuadros y además había otro par de fotos de lejos mientras miraba y tomaba notas. No recuerdo haberme percatado cuando las tomo. E incluso había otra mientras hacíamos la entrevista, esa la tome yo mientras Amanda hacía su parte de la misma, la tome por aburrimiento y curiosidad por jugar con una cámara profesional más que nada y me sorprendió que la usara, porque la fotógrafa era ella, no yo.

-¿Quedo bien, verdad? –Decía Amanda estaba parada detrás de mi silla en mi cubículo asomada a la pantalla de mi computadora, taza de café en mano. Tenía la costumbre de aparecer detrás de ti sin que la escucharas.

-No recuerdo que me tomaras tantas fotos –Hoy Amanda traía labial Amarillo, me preguntaba donde rayos compraba sus labiales.

-No son tantas, ya le pasé el archivo al Señor Blasko. –Eso significaba para mi mala suerte que no sé podrían cambiar las fotos. No si daba su visto bueno.

-Oh –es lo único que atine a decir.

-Salen bien las fotos

-¿Cómo lo haces? –Me reí –Soy la persona menos fotogénica del mundo, en serio.

En ese momento Sofía apareció fuera de mi cubículo con una sonrisa, aunque se fue apagando cuando noto a Amanda y mi sonrisa hacía ella.

-Yo solo apreté un botón. –Y con eso se fue sin siquiera mirar a Sofía.

Era el momento temido, usualmente había ya dejado de temer que Sofía apareciera salvajemente y me hiciera un drama, algunas veces la veía por ahí y huía del lugar como si fuera la escena de un crimen, pero sabía también que eventualmente iba a pasar que la tendría que ver cara a cara.

-Hola –respondió muy tímidamente para mi alivio.

-Hola Sofía ¿Cómo te va?

-La que debería de preguntar eso sería yo, pero veo que muy bien, espero no haber interrumpido nada –Volteo la mirada por donde Amanda se había ido –has hecho amigos, me alegra –intento sonreír pero la sonrisa no llego del todo a sus ojos.

-No era nada importante revisábamos la nota de la semana. Sí, he conocido un par de personas.

-Bien, espero algún día podamos ir a almorzar juntas. Claro si no te molesta. –Parecía realmente sincera y a pesar de todo asentí y quedamos para almorzar al día siguiente con eso se fue.

Los días pasaban y cada vez me gustaba más mi trabajo, poco a poco tenía más confianza en Amada y no perdía mi voz cuando estaba cerca. Era un punto. Un par de días almorzábamos con Rodrigo, los tres e incluso otras me animaba a almorzar juntas.

Si, a solas.

Aprendí un par de cosas sobre Amanda; Como que cumple años en marzo, me lleva 6 años, tiene 25, descubrí también que nunca me quiso secuestrar sino que vive del mismo lado de la ciudad que yo (aunque no me atreví a preguntar porque me miraba como si realmente si quisiera secuestrarme después de todo), que vive con su hermano menor, Cole, él tiene 23 y tienen un husky siberiano llamado Chuleta. Confirme su excelente gusto en libros y sino es excelente si tenemos gusto parecidos principalmente Ficción, suspenso y romance. Que es gran, de verdad gran fan de The Flash. Desde que tuvo memoria ama la fotografía y que además de trabajar en El Faro, también trabajaba como fotógrafa en algunos conciertos de bandas de Rock, y que aunque le gusta de toda música prefiere lo instrumental. A pesar de su gusto por labiales de colores su ropa siempre suele ser oscura. Que puede parecer la persona más sería del mundo pero hace las mejores bromas en los momentos menos pensados y menos adecuados debo agregar. Tiene unos pulmones de campeón, su risa es la más genuina, contagiosa y ruidosa que algún día podrías escuchar. Que su olor favorito en el mundo es el de la tierra mojada, prefiere té en vez de café y...

Y que tiene novio.

Que tiene novio.

Tiene novio.

Novio.

N.O.V.I.O.

Es Heterosexual. ¿Qué?

Bueno, tal vez no era tan nuevo, pero aun así me había olvidado de ese pequeño detalle después de que Rodrigo me hubiera dicho antes de empezar a trabajar en "El Faro" (lo cual me había emocionado muchísimo) que había terminado con su novio, que la cosa estuvo grave. Chismorreos, chismorreos. 

Exacto, nada encajaba. La cosa fue que una tarde fui a por un vaso de agua y Will, el chico de diseño estaba ahí. Charlamos un poco cuando le pregunte si había visto a Amanda porque me había quedado su libro cuando salimos a comer, ella no llevo su bolso y me había pedido que le guardara su libro en el mío y había olvidado devolvérselo, se lo quería regresar. Will me dijo que su novio había venido a recogerla porque se sentía mal.

Todas las señales en las últimas semanas de ligero coqueteo que creí que habíamos compartido de pronto carecían de sentido. Pero dios, era lógico. Una chica de 25 independiente, guapa y con seguramente muchos pretendientes no se habría podido fijar nunca en mí. La única engañada aquí era yo, engañada por mí misma. Quería reírme y llorar al mismo tiempo, por idiota.

La siguiente semana a eso intente esquivar toda conversación que no fuera estrictamente obligada o referente al trabajo, no podía darle oportunidad a que tuviéramos una charla como antes para dar pauta supuestos coqueteos y a todo ese tema cuando la verdad era que definitivamente todo estuvo siempre en mi cabeza.

Ahora almorzaba con Rodrigo cuando podía y esquivaba las invitaciones de Amanda a comer argumentando que quería quedarme a leer en el cubículo o que ya había aceptado comer con Sofía (aunque no fuera verdad), cosa que por extraña que parezca parecía que en cuanto mencionaba el nombre de Sofía ella tenía cara de salir huyendo, así que eventualmente esos almuerzos imaginarios se convertían en realidad, Sofía nunca me hablo de volver a tener una relación, ni nada de índole amoroso cosa que gradecía y un poco en el fondo, muy en el fondo lamentaba, pero era muy agradable tenerla como amiga.

Cuando salíamos a cubrir eventos siempre llevaba un libro conmigo para llenar los momentos incomodos y silenciosos sin ser grosera, las bromas cada vez eran menos y de verdad lamentaba todo el cambio pero si seguía no podría mantenerme, tenía que matar todas esas ideas locas en mi cabeza. Yo vi morir cada una de las esperanzas que tenía con ella con forme pasaron los días y poco a poco me hacía a un lado o la evitaba y ella retiraba las bromas en los eventos y cada vez me invitaba menos a almorzar como si aquello no le afectara o fuera normal y estaba bien, pero no se sentía de igual manera.

Charlie intentaba presentarme mil y un mujeres amigas suyas, claro. A pesar de que no quería para nada involucrarme con nadie en ese preciso momento. Y sé que era algo tonto tomar aquella actitud y más tonto tomármelo a pecho. Era un gran defecto de mi parte siempre hacerme ilusiones, Charlie constantemente me dejaba en claro que no era nada malo que solo era que a veces algunas personas sentían más que otras y que todo estaría bien.

La cosa es que cuando pasas tanto tiempo pensando en una persona haciendo ideas e imaginando cosas, después la conoces mejor y todas las expectativas que tenías las hace pedazos con la gran persona que te has topado y crees que has ganado algo grande para de repente lleguen y te avienten un gran balde de agua fría, porque así es como se sentía. ¿Entiendes?

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¡Hola Queridos Lectores! 

Aquí les traigo un nuevo capitulo. Espero sea de vuestro agrado. -u-

¿Que piensan sobre lo que aprendió Taylor de Amanda? 

¿El coqueteo por parte de Amanda fue imaginación de Taylor? 

¿Estuvo bien la actitud que Taylor tomo? 

Nos vemos en el siguiente capitulo, no olviden votar y comentar. Agrega la historia a tu biblioteca para no perderte la próxima actualización. 

GRACIAS POR LEER.

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