trece - pt1

11.9K 1.2K 1.2K
                                    

ACLARACIONES

1. Este capítulo será directamente una narración de lo que Yoongi vivió en Seúl y no lo que él le cuenta a Hoseok, para que ustedes puedan verlo bien. La versión que Yoon le de a Hobi no sería tan explícita y detallada, por eso elegí narrarlo así.

2. Así como en un capítulo pongo ***** para indicar que lo que sucede tiene un lapso de tiempo en el medio, esto será igual. 

3. Estará dividido en dos partes porque sino iba a ser extremadamente largo.

Espero que se entienda todo sin problemas. Ahora sí, a leer. 

----------------


Si tuviera que ser totalmente honesto, Yoongi en realidad pensaba que la casa nueva no estaba tan mal mirándola con un poco de simpatía y olvidando la hostilidad que sintió al principio. Era más grande que la casa de Gwangju, más espaciosa y con más habitaciones, inclusive ahora él tendría su propia habitación y ya no compartiría el cuarto con Yoonjae, pero de todos modos no podía concebir la mudanza como algo bueno. Yoongi no quería mudarse por nada en el mundo, pero el sueño de toda la vida de sus padres era vivir en Seúl y que sus dos hijos estudiaran en la universidad nacional; en cuanto tuvieron la oportunidad de mudarse a la capital simplemente la tomaron sin preocuparse mucho por lo que Yoongi pensara al respecto. Que el menor de la familia no quisiera vivir en la gran ciudad porque no quería separarse de su mejor amigo no les parecía la gran cosa, la mudanza se hacía y punto. Ellos no sabían que Hoseok era mucho más que un mejor amigo para él, no entendían todo el drama que había armado ni la insistencia en quedarse, y de haberlo sabido, mucho menos hubieran entendido que llorara de frustración la última noche en Gwangju, porque un hombre nunca lloraba según el señor Min.

La casa no era tan fea, de hecho su habitación hasta le gustaba ahora que era únicamente suya, y en realidad por lo poco que había visto en el camino Seúl en primavera a fines de abril era casi tan bella como su natal Daegu, eso bastó para que decidiera dejar los caprichos y las quejas de lado por una noche así podían cenar pacíficamente sin que él y su padre se pusieran a discutir como había sucedido muy a menudo las últimas semanas. Podía patalear hasta romperse las piernas o gritar hasta quedarse sin voz, y aún así no lograría convencer a sus padres de volver a Gwangju, ¿entonces qué sentido tenía seguir insistiendo? Tenía que actuar como el casi adulto que era y aceptarlo porque no podía cambiarlo y nada ganaba con discutir además de frustrarse solo. Yoonjae tampoco quería estar allí, incluso había dejado a su novia en Gwangju, pero había actuado con madurez y lo había asimilado, Yoongi simplemente debía hacer lo mismo. Bastaba con que se sentara a la mesa y comiera unos pocos bocados para después poder encerrarse en su cuarto, de todos modos ni siquiera tenía hambre.

-Qué callado estás, Yoongi -observó su madre a mitad de la cena-. Tampoco comiste mucho, ¿te sientes bien?

-Es mejor que esté callado a que esté armando una escenita -soltó su padre fríamente, entonces lo miró con severidad-. ¿Es una nueva forma de rebelarte, Yoongi? ¿Dejar de comer? 

-No tengo hambre -se justificó, bajando la mirada hacia su plato.

-No sean tan duros con él -pidió Yoonjae, llevando una mano al hombro del menor-. Y tú no seas tan pesimista, Yoon, ya te acostumbrarás. Seguro y te termina gustando más Seúl que Gwangju.

-Lo dudó -murmuró Yoongi, más para sí mismo que para los demás. 

-No seas dramático -agregó el mayor-. Si es por Hoseok todavía pueden hablarse por teléfono, ¿o no? Hasta se pueden visitar un fin de semana y todo, ni que nos hubiéramos mudado a otro continente. 

편지 (YoonSeok)Where stories live. Discover now