ocho

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A medida que pasaban los días, el trabajo de investigación de Yoongi iba tomando forma gracias al enorme esfuerzo que estaba poniendo en hacerlo lo mejor posible y terminarlo a tiempo. La única interrupción que hizo fue para completar el análisis de la novela de Haruki Murakami para la clase del jueves, el resto de la semana la pasó entera metido de lleno en la investigación porque era la clase de persona que lo daba todo a la hora de hacer algo porque si lo hago tengo que hacerlo bien (eso era lo que le decía a cualquiera que le preguntara por qué se obsesionaba tanto con sus proyectos), especialmente si era a cambio de dinero, y ahora que necesitaba urgentemente un poco de efectivo porque los ahorros de su último trabajo estaban acabándose a una velocidad alarmante, no podía hacer más que aplicar ese lema que solía repetirse a sí mismo desde sus inicios en la secundaria: hazlo en grande o vete a casa

Su idea desde el principio había sido asistir a clase y ducharse en su "tiempo libre" y trabajar en la investigación el resto del día, y así fue exactamente cómo pasó cada tarde al regresar a casa después de la universidad. Hubiera hecho una excepción algún día si Hoseok lo invitaba a comer o algo después de clase pero el pelinegro parecía tener planes con todo el mundo menos con él. Si no era patinar con Soojung y Naeun era ir al cine con sus compañeros de residencia, y sino era ninguna de esas dos era irse con aquel enano de pelo naranja y nombre de chica que fue a esperarlo en la entrada tres veces esa semana (y no era como si Yoongi realmente las hubiera contado, claro que no). Aún así Yoongi no podía hacer nada al respecto porque a) no era quién para cuestionar las compañías que eligiera el chico una vez acabada la clase; b) viendo el lado positivo, no pasar tiempo con Hoseok lo ayudó a concentrarse y avanzar con el trabajo que tenía que hacer, y finalmente c) Hoseok cada día se sentaba cerca suyo para lanzarle papelitos todo el tiempo y no hubo un sólo día en el que no le hubiera preguntado cómo iba con el trabajo y si acaso necesitaba ayuda, con eso compensaba un poco las cosas. 

El viernes no iba a ser distinto a los demás días; después de la clase en la que Hoseok se la pasó tirándole papeles con dibujos "temáticos" (todas cosas relacionadas con Navidad, porque así de tonto e infantil podía llegar a ser Hoseok) a Yoongi le tocó regresar solo a casa porque el pelinegro se fue a comer comida china con ese tal Jimin, y una vez que llegó al pequeño piso al cual llamaba hogar se puso a trabajar. Por el buen ritmo que había llevado tenía sus esperanzas puestas en terminarlo esa misma tarde, de modo que durante el fin de semana nada más tendría que pasarlo a limpio, directo para entregarlo. En eso se le fue la tarde, en ultimar detalles en el desarrollo y en comenzar a elaborar una buena conclusión como resultado de todo lo que había leído y descubierto mientras hacía el dichoso informe con la compañía de varias tazas de café y melodías de piano -que lo ayudaban a concentrarse- sonando de fondo. Ya era de noche cuando su trabajo se vio interrumpido por una llamada.

-Diga.

-¿Estabas durmiendo? -preguntó su hermano al otro lado de la línea, Yoongi lo imaginaba sonriendo por su tono de voz burlón-. Tu voz, hermanito, tu voz.  Por cierto, hola.

-Hola, hyung -saludó Yoongi-. No, estaba trabajando en la investigación esa que te dije, ¿te acuerdas?

-¿La de la historia del idioma? -volvió a preguntar el mayor, y antes de dejarlo responder, siguió hablando-. ¿Cómo vas con eso?

-Ya casi termino, me falta pasar todo a limpio y hacer el índice -respondió el peliverde, levantándose de la silla para estirarse un poco-. ¿Pasó algo? 

-Sí y no -fue la respuesta de su hermano-. Tengo una noticia mala, y otra peor, ¿cuál quieres primero?

-¿Estás bromeando? -cuestionó Yoongi frunciendo el ceño aunque su hermano no lo veía-. Estás bromeando.

편지 (YoonSeok)Where stories live. Discover now