seis

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Aunque le diera un poco de vergüenza admitirlo, una vez pasado el nerviosismo y el constante miedo a no saber qué decir en presencia de Jung Hoseok, Yoongi lo pensó más a fondo y en realidad estaba emocionado por que fuera ya el día siguiente por la mañana para ver al pelinegro de nuevo sin huir de él nunca más. Suponía que ahora podría ser capaz de sentarse junto al chico sin entrar en pánico y, con suerte, hasta podían llegar a tener una conversación fluida y decente si no le agarra un ataque de estupidez al verlo. Podía lanzarle papeles como solían hacer en la cafetería por allá en 2009, podía invitarlo después de clase a comer brunch juntos (porque recordaba lo mucho que le gustaba a Hoseok mezclar el desayuno con el almuerzo para poder comer panqueques, jamón y fruta al mismo tiempo sin que fuese raro o asqueroso), podía simplemente dejar de ser un cobarde y tratar de redimirse con el menor poco a poco al ganarse su confianza de nuevo. 

La tarde del jueves la pasó ignorando los mensajes de Seokjin y Byulyi preguntándole dónde estaba y por qué no iba a la cafetería, y en lugar de eso estuvo un buen rato escribiendo cosas en su cuaderno. Pensamientos, ideas, algunas frases, cualquier cosa que se le ocurriera y valiera la pena ser anotada, la escribiría. Más tarde, a la noche, avanzó muchísimo con el trabajo de investigación que debía entregarle antes de navidad a su profesor de lingüística porque se sintió lo suficientemente motivado para intentarlo, principalmente buscó algunos libros que podrían llegar a servirle para anotar los nombres de estos e ir a buscarlos a la biblioteca en la brevedad. Y antes de la medianoche sintió sueño, y fue tan sencillo como lavarse los dientes, apoyar la cabeza en la almohada y cerrar los ojos para quedarse dormido. 

Nuevamente nevaba el viernes por la mañana, así que Yoongi no tuvo más remedio que abrigarse mucho de nuevo. Al verse al espejo se sentía un idiota, parecía un maldito peluche con relleno, aunque al salir a la calle y sentir los copos de nieve chocando contra su nariz y ojos cambió de opinión: prefería lucir como un peluche antes que morirse de frío. Como siempre luego del corto viaje en autobús llegó con varios minutos de ventaja al gran edificio que era la universidad, sin embargo, tuvo una idea antes de entrar al salón y dio media vuelta para precipitarse a la cafetería universitaria, sabiendo que esta abría unos cinco minutos antes de que comenzaran las clases. Usualmente elegiría nada más una taza de café sin azúcar y ya, más aún ese día se tomó unos segundos extra para observar detenidamente todas las golosinas que jamás había considerado comprar y después de meditarlo unos segundos eligió un kit kat y un choco pie porque sabía que esas dos eran las favoritas de Hoseok. El día anterior el pelinegro había ido sin desayunar y la clase que tenían esa mañana duraba tres horas, si Hoseok seguía siendo igual a como lo recordaba Yoongi, su rendimiento académico era bastante pobre si no comía algo muy azucarado antes. Recién entonces volvió a encaminarse hacia el salón de clase, imaginándose que ya habría más gente en el aula debido a que había gastado varios minutos esperando para comprar, y en efecto al entrar ya había más de un estudiante adentro. 

Hoseok estaba ahí, también, pero no estaba solo. El chico estaba rodeado por todo un grupo de chicos y chicas que se reían escandalosamente junto a él, aunque por supuesto que la risa que más resaltaba de todas era la de Hoseok. Hoseok en sí mismo resaltaba más que los demás con esa estúpida gorra al revés, dejando su frente al descubierto y doblándole las orejas de una forma patéticamente tierna. Fuckboy, como diría Byul. La secuencia entera era una escena sacada de los recuerdos de Yoongi en la cafetería de la escuela porque siempre que llevaba su bandeja cargada con comida por los pasillos entre las mesas buscando un lugar en el que sentarse, escucharía la risa estruendosa de Hoseok entre todo el bullicio del lugar y lo encontraría en un santiamén. En aquel entonces no sabía si esa facilidad para dar con Hoseok en medio del caos se debía a que estaba muy al pendiente del chico o si simplemente era porque Hoseok no paraba de gritar y hacer alboroto y con eso llamaba la atención, y ahora volvía a preguntarse lo mismo que varios años atrás. Sin embargo, en el pasado Hoseok estaría buscándolo con la mirada para hacerle señas y sonreír indicándole que fuera a sentarse con él, en cambio esta vez el chico estaba tan enfrascado en la conversación (en ese instante preciso hablaba nada más con Soojung y Naeun) que pareció no notar que Yoongi había llegado. El peliverde optó tomar asiento en el primer pupitre que encontró unas dos filas más adelante que Hoseok y su grupo, y si estaba decepcionado, nunca lo admitiría.

편지 (YoonSeok)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt