day twenty-two

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Lunes 25 de Febrero, 2014.

Justin se había despertado muy contento, hasta que se encontró con Lyss en el comedor cuando fue a desayunar. Ella lo saludo alegre, mientras él se escudo diciendo que no tiene animos de nada. Ella asintió y se alejo.

Justin sintió ganas de llorar en el momento en que vio su semblante triste. Tuvo ganas de correr y atraparla en sus brazos. Decirle que todo estaría bien y que la quería. Pero no como ella creía.

Se había sentido fatal por haberla ilusionado. Pero no había sido su intención.

Aunque, él si siente algo real por ella. Pero lo que siente por Selena le gana por mucho.

Se tragó el nudo que se forma en su garganta y caminó al cuarto de música. Al llegar ahí, se sentó frente al piano, subiendo la tapa para luego pasar sus dedos por las teclas.

Comenzó a tocar. Son unas notas suaves, las tocó repetidas veces, luego, las mezclo con su voz.

And you bless me with the best gift, that i've ever know, you give porpuse.

Abrió los ojos sorprendido por lo que acaba de cantar. Así que, se levantó de ahí y corrió directo a su habitación. Al llegar, saco su libreta debajo de la almohada y comenzó a escribir ese pedazo. Todavía tiene tiempo, no hay prisas para acabarla. Sabe que, lo que llega lentamente, es lo mejor.

Decidió volver a bajar, ahora al jardín, bajo el árbol. Aunque es algo melancólico ir ahí, ahora. Pero aún así, tomó su guitarra, para luego acercarsr abrir la puerta y encontrarse a Lyss con el puño levantado.

- Yo vine...porque...para,- titubeo Lyss, perdiendo la vista en la habitación, como si fuera encontrar las palabras ahí. Cerro sus ojos, y luego los abrió de golpe, encontrándose con la mirada neutra pero suave de Justin,- ¿cómo te sientes? - preguntó, dudosa, ya que no sabía muy bien que decir.

O tal vez, sólo que no quería decirlo y mucho menos preguntarlo.

- Estoy bien cariño, no hay nada de lo que preocuparse.

Justin puso la mano de la chica en la parte de atrás de su cabeza, para acercala a él y besarle la frente. Ella sintió como si todo volviera a la normalidad.

Justin alguma vez leyó en internet que esos besos significan protección. Y eso es lo que él quiere. Protegerla de él.
Aunque sabe que es muy tarde.

Tomó la mano y la adentró a su habitación, cerrando la puerta detrás de ella. Dejo la guitarra aún lado de la puerta y dirigió a Lyss hacía su cama.

No ha regresado con Selena, por eso él puede continuar haciendo estas cosas con Lyss.

Aunque esto esta mal. Muy mal para Lyss.

No puede dejar de sentirse como una mierda pero a la vez se siente tan bien con ella a su lado.

Vaya, quien lo entiende. Porque ni él mismo lo hace.

Yacía acurrucado con Lyss en la cama, acariciandole el cabello y dándole suaves besos por el rostro provocando que ella suelte tímidas risitas. Ella le cuenta lo que hizo el domingo. Fui inevitable no reír cuando le comento que había visto su documental, Never Say Never. Ella piensa que antes no era caliente como ahora, sino adorable.

Luego, el momento se torno inocentemente caliente. Justin sabe que Lyss ya ha tenido relaciones sexuales pero nunca lo ha provocado porque estando en este lugar no podrían hacer. Y por muy caliente que pueda llegar a ser, la respeta. Aparte, no lo haría. Sabe que para ella puede llegar hacer tan especial, mientras para él...ni hablar.

El tiempo había pasado y ya es hora de cenar. Lyss lo invitó a cenar a la terreza. Al dirigirse para allá con sus platillos en la mano, se encontraron con Roxana, la cual solo se echo a reír. Justin se encogió de hombros y rogando a Dios que no sea tan perra como para decirle a Lyss lo que, probablemente, vio ayer.

Al llegar ahí, Justin se sentó frente a ella. En otras circunstancias, se hubiera sentado a su lado pero esta vez, prefiere mantenerla alejada. Aunque duela.

- Este burrito sabe delicioso,- dijo Lyss mientras se limpia un poco de frijoles de su comisura izquierda. Aunque estuviera masticando, Justin rió al ver a Lyss así. Ella rodó los ojos y le sonrió ampliamente. No podía dejar de hacerlo cuando esta con él.

- Todo lo que cocina Betty es delicioso, dulzura.

Lyss notó que Justin ha dejado de decirle nena, mi amor o bebé. Ahora la llama por apodos que nunca le había dicho. Y claro que le gustan, todo lo que provenga de él le gusta. Corrección, le encanta. Pero aún así, es inevitable no preguntarse el porque.

Su instinto le dice que algo había sucedido, pero no sabe el qué.

Oh Alyssa, ojalá aprendieras hacerle caso a tú instinto.

Saving Justin ✔Where stories live. Discover now