day zero

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-¿No ha llegado?-preguntó, moviendo su pierna izquiera con nerviosismo mientras revisaba instagram. Scooter negó, apenado. Sonrió al ver una página dedicada a él; al instante la quitó, y la desesperación le volvió.-Lleva dos horas de retraso, no puedo creer que me este haciendo esto.

Justin resoplo, triste. Ella sabía perfectamente que este es el último día que se verían, antes de que él ingresará a ese centro de rehabilitación.
Justin seguía estando un poco en desacuardo a  ingresar a ese lugar porque, aunque no lo quiero aceptar, tiene miedo.

Miedo de enfrentar a sus demonios.

Bloqueó su celular y se levantó del sillón, tambaleandose, gracias al mareo que le llego por hacerlo tan rápido.
Caminó a su habitación rascando la pared. No sabía como calmar este nerviosismo, esto siempre le llevaba a un maldito ataque de ansiedad. Quitó su mano cuando sintió ardor en las llemas de sus dedos. Vaya, no midió la fuerza con la que aruñaba la pared.
Llegó a su habitación y termino de meter algunos pants que le faltaban y una libreta porque probablemente tendría el tiempo para escribir y su mente despejada.
Porque si de algo está muy seguro, es que en aquel lugar, encontrará tranquilidad. No dramas, no escándalos, no más presión.

Bueno, por al menos un mes tendría tranquilidad en su vida.

A veces-o quizá todas las noches,-se preguntaba como habría sido su vida sino hubiera subido aquel video a Youtube. Viéndolo por el lado malo, ¿hubiera experimentado todas estas cosas? ¿hubiera conocido la depresión? ¿las drogas? -bueno quizá si, los adolescente de ahora tenían mucho contacto con esta.

¿Realmente había válido la pena dejar, toda esa tranquilidad, atrás?

En estos tiempos, no se encontraba seguro de aquello. Ama y agradece a Dios y a las personas que lo han acompañado durante esta montaña rusa. Ama viajar a todos esos lugares. Ama ser el motivó por el cual muchas personas han encontrado una razón por la cual seguir adelante. Pero, ¿y él? ¿La seguía teniendo?

Sacudió su cabeza, dejando de pensar en aquello, ya sabía que fin tendrían todos esos pensamientos y sentimientos. Prefería golpearse repetidas veces con un martillo en la cabeza, en vez de pensar.

Cerro la maleta, bajandola de la cama y arrastrandola a un lado de la puerta. Tomó el estuche vacío de su guitarra que se encontraba a un lado de donde había dejado su equipaje. La puso sobre la cama, tomando la guitarra que ya se encontraba ahí. La admiro por unos segundos, pasando suavemente sus dedos sobre las cuerdas. Suspiró, metiéndola al estuche para luego, cerrarlo y colgarselo en el hombro derecho.

-Señor, perdóname por todos los pecados que he cometido, se que lo harás, pero solo quiero que sepas que realmente, me siento muy mal por ellos. Pero tú sabes, soy joven y cometeré errores durante toda mi vida, quizá un poco más consienta cuando sea anciano,- trago para deshacer el nudo que se esta formando en su garganta,-y bueno, yo...yo realmente espero que esto que haré me ayude en algo, porque no sé, no sé a donde estoy dirigiendo mi vida y me da miedo, mucho. Amén.- Cerró los ojos con fuerza cuando tomo la perilla de la puerta entre su mano izquierda, con la otra ya sostenía la maleta. Abrió y la empujo, saliendo y cerrando la puerta a sus espaldas.

Al llegar a la sala, Scooter y Pattie se levantaron del sillón en el momento en que lo vieron salir del pasillo. Sus pechos se estrujeron al verlo ahí, derrotado. Pattie logró contener las lágrimas, porque tendría que ser fuerte, para demostrarle a él que todo saldría bien.

-¿En serio no vino?-susurro, porque, si lo decía fuerte y claro, su corazón chocaria con la realidad y sería mas doloroso de enfrentarlo, pensó él. Su mirada divago por el lugar, esperando encontrarla, pero no, Selena no había venido. Ni un mensaje de texto, ni una llamada.

¿Por qué decidió dejarlo en el momento en el que él más la necesitaba?

Suspiró con fuerza y se acerco a ellos, a paso lento pero firme. Sino se mostraba duro ante esta situación, haría berrinche digno de un bebé para no irse.

-Estoy listo.-dijo decidido, aunque su mirada transmitía mucho miedo.

Pattie asintió, adelantandose a la camioneta para ahí, poder soltar aunque sea unas cuantas. Scooter no puedo más y lo abrazo. Sintiéndose culpable por haberle arrebato su infancia, cosa que Justin nunca quiso. Por presionarlo tanto, por no ponerle un alto. Él pensaba que por ser mayor de edad, podría controlar la situación, pero se había equivocado.

Justin Bieber era solo un adolescente asustado, que no sabía que más hacer con su vida.

3:00 p.m.

Habían llegado al lugar ya hace treinta minutos. Pattie dobla las camisas de Justin para acomodarlas en su nuevo closet. No tenía comparación con el de su casa. Mientras este es un reducido espacio que probablemente sea un 2×1, el suyo es tres veces este también, pequeño espacio donde, será su nueva habitación.

-Es hora de irnos, Pattie.- Scooter apareció por la puerta, luego de haber ido a firmar unos papeles. Este se acerco al sillon frente a la ventana, donde Justin se encuentra, mirando a sus nuevos compañeros hacer una actividad en el jardín. Es muy bello.- Nos tendrás aquí cada fin de semana Biebs, se amable, por favor.

Colocó su mano sobre el hombro huesudo del jóven, este también la puso sobre la de él y la apretó; si hablaba, lo más probable es que lloraria.

-Te amamos hijo, no te dejáramos caer.- Pattie beso su coronilla y lo abrazó, Justin bajo sus labios a los brazos de su madre que rodean su cuello.

Ya estaban saliendo por la puerta cuando Justin, débilmente, llamo a Scoot.

-Por favor, ¿puedo tweetear algo antes de desaparecer por un mes?-preguntó, inocente.

Scotter saco el celular que le había quitado horas antes del bolsillo de sus jeans y se lo entregó.

@justinbieber: todo estará bien, se que no me dejarán caer. Las amo mis beliebers xx

Saving Justin ✔Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu