Parte 17. Los amigos de Trown.

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  Era un viernes por la mañana; Aral se había levantado más temprano que de costumbre. Al salir de su alcoba, se encontró con que había mucho movimiento por parte de la servidumbre, lo que tomó como la visita del Gran Rey. Pasada una hora, momento del desayuno, oyó el arribar una nave a lo cual restó importancia. Ella había sido la primera en llegar a la mesa y ya estaba aburrida de esperar puesto que se hallaba sola; por lo que se puso a jugar con su cuchara y su taza golpeándolas una contra otra imitando tal vez, alguna danza tribal. 

  Tras un jovial bullicio, de repente, la puerta se abrió de par en par para que ingresara un intruso rubio, de ojos azabaches, que se la quedó viendo en silencio como un chico que fue descubierto tras una travesura; tras él llegó otro de cabello castaño y ojos celestes que trajo a la memoria a su amiga, la princesa Liny. Y como había imaginado, se trataba de su hermano, ya que el hombre que los siguió entró nombrándolos casi a gritos al verlos tan serenos; su nombre era Rich y no se podía negar que tenía cierto encanto para llamar la atención y que resultaba todo lo contrario a Trown tanto de carácter como físicamente.

–  ¡Oigan, Dark; Sot! ¡¿Qué les pasa?! ¡Ni que hubieran visto una estrella exótica...! –exclamó sin advertir a la joven. Aral desconociendo a qué venían se levantó bruscamente haciendo caer la silla; aquel ruido hizo que el animado muchacho notara su presencia–. ¡Vaya...! ¡Pero, si parece que es un lucero! ¿Cómo te llamas, hermosa hada? 

  Aral lo ignoró por completo yendo directo a la entrada por donde acababa de llegar Trown. Rich, en cambio, la estudiaba minuciosamente. La princesa se detuvo frente al Gran Príncipe de forma amenazante y dispuesta a detenerlo con sus propias manos de ser necesario. Trown la miró sorprendido y se detuvo a su lado con una sonrisa dirigida a sus pares.

  –¿Qué cuernos significa esto, Trown? –cuestionó enfadada.

  –¿Qué cosa?

  –¡No te hagas! ¡¿Quiénes son estos y qué hacen aquí?!

  –Estos son mis amigos y han venido a pasar el fin de semana. ¿Algo más que se te ofrezca?

  –¡¿Quién te dio permiso?!

  –¿Tú quién crees? Tu mamá, bobita.

  –¡Esa vieja...! –exclamó más para sí dándole la espalda al muchacho, luego, volvió a encararlo–. ¡Y no me llames de esa manera o en verdad te irá mal!

  –Aral, no seas ingenua. ¿Qué posibilidades tendrías contra mí?

  –Muchas, porque lo que tienes de grande, te falta de cerebro. –Rich ahogó una risa al oír semejante insulto para su compinche de toda la adolescencia; Sot más bien quedó pasmado, pues, conocía a Trown desde sus más tiernos años y sabía que eso era una gran ofensa para él. Dark por su parte apretaba valiente sus labios para que no surgiera una sonora carcajada. El Gran Príncipe se tornó serio; mas, pronto se recuperó y volvió a estar de tan buen talante como al principio.

  –¡Ay, Aral, niña! –Puso la mano sobre la cabeza de esta–. ¡Si por lo menos tuvieras un año más... al menos, tendría una respuesta correcta para eso!

  –¡¿Qué...?!

  –Esta es la princesa Aral –explicó tomándola de los hombros y haciéndola girar para que quedara frente a sus amigos–. Si hay alguien simpático aquí, sin duda se trata de ella –hablaba con un tono burlón.

  –¡Déjame! –protestó soltándose.

  Rich se aproximó con una cautivadora sonrisa y tomó su mano

  –Aral es un nombre digno de un hada. Yo soy Rich. –La joven liberó su mano de la de aquel sujeto sin responder y viéndole con tanto enojo como antes a Trown. En ese instante, Dannal y Angal vinieron corriendo hacia su hermana.

Doble Destino.Where stories live. Discover now