Se acercó al animal. Con pasos torpes.

-¡No te acerques a el Kennya! ¡Te matará! -grito el cazador veterano desesperado.

Llegó hasta él y se le puso en frente. El lobo la miro y reconoció el aroma. Relajó un poco su postura. Pero aún seguía a la defensiva.

-No sé cuál sea... mi destino. No sé si sea la Orden o tú Alekséi, pero algo que si sé es que, jamás en mi vida, había sentido lo que tu haces sentir en mi -acercó su mano y toco su pelaje. Suave y firme a la vez-. Nací aprendiendo a ser cazadora. Y ahora, tú, has puesto mi mundo de cabeza. -lo miro a los ojos. A esas orbes amarillentas como dos lunas llenas-. ¡Y no puedo permitir que dañes a Mica! ¡No lo permitiré! -extendió ambas manos impidiéndole el paso. Lo que era ridículo tomado en cuenta la diferencia de altura y fuerza.

El lobo gruñó, en muestra de disgusto. Sin embargo esta vez ella no corrió ni huyó por el temor. Pues sabia que por muy feroz, intimidante y fuerte que pareciera, el simplemente no la dañaría.

Se giro hacia los Cazadores.

-¡Este es mi destino! La orden ya no puede imponerme uno a la fuerza. Mijail. Alekséi, es mi destino, por que así lo eligo yo. Espero entiendas.

El hombre, sabiendo que ahora seria imposible hacerla entrar en razón, dejó caer el arma derrotado.

-¡Yo creo que no! -Razziel les apunto a ambos esta vez. Sonrió y negó con la cabeza.

-Sabes, no creí que me harías tan fácil la tarea de eliminarte Kennya. ¡Pero lo has hecho! ¡Siempre siendo la mejor, siempre la más rápida lista y premiada de la Orden! Y ahora. ¡Te iras al infierno junto con ese asqueroso monstruo!

Lista para apretar el gatillo. Un disparo certero salio del arma.

Pero solo una persona cayó al suelo, muerta. Exterminada.

Mijail, apuntaba a la pelirroja y esta con un tiro en la frente yacía tendida en la nieve. El color carmesí de la sangre caliente mancho la nieve. Y la cazadora fue exterminada.

Mica miro a ambos. Su pequeña y al lobo. Lanzó lejos el arma.

-Deben irse. La orden mandara a buscar a ambos. Ya no estas segura Kennya, y a mi lado no lo estarás -su voz salio forzada. Contenida.

-¡Protegelá! Y si es verdad que esta destinada a estar a tu lado. La cuidarás con tu vida lobo.

Kennya lo miraba conmovida.

Jamas imagino que Mijail haría algo así. Prácticamente al asesinar a Razziel ható una soga a su cuello.

-Mica... yo ... -gruesas lágrimas corrían por su rostro. Y sus hermosos orbes azules eran mas claros que un mar.

Ambos se abrazaron. Él deseando que lo que sea que allá elegido la cazadora sea lo mejor. Y ella, rogando a los dioses que pueda escapar de ése infierno.

El lobo gruñó y con su hocico empujó levemente a Kennya. Esa muestra de afecto era suficiente para soportar.

Gimió en su pecho. Estaba asustada, por él y por su vida. Se separaron al sentir la evidente muestras de celos por parte del animal.

No dijeron nada más. Pues ambos confiaban en que pronto se verían una vez más. Así que no había necesidad de despedidas melodramáticas.

El le dio el arco que llevaba colgado en el hombro. Y le sonrió para transmitirle seguridad. Ella lo tomó y subió encima del lobo.

Hace unos meses la escena se le habría antojado descabellada y grotesca.

"Su pequeña sobre el lomo de una bestia como esa"

Imposible.

Y así partieron dejándolo en medio de la nieve blanca en un paisaje desolado.

...

Llegaron a lo más profundo del bosque intentando alcanzar las montañas. Pues la tormenta había menguado bastante, permitiéndoles avanzar lo más posible.

Detrás de unos pinos, una vieja y abandonada cabaña en ruinas se miraba escondida entre los arbustos y árboles retorcidos.

Ella entró. El lugar era un desierto, no había nada dentro. Todo estaba casi en ruinas. Justo en el techo un agujero enorme dejaba colar el viento frío.

Sintió al animal acercarse detrás de ella. Y por instinto o costumbre o por lo que fuera. Le apunto con el arco.

El lobo no se inmutó, es más, ni siquiera parpadeo.

Podía escuchar el sonido de las tablas del piso crujir bajo sus botas.

-Si tu venganza aún no termina. Juré que te esperaría y afrontarla mi culpa. No huire esta vez.

El animal se acercó más. Y ella tensó más el arma.

Sus ojos amarillos la miraban con detenimiento.

-Esa es una interesante opción. Cobrar venganza por Erion seria tan sencillo. Estas débil y desprotegida. Y piensas atacar a un ser superior solo con un arco común... -su aliento vaporoso chocó contra el rostro de la pelíblanca-¡Que clase de compañero seria si osara lastimar a mi Luna! ¡Solo un monstruo haría algo así! No me subestimes Kennya.

Lyosha rugió antes de dar paso al cambio. Alekséi hizo acto de presencia.

-Por que no mejor, charlamos y ponemos las cosas en claro.

Ella bajo el arco y se desplomó en el suelo. Alekséi la sujeto y la miró con dulzura.

-Estoy acostumbrandome a que siempre acabes en mis brazos... sabes.

Y con su típica sonrisa arrogante, ella se dejó llevar por el mundo de la inconsciencia.

No sin antes escuchar en su oído. Con voz varonil y segura...

"Ahora estamos Alejados. Alejados del mundo. Solos tú y yo"

Kennya: Cazadora de Lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora