Sus ojos también están rojos...
-Prométeme...que no me pegarás ni me humillarás. Nunca más.
Él acerca aún más su cara a la mía, hasta que nuestros labios casi se rozan.
-Te lo prometo.
Y así él cierra los ojos y me besa, un beso tranquilo y calmado.
Se separa y apoya su barbilla en mi cabeza.
-Lo siento.
-Para de pedir perdón...
Me besa la cabeza y baja pasando por mis mejillas hasta llegar a mi cuello.
-Veg...
-No te haré daño. No soy como Mike.
Dudando paso mis brazos por su cuello y me agarro a el con fuerza cuando me levanta para posarme en la cama.
-Ya puedo caminar
-Pero me gusta cargarte.
Bajo mi mirada un poco avergonzado y él me da un beso en el cuello a la vez que lentamente desata el nudo del albornoz.
-Espera...
Sujeté sus manos y él levantó la cabeza mirándome directamente a los ojos.
-Es...muy rápido
-...
...¿Por qué no dice nada? ¿Se volvió a enfadar?
Lleva sus manos hasta mi cara y pellizca mis mejillas estirándolas.
-Pareces un tomate
Sonríe, me besa tan rápido que ni si quiera me da tiempo a reaccionar, se levanta y va al baño.
¿Qué ha sido eso?
Toco mis labios pasando de estos a mis mejillas, sintiendo el calor que estas desprenden.
-¡Pide algo para desayunar! También deberías quitarte ese albornoz gigante y ponerte ropa, no quiero que alguien te vea así como la última vez.
Aparté las manos de mi cara y cogiendo el teléfono pedí lo mismo que el día anterior y me vestí con una camiseta de manga corta y unos pantalones de chándal. Él salió minutos después del baño y revolvió mi pelo pasando a mi lado.
-...¿No estás enfadado?
- No.
Me mira de arriba a abajo y sonríe.
-¿Qué?
-Nada nada, sólo que parece que no tienes más que camisetas de manga corta y pantalones de chándal.
-Bueno, tú siempre te pones una camisa, tampoco puedes decirme nada.
-En eso tienes razón.
-Voy al baño.
-Espera.
Coge mi muñeca y tira de mi haciendo que perdiese el equilibrio y quedase sentado en su regazo.
-¡¿Q..que?!
Levanta la manga del albornoz de mi brazo derecho y lame la herida que había quedado después de la mordida.
-Duele, Vegetta
-Ya. Ahora estarás mejor
Miro mi brazo y ahora solo hay marcas de los dos agujeros. Tampoco dolía.
-Mhm...gracias
Le sonrío y él me rodea la cintura con sus brazos y se queda sonriéndome
-...
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Soy...¿su compañero?
FanfictionWilly nunca había creído en seres fantásticos o mitológicos, hasta que un día ocurre lo más inesperado y su vida da un giro de 180º. ¿Su compañero de piso tiene algo que ver en esto?