En Busca de la Felicidad (Maratón 4/4)

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- ¡Rápido! ¡Por aquí!- señaló un callejón la mayor.
- Ese es un callejon sin salida. No podemos dejar que nos capturen- aclaró la castaña mientras pensaba algún lugar seguro cuando una burbuja pasó no muy lejos- Tenemos que entrar a una burbuja.
- ¡¿Qué?!- fue la queja general.

La muchacha se apresuró a empujarlos hacia la burbuja más cercana.

- No, Mabel. Es una pésima idea-dijo Connie preocupada.
- No, deja de empujarnos.- se quejo Jake.
- ¿Qué hay ahí adentro, Mabel? -comentó el menor restando importancia al problema.
- Sólo entremos, es por el bien mayor.

Y luego se hallaron cayendo en la nada hasta que aterrizaron en una especie de colchoneta de gelatina de frambuesa.

- ¿Donde se supone que estamos? ¡Wow! Deberías ver tu cara je je je- comentó Jake entre risas al ver a Mabel, quién se había transformado en una especie de niña de algodón de azúcar.
- ¡¿Qué tienen de raro mi cara?! ¿También parece hecha de regaliz?- respondió la ahora pelirosa.
- Espera ¡¿Qué?!- se asomo a la ventana de una casa cercana y al verse en esta pudo comprobar lo que Mabel había anunciado: era más delgado y sentía pegajosas sus extremidades, se había convertido en una barra de regaliz amarilla - ¡AHHH! ¡Mamashita! Por eso no quería que me trajeran.
- ¡Soy un niño malvavisco!- hablo divertido Greg poniéndose a bailar.- Miren a Jason ¡Es una gomita! -exclamó levantándolo por sobre su cabeza.
- Creo que todo esto es culpa de la burbuja.- dedujo la espadachín.

Los menores no pudieron evitar estallar en carcajadas al mirar a Connie quien se había transformado en una barra de chocolate con cabello, lentes y su propia ropa. La chica, asustada se acercó a la ventana y al contemplarse se les unió.

- Jamás me hubiese esperado esto, aunque...- busco su espada que, como su portadora había pensado, ya no era de cristal sino de dulce.- ¡Oh, vaya! No creo que pueda herir a alguien con esto.
- Relájate, Connie. Este lugar es inofensivo.

Analizaron su entorno: las calles, edificios y demás obras estaban elaboradas de caramelos o ciertos panes, el bosque era de algodón de azúcar y los riachuelos parecían ser de bebida achocolatada, además que la población estaba conformada por lo que Jake conocía como la dulce gente.

- ¡Nuevos integrantes! Es un gusto ver que cada vez más y más gente se nos une, les aseguro que la pasaremos muy bien y este será el hogar que jamás querrán abandonar... -habló una dulce voz a sus espaldas.

Desconocida para todos menos para Jake.

- Soy Bonnibel Bubblegum y si aceptan quedarse aquí seré su gobernante por el resto de sus vidas.- complementó con una sonrisa.

¤ ♡ ▲ ○ §

- ¿¡Los perdieron!?

Estaba furioso, tanto que no pude evitar gritarles.

- N-no, Bill. Entraron a una burbuja.
- ¿Cuál de todas?- tengo que tratar de tranquilizarme, no pueden ser tan estúpidos como para no haberlo averiguado.
- Eh...- ¿¡Es una broma?!
- ¡Vayan a buscarlos, idiotas!- solté perdiendo el control de nuevo, mis ineptos amigos salieron corriendo de mi castillo.

Paz al fin. Felicidad.

¿Acabo de decir que me siento feliz? Que asco de demonio que soy.

¿Saben por que debo controlar mi temperamento? Les contaré. El cuerpo de débil humano que tengo gracias a Pino no siempre soporta las emociones de un demonio; me han dicho que si me sigo enojando como siempre lo he hecho tendrán que sacarme la vesícula biliar, no tengo idea ni me importa que sea eso pero si pierdo a Pino no podré extorsionar a su familia.

De todas formas sigo pensando que tener un cuerpo humano es lo peor: que hay que comer, que hay que evacuar, que hay que cuidarse, que esto que el otro ¡Es un castigo!

Me pregunto si el tío Ford sabrá como deshacerse de todas estas estorbosas necesidades.

A propósito ¿Dónde está?

¤ ♡ ▲ ○ §

- Y esta podría ser su nueva casa.- anunció la dulce princesa mostrándoles una gran casa lujosa. Se había dedicado a enseñarles su reino durante toda la tarde.
- La tomamos.- manifestó Mabel casi inmediatamente.
- Muy bien. Si se les ofrece algo, son libres de acudir a mí. Adiós, cuidense, no olviden que los quiero.

La princesa cerró la puerta contenta, le agradaba el poder y con cada nuevo habitante sentía que ese poder se hacía cada vez más fuerte.

- Muy bien; Jake, sé que tú sabes algo.- Connie tan deductiva como siempre.
- Era uno de los amores platónicos de Finn, suprema gobernante del Dulce Reino. Aunque en Ooo también había otras especies... supongo que esta burbuja es algo así como su sueño frustrado de manejar a toda la gente de Ooo.- explicó Jake.
- Estás en lo correcto, amigo.- habló una chica desde las sombras.
- Esa voz... ¿Marceline eres tú? -preguntó entusiasmado el mayor.
- La misma ¿Qué se supone que estas haciendo aquí, Jake? Creí que ibas a quedarte con tu hermano.
- Iba a hacerlo pero viendo como se convierte en lo que él odia de brazos cruzados no lo ayudo. Es mejor buscar una forma de sanarlo y además aprovecho de pelear contra el mal.
- ¿Quien es ella, Jake?- preguntó el pequeño niño malvavisco.
- ¡Oh! Lo lamento, pequeñín. Te lo voy a explicar. Yo vivo en Ooo desde hace mucho, mucho tiempo. Conocí a Bonnibel durante sus conquistas, en ese entonces solía ser muy, muy, muy aburrida pero allí estaba yo para arreglarla. Nos hicimos muy buenas amigas y pasábamos un montón de tiempo juntas hasta que ella ascendió al trono; entonces nos fuimos distanciando: ella en busca de poder y yo en busca de alguien que valga la pena amar... pero no fue su culpa, la criaron así, como una líder implacable.
- Suena como una buena persona. -comentó el pequeño.
- Lo es... hasta que la ciega el poder.
- ¿Y como es que todos aquí somos dulces excepto tú? -preguntó Connie.
- Bonnie y yo llegamos juntas, la había rescatado a duras penas del reino helado y nos quedamos a descansar. Lástima que Bonnie es una chica curiosa y se metió a esta burbuja creando su propia perfecta realidad.

Cada vez que Marcy hablaba de la princesa aparecía un brillo en sus ojos, ese brillo llamado comúnmente amor el cual se esfumaba poco a poco con cada decepción.

- Tranquila, Marcy. Te prometo que las sacaremos de este horrible lugar y todo volverá a ser como antes- dijo el nuevo líder consolando a su vieja amiga.
- Eso espero, Jake. Eso espero.

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Excusa 4: ¿Confusión? ¿Angustia de madurar? ¿Desesperación? ¿Existencialismo?

En Busca Del Héroe PerdidoWhere stories live. Discover now