True Lies (Part 2)

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Llevo más de dos horas sentada en este banco destruye traseros. Creí que iríamos directamente con la persona que me quiere presentar, pero no, primero la maldita partida de póquer y después lo otro. El lugar en donde estamos es igual de lujoso que el hotel. La enorme mesa de juegos en el centro, luces y decoraciones como si de un castillo se tratase, meseros y meseras atractivos y mucha seguridad.

Por donde mire, hay un hombre vestido completamente de negro, en posición ergida y expresión dura.  Supongo que los hombres con los que juega Alexander también son de su clase y todos están asegurados hasta las narices.

Estoy sentada en uno de los bancos de la barra, con Draco alado, pero pareciera que no está. Esta ausente, como perdido en sus pensamientos, mira a un punto fijo, pero al igual que los otros hombres, en posición ergida y expresión dura.

No es que sea una chica a la que le gusta tener largas conversaciones con gente desconocida, pero he pensado muy seriamente en tener una conversación con el hombre que está detrás de la barra sólo para ahogar el aburrimiento que amenaza con matarme. Aunque eso sería patético, ya que por fin he descubierto en dónde estamos. Y no me sorprendí en lo absoluto.

Dije que iba a aprender a hablar ruso, pero no he tenido oportunidad o más bien no he hecho algo para llevarlo a cabo. Tuve suerte con el chico del bar en el edificio de Harry. Cipriano, ese era su nombre.

Era un chico bastante agradable, me ayudó a pasar el rato mientras Harry estaba con esa mujer.

Me siento inquieta, necesito algo para relajarme si no quiero que me dé un ataque de algo.

—¿Podrías pedirme un trago?

Draco vuelve su vista a mí cuando esas palabras salen de mi boca. Su ceño esta fruncido y me mira directamente a los ojos.—Lo haría yo pero...no hablo ruso.—agrego, con una sonrisa inocente  intentando lograr mi cometido.

—¿Tienes edad para beber?—. Pregunta y vuelve su visa al frente.

—No es como si te importara

No hay respuesta de su parte. Se queda quieto y de nuevo juega a que no existo. Esto es el maldito colmo, tal vez no tengo derecho a pedir nada, pero estoy cooperando y no he reclamado por nada desde hace un  buen rato.

—Si no lo haces tú, buscare a alguien que lo haga—. Eso sonó más a una amenaza que a una advertencia. Pero no veo qué otra cosa hacer.

—¿Por qué piensas que voy a dejar que te levantes?—.  Se vuelve completamente hacia mí y me mira amenazante.

Creí que ya había superado la obsesión de mirar su escandalosa cicatriz. Pero me equivoqué, mi vista está completamente puesta sobre ella y sin descaro alguno.

—Entonces hazlo—. Digo sin dejar de mirar la imperfección.

Pasa un buen rato hasta que me atrevo a mirarlo. No sé de qué forma interpretar su mirada, hay tantas cosas en ella que me provocan ganas de abrazarlo. Siento que hay algo en este hombre que no lo deja vivir en paz, en este momento, quisiera preguntar qué demonios hace con Alexander. Quisiera pregúntale qué es lo que lo aqueja, si es que se puede hacer algo para arreglarlo, o al menos encontrar las palabras correctas para reconfortarlo de lo que sea que le este pasando.

Jamás había visto tantas emociones en una mirada. Las de Harry, las aprendí a descifrar hace mucho, ahora se me hace más fácil saber qué es lo que lo atormenta, si necesita ser reconfortado, amado, o simplemente darle su espacio.

—Alexander no lo va a aprobar

—Alexander no va a notarlo—. Le sonrío de nuevo, ignorando su mirada frágil.

ENGLISH MAFIA |Harry Styles (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora