ENGLISH MAFIA |Harry Styles (Editando)

Danger

El estado en el que se encuentra Harry no le ha permitido decir una sola palabra, dejó de beber ya hace un rato, pero aún hay una cantidad considerable de alcohol en su sistema.

Esta sentado sobre la orilla del colchón intentando encontrar el equilibrio físico y mental, mira hacia un punto fijo y yo sólo lo miro desde la puerta. No es que no tenga el valor de acercarme, la verdad es que Harry ebrio me da un poco de ternura. Pero prefiero guardar la distancia y darle su espacio.

Pero también estoy comenzando a perder la paciencia, tan sólo tiene que pronunciar unas simples palabras. Son pasadas las seis de la tarde, y necesito llegar a casa antes de las once, tengo que ir con Zayn a la carrera de Tristán.

De pronto Harry fija su vista en mi y esboza una sonrisa ladeada. Me hace una seña con la mano para que me acerque. Llego hasta ahí y me toma con fuerza del brazo para después jalarme hacia él y sentarme en su regazo.

—Tranquilo Harry —. Suelto una risa— me arrancaras el brazo.

—Lo siento —. Besa mis labios— la verdad es que estoy bastante nervioso.

—Bien—. Respondo simplemente. Harry me mira con el ceño fruncido, no quería que mi respuesta sonara con tanta falta de interés, es solo que no sé que responder a algo como eso. Su estado de vulnerabilidad me tiene en un extraño estado de shock, no puedo encontrar las palabras para que se tranquilice.

Creo que la que debería tranquilizarse soy yo.—Me refiero a que te entiendo—. Corrijo—tranquilo, todo está bien. Puedes empezar ahora sí quieres.

—Con una condición—. Nunca antes me había puesto condición para algo, tampoco creí que llegara a condicionarme alguna vez, supongo que lo que va a decirme es algo muy importante.

—¿Una condición? ¿en serio?—. Me siento un poco ofendida y no tengo ningún problema en hacérselo saber. Solo espero que no sea lo que estoy pensando, porque entonces tendremos problemas de nuevo.

Me mira con una sonrisa pícara en los labios y ahora estoy muy confundida.

—El sexo no se condiciona—. Le advierto e inmediatamente su rostro cambia. Ahora él parece bastante ofendido.

—¿Por qué piensas que voy a pedirte eso?

—Por como me miras, no puedes condicionarme mientras me miras de ese modo y no esperar a que piense que eso es lo que quieres.

—No quiero eso—. Asegura— no ahora.

—Ya basta Harry—. Intento apartarme de él, pero enrolla su brazo fuertemente en mi cintura y me lo impide.

—Aquí la única mal pensada eres tú—. Susurra en mi oído haciéndome estremecer.— has cambiado notablemente los últimos días, no dejas de sorprenderme ni un momento.

—Bueno, lo aprendí del maestro—. Alzo una ceja con incredulidad y lo miro—hay un viejo y sabio refrán que lo tengo bastante presente.

—¿Ah sí? —. Asiento—¿cuál es?

—"El que con lobos anda, a aullar se enseña"—. Mi madre se pasaba la vida diciéndome refranes y todas esas frases que describen a la perfección tu vida cotidiana. Es una mujer de muy pocas palabras, no es alguien muy sociable y se mantiene al margen de todo lo que pasa a su alrededor. Puede llegar a ser fría, tanto que duele, pero siempre decía las cosas acertadas y llenas de razón.

—Eso es cruel—. Dice con un fingido tono de tristeza.

—¿Cuál es la condición Harry? —. Pregunto con toda la seriedad posible.