Capitulo 47: El misterio del castillo

310 30 0
                                    

Dani siguió buceando a pesar de que su corazón se aceleraba a cada momento que pasaba, aunque su cuerpo quería subir a la superficie porque en alguna parte de su cabeza algo quería subir arriba a coger aire. Si seguía en las profundidades del foso, con cientos de pinchos rozándole la piel de manera constante era solo por una cosa, tenía que encontrar a Diablo.

Cinco minutos nadando en aquellas heladoras aguas, sentía sus articulaciones entumidas y comenzaba a desesperarse ¿Qué haría si no encontraba una entrada? siguió tanteando la pared, en algún momento miró a su espalda justo en el mejor momento para ver a un enorme cocodrilo buceando a unos metros de ella. Su corazón latió aún más deprisa si eso era posible, su primer instinto fue huir a la superficie pero en vez de eso apretó su espalda contra la pared ¿Cómo podía tenerle miedo a un cocodrilo y no aún demonio? no le quitó el ojo de encima al animal (el cual pareció no verla) observó como se acercaba a un punto de la pared y desaparecía de su vista. Dani dejó que pasara un minuto, entonces buceó hasta el punto donde había perdido al cocodrilo y no pudo evitar sonreír levemente al ver lo que había delante de ella, un túnel, vale era subterráneo, completamente oscuro y lleno de agua ¿pero acaso esas condiciones le impedían avanzar? claro que no. Avanzó a tientas por el túnel, no tardó en divisar claridad. Había llegado a un estanque, de piedras completamente lisas parecían hechas precisamente para que todo lo que allí cayera no saliera, aunque no era muy ancho su profundidad era considerable y para su mala suerte se asustó al ver lo que había debajo de ella. Dos cocodrilos despedazaban el cadáver de una chica no mucho mayor que ella y puede que fuese su parte humana pero apenas los dos animales la observaron con sus ojillos nadó a la desesperada hacia la superficie.

Tal era el frenesí de sus brazos que de un golpe reventó la burbuja que le daba aire, los cocodrilos nadaban detrás de ella entonces mientras nadaba pensó "No, no puedo nadar más rápido que dos cocodrilos..." enseguida escuchó una respuesta, repleta de miedo, pero de su Diablo "¡Eres una bruja idiota!" y gracias a eso Dani reaccionó, acogió el elemento agua y hizo una corriente de agua tan potente que la lanzó fuera del estanque, voló unos instantes en los cuales abandonó el elemento y se precipitó contra el suelo de piedra que bordeaba el estanque, después de rodar un par de veces se puso en pie.

Los cocodrilos la miraban desde de la superficie casi retándola a volver al agua tal vez maldiciendo que no podían ir tras ella. Dani contempló la sala en la que se encontraba todo estaba hecho de una piedra lisa y grisácea ¿mármol? posiblemente, lo que era seguro que si a un suelo tan liso y pulido le añadías los pies descalzos y empapados de la chica se hacía casi imposible andar,  en esa sala solo había una pesada puerta y muy por encima de ella había una plataforma alargada. No sabía a que venía esa plataforma, ni porqué la sala tenía forma de un cilindro alargado pero entraba una corriente horriblemente fría de la zona en la que se encontraba la dichosa plataforma, no dudó mas, acogió el elemento aire y se elevó hasta ella. Apenas la hubo pisado soltó el elemento aire, no necesitaba ser más llamativa.  Enfrente de ella había una simple puerta de madera con un pomo de hierro, la contempló solo durante unos instantes pero sintió el deseo irrefrenable de abrirla ¿Qué era lo peor que podría pasar? suspiró y la abrió fácilmente, dejando ver un pasillo al más estilo medieval, a lo mejor así era. Avanzó  unos pasos para encontrarse con otra pregunta ¿torcía a la derecha o la izquierda? antes de poder decidirse por una opción una niña llegó por la izquierda, al ver a Dani los ojos de la niña se abrieron como platos y su boca se abrió amenazando con gritar, Daniela le tapó la boca con la mano y le susurró:

-Por favor no grites.

Aunque si de repente te encuentras con una chica en ropa interior, empapada de pies a cabeza y una espada a la espalda lo normal es gritar. La niña se relajó ¿Cuántos años tenía? ¿ocho? además era bastante menuda, con el pelo rubio ceniza liso y los ojos azules, la piel pálida, incluso daba un aire a Alma vestía un simple vestido gris de tirantes hasta las rodillas. Dani le susurró mientras apartaba la mano:

-¿Eres un demonio? 

-En parte ¿Qué hace una sombra aquí?

-¿Perdona?

La niña apuntó con su dedo índice al tatuaje que lucía en su brazo derecho:

-Ese es el tatuaje de las sombras, no tienes porque mentir, lo sé.

Se llevó la mano al hombro de forma instintiva y frunció levemente las cejas:

-No se de me estás hablando, yo soy una domadora de dragones, se me quedó esta marca cuando Debrah me atacó.

La niña se llevó las manitas a cubrirse su boca como si Dani hubiera dicho algo terrible, aun así añadió:

-¿Eres un demonio mestizo?

La niña negó con la cabeza, se levantó un poco el vestido y le mostró a Dani su muslo dejando ver una mancha negra en el, no pudo evitar acercase y cuando fue a tocarlo la niña se apartó rápidamente:

-¡No lo toques!

-¿Qué es?

-Lo que me recuerda que soy de Debrah.

Esclava, aquella niña era una esclava de Debrah. Dani se puso de rodillas para estar a la altura de la niña y mirándola a los ojos le dijo:

-¿Quieres salir de aquí?-la niña asintió- yo puedo sacarte de aquí, pero necesito un favor.

La niña comenzó a temblar:

-¿Cuál?

-Estoy aquí para rescatar a mi dragón, aunque ahora debe tener forma humana. Un chico algo más alto que yo, ojos grises, pelo morado ¿lo has visto?

La niña negó débilmente con la cabeza antes de decir:

-No lo he visto pero las demás dicen que vieron como Debrah arrastraba a un chico de pelo morado a la torre de los lamentos.

-Guíame hasta allí.

-Si nos pillan me convertiré en un demonio.

-Si nos pillan estoy muerta ¿Quién está arriesgando más?

La niña le hizo un gesto con la mano para que la siguiera, Dani se incorporó y la siguió, a pesar de que la niña avanzaba con normalidad por los pasillos se asomaba por las esquinas antes de torcer por uno de los pasillo de piedra, parecía que se preocupaba para que no las pillaran ¿acaso estaba sospechando de una niña pequeña? eso era simplemente tonto, además, ella había vencido a cosas mucho peores que una simple niña. La pequeña rubia se paró enfrente de una puerta de madera igual por la que Dani había entrado, la abrió con cuidado y le hizo un gesto con la mano para que pasase al interior y entró a una sala gris (iluminada con muchas velas) pero una sala gris, ya que todo era de ese color, las paredes de piedra, la alfombra del suelo, la comoda, el marco del espejos y el tocador. La niña cerró la puerta y abrió un cajón de la cómoda:

-Debe haber vestidos de tu talla...

Dani se acercó a ella:

-Prefiero unos pantalones, si no es problema.

-Claro.

La niña cerró el cajón y abrió otro del cual sacó unos pantalones largos pero de una tela fina y una camiseta de manga corta (la cual le quedaba algo grande) ambas prendas de color gris. La pequeña rubia añadió en un tono bajo:

-Vas a tener que ir descalza.

Dani dejó la espada en el suelo, al lado de ella y se empezó a vestir:

-Hazme caso, eso es lo de menos.

Ambas salieron y esta vez fueron corriendo por los pasillos, pero eso a Daniela le dió igual, lo importante era llegar hasta Diablo.

La era de los dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora