Capítulo 3: El nacimiento de Diablo

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"Que mal día llevo" Daniela no podía parar de repetirse eso durante toda la mañana.

Tenía calor pero no sudaba, le costaba respirar, no podía parar de mover el pie y sentía que le iba a explotar la cabeza.
Pero apesar de todo se obligaba a sonreir y debía tener mala cara por que no paraban de preguntarle que si se encontraba bien, ella les sonreia y les contestaba que perfectamente y no preguntaban más.
Ya después del recreo, en clase de matemáticas, la profesora la sacó a la pizarra para hacer un problema. Cuando se levantó, durante un segundo, se le nubló la vista, no le dió importancia y se diriguió hacia la pizarra pero antes de llegar todo se le volvió negro y sintió el inevitable golpe contra el suelo, lo que Daniela no sabía que en el mismo instante en el que se desmayo el huevo que había guardado con tanto cuidado acababa de eclosionar.

Se despertó en el suelo sin saber muy bien lo que le había pasado, abrió los ojos con dificultad y nada más abrirlos le calló agua en la cara:

-¡Ahhh!

Daniela dió un pequeño grito pero se calló enseguida al ver que toda su clase mirandola curiosos, algunos divertidos y otros preocupados, tenía los pies sobre una pila de libros de matemáticas, se secó un poco la cara con las manos y preguntó:

-¿Quién a sido?

Mario levantó la mano y musitó:

-Lo siento.


Daniela sonrió, puso los pies sobre el suelo y le extendió un brazo diciendole:

-Venga al menos ayudame.

Mario la ayudó a ponerse en pie pero tenía las piernas dormidas así que tuvo que sujetarla para que no volviera a estamparse contra el suelo y la ayudó a sentarse en una silla. Enseguida aparecieron Lara y Jose preguntandole que como estaba, ella les dijo con una amplia sonrisa:

-Estoy genial, en serio, no es nada.

Aúnque así se lo repitió a los profesores y a la jefa de estudios la mandaron a casa.

Sus padres estaban trabajando así que su abuela fue a por ella, por el camino la pudo convencer para que pudiera esperar a su padre en su casa ella sola(volvía a las dos y serían como la una y cuarto) se obligó a subir tranquilamente las escaleras o si no su abuela la oiría y no tardaría en subir.

Corrió hasta su cuarto y abrió con cuidado el armario, lo primero que vió fue unos ojos grises mirandola fijamente y no supo que hacer cuando vio a una criatura del tamaño de un beagle con escamas moradas brillantes, con un par de cuernos en su cabeza, pequeñas garras en sus patas y unos pequeños pinchos en su cola, todos dorados.
Salió de su armario con su pecho de un morado más oscuro inflado, con la cabeza alta y con sus ojillos grises mirandola divertido, como si supiera la admiración que provocaba su aspecto. Daniela cayó de rodillas en el suelo de pura impresión y dijo en voz alta con voz nerviosa:

- U-Un dra-dragón.

Al escuchar esa palabra la criatura soltó un pequeño chillido y desplegó sus alas como si reconociera la palabra.
Dani acercó una mano temblorosa hacía su cabeza, el pequeño al ver su indecisión acercó su cabeza a la temblorosa mano de Dani.
El dragón ,al notar la caricia, la miró a los ojos y a Dani le pareció que estaba sonriendole como si se riera de que estuviera tan nerviosa.
La chica se sentó en el suelo, le gustaba aquel dragoncito sentía como si pudiese entenderla y le empezó a hablar como si así fuera:

-Soy una maleducada, me llamo Daniela pero puedes llamarme Dani- se levantó y se rió de si misma -Bueno creo que debería buscarte algo de comida.

Entonces, en el instante que se dió la vuelta, escuchó la voz de un chico que se reía de ella:

-Mira que llegas a ser patosa.

Se dió la vuelta asustada pero solo vió al pequeño dragón sentado y mirandola con ojos como platos y volvió a oir la misma voz:

-Dime que no me has escuchado.

Daniela retrocedió hasta que se clavó la manilla de la puerta en la espalda, con la respiración acerelada le dijo:

-No solo eres un dragón, además te entiendo.

El dragón la miro ofendido:

-Oye que a mi tampoco me hace gracia que seas mi jinete bueno amazona en este caso.

-¿¡Tú qué?!- gritó Daniela.

El dragón pareció asustarse:

-O no, ¿en que año estamos?.

A Dani esa pregunta la cogió desprevenida:

-En el año 2025 ¿por?.

El dragón la miró con una mirada temible:

-¡NO ME ACUERDO! lo último que recuerdo es que di mi vida en batalla para salvar a una chica algo mayor que tú en una lucha que estaba perdida y la chica huía...bueno supongo que nos mataron y los pocos que podían volvieron a su forma de huevo, aunque si todavía hay una domadora hay posibilidades...

Daniela no entendía nada y le dijo algo abrumada:

-Podrías explicarte mejor ¿no?.

El dragón que había estado dando vueltas se paró en seco y la miró con enfado:

-Escucha atentamente por qué es lo único que sé, algunos dragones al morir podemos volver a la forma de huevo pero no podemos eclosionar si un domador no nos toca y eso es lo que eres ¡una domadora de dragones y mi jinete! ¿como lo sé? pues te explico, te estoy hablando telepáticamente y me entiendes eso es porque nuestras almas se han conectado y ahora si quieres más información, deberiamos buscar a una bruja.

Daniela procesaba la información, estaba hablando con un dragón que decía que los dragones y las brujas existían y ella formaba parte de ese mundo, Daniela ya estaba más tranquila cuando le preguntó:

-¿Y como te llamas?

El dragón se quedó pensativo ante esa pregunta:

-Bueno...ni siquiera me acuerdo de eso.

Dani le sonrió divertida:

-¿Puedo ponerte yo uno?.

El dragón se sentó y le dijo:

-Si me gusta el que elijas...

Dani le estuvo dando vueltas un rato hasta que le preguntó:

-¿Qué te parece Diablo?

El dragón sonrió y moviendo la cola le contestó:

-Diablo suena genial, puede que no seas tan mala jinete después de todo.

La sonrisa de la chica se ensachó y le dijo:

-Ven, supongo que tendrás hambre.

Diablo la siguió muy digno hasta la cocina donde Dani sacó carne cruda y se la dejó en un plato en el suelo, una vez que Diablo acabó de comer le preguntó:

-¿Puedes darme agua?.

Dani asintió y mientras llenaba un cuenco con agua Diablo le dijo: -

-¿Sabes? si me das más carne hoy para mañana podré volar y cazar por mi cuenta.

Dani le dejó el cuenco en el suelo y ya cuando lo estaba recogiendo oyó como se abría la puerta y escuchó a su padre preguntar:

-¿Dani?

Cogió a Diablo en brazos pero en cuanto lo hizo supo que no podía esconderlo "Oh no estoy arrinconada, se va asustar va a llamar a la poli y me van a quitar a Diablo" estaba oyendo los pasos de su padre hacía la cocina, retrocedió hasta la esquina del fondo y al sentir la encimera se fue dejando caer hasta que estuvo sentada en el suelo, cerró los ojos con fuerza y oyó a su padre entrando en la cocina mientras decía:

-Venga Dani que eres muy mayor para jugar al escondite.

Dani al oirlo susurró muy bajito, apretando más los ojos:

-Por favor no te asustes...


La era de los dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora