Perversa Oscuridad: Imperio [#2]

20: Mafia

Termino de vestirme y Malya me observa mientras continúa en la cama, cubierta por las sábanas. Acomodo mi corbata y ya estoy listo, camino hasta la puerta, pero la pequeña niña me llama.

―¿Ya te vas?

Me detengo y la miro.

―Se me hace tarde, tengo una reunión importante hoy ―explico.

Hace una pausa y después vuelve a hablar.

―De acuerdo. ―Baja la vista, poniéndose tímida―. ¿Pero qué quisiste decir antes?

Cierto, expuse mis pensamientos sin analizarlo antes.

"Mi debilidad".

Dije en voz alta, pero aún no es seguro andar diciendo lo que pienso. Debo ser precavido o todo se puede volver en mi contra. Todo mi esfuerzo se iría al demonio si me dejo llevar por emociones vanas. Antes de hablar cualquier cosa, debo explorar el terreno, sino habré sufrido para nada y no planeo perder mis objetivos.

―No dije nada ―exclamo fríamente como siempre.

―Pero... ―insiste.

No la dejo seguir hablando, ya que salgo de la habitación, ignorándola. Como debí haber hecho desde un principio. Aunque eso no quita, que me agarre una maldita culpa y se supone que no tengo emociones.

Tengo ganas de matar a alguien.

~~~

Hoy las diferentes mafias se reunirán, todo por lo más importante, el dinero. Es lo que mueve al mundo y a la ilegalidad.

La red de trata, infiere bastante en diferentes campos, los secuestros abren puertas a diferentes lados, no solo a la prostitución. Por eso es tan importante mantener el anonimato, incluso para las otras mafias. Aliados que en realidad pueden ser enemigos.

Apuestas ilegales, casinos corruptos, deudas falsas, carreras sin los permisos, tráfico de drogas, ventas de armas, lavado de dinero, la extorsión, eso y mucho más, conforman a los diferentes tipos de mafias. Todas y cada una forman una red, pero la red de trata somos nosotros, entrar en esta no es tan fácil. Por eso el anterior Neill quiso asesinarme, simplemente, quería un lugar allí. Aunque querer matarme y poder matarme, son dos cosas muy distintas, sin embargo...

Entro a la sala y observo a todos.

Todos mis enemigos.

Personas que puedo reconocer y personas que no. Observo a un lado, Style el hombre de las carreras ilegales, conversa con un subordinado. Miro a otro costado, el jefe de la droga se encuentra hablando con el Señor J. Visualizo a su hija al fondo de la sala, Stella, la cual camina hasta mí.

―Hola. ―Juega con su cabello color chocolate y sonríe. El mismo color que la fallecida Janet. Esta mujer es igual de irritante, solo que tiene un acento diferente y es más joven. Eso me recuerda, que el Señor B no está muy contento, su socia murió por culpa de Malya. La ignoro, pensando en buscarlo, pero agarra mi brazo―. Espera. ―Sonríe.

―No estoy interesado ―digo directo y me suelto―. No me vuelvas a tocar ―amenazo y se asusta.

Deja su miedo, cuando visualiza a Eiden entrar por la puerta principal. Hoy están todos, incluso la familia.

La familia... la familia también es mi enemiga.

Sobre todo mi padre.

La infinidad de enemigos que tengo, no me deja pensar con claridad. Ojalá pudiera matarlos a todos.