Londres, una familia de cuatro damas, integrada por la abuela Joahnna, la tía Fredderina, la madre Brianna y la joven hija, Rogerina. Todas ellas se verán amenazadas por el amor de cuatro hombres, ¿Quién de ellas se podrá casar nuevamente?
Te invito...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Gran Final
La felicidad había llegado realmente a la vida de las tres hermosas damas, cada una era muy feliz con su respectivo hombre.
Hablando sinceramente de ellas tres, y principalmente de la abuela Deacy, bien, ni ella misma podía creer su suerte al unir el resto de su vida a lado de un hombre menor que ella, al unirse al lado de John Deacon para ser inmensamente feliz, sólo ella, John y su pequeño Sammy. Seis años habían pasado desde que ella decidió vivir su vida con John, nunca había creído que la felicidad duraba para siempre, pero era cierto y ella lo vivía en carne propia. A pesar de ser mucho mayor que John, se mantenía mucho más joven que nunca, había dejado los vestidos negros y ahora vestía de colores vivos, como ella se sentía, viva al lado de John. Y John, él nunca se había sentido más feliz que nunca al tener a la mujer que siempre amó y soñó a su lado, era él quien lucía más mayor, los comentarios decían que Joahnna le estaba robando vida a John Deacon, porque ella se mantenía casi joven y John mucho más mayor cada día, pero incluso eso era mucho mejor para ambos, así terminarían juntos y no uno antes que otro. El pequeño Sammy ahora tenía ocho años y amaba a su madre más que a nadie en la vida, a Joahnna se le iluminaban los ojos cada que el pequeño la llamaba "mamá" y la llenaba de besos y abrazos agradeciéndole por hacer feliz a su papá. Y John, qué se podría decir de él.
-Te amo, Joahnna, te amo como jamás creí que mi corazón pudiese amar a alguien — dijo John, mirando los ojos de su amada mujer
-También te amo mucho, John ¿Sabes? — ella se acomodo sobre su almohada, ambos estaban recostados en su cama — Me gustaría que nos casemos algún día, que unamos nuestras vidas frente a los ojos de Dios
-A mí también me gustaría eso —John le acarició el cabello — Y la luna de miel, a mi me gustan las lunas de miel
-¡Tú sólo estás pensando en la luna de miel! — Joahnna lo empujo entre risas
-Bueno, cada noche es nuestra luna de miel, cada noche nos esposamos, cada noche eres mi mujer, cada noche te hago feliz ¿Te hago feliz, Joahnna? — John preguntó melancólico
-Cada noche, cada día, cada tarde, cada hora, cada segundo, cada minuto, cada que respiro me haces feliz, John — Joahnna le dio un beso fugaz en los labios
-Nunca creí que todo esto pudiese ser cierto. Nunca creí que estaríamos juntos en este momento, nunca creí poder despertar en las mañanas y verte a mi regazo, hacerte el amor, besar tus labios, darte un hijo — mencionó, Joahnna soltó una carcajada — Lo imaginé y lo soñe, pero nunca creí hacerlo realidad
-Esto es un sueño justo ahora, John. De hecho también pensaba que terminaría en un asilo de ancianos y sin ver a mis hijas y nieta — dijo ella cabizbaja — Pero me enamoré de ti y no le puedo pedir más nada a la vida
-Pidele un hijo y ya, me conformo con eso — John la abrazó por la cintura, mientras se recostaba encima de ella — De hecho podemos empezar a hacerlo
