Londres, una familia de cuatro damas, integrada por la abuela Joahnna, la tía Fredderina, la madre Brianna y la joven hija, Rogerina. Todas ellas se verán amenazadas por el amor de cuatro hombres, ¿Quién de ellas se podrá casar nuevamente?
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“He estado junto a ti tanto tiempo Eres mi luz Y quiero que sepas que mis sentimientos son verdaderos En verdad te amo” – Queen
-¿Me puedes decir del por qué la bofetada? – pregunto molesto Deacon, mientras sobaba su mejilla
-Eso y más te mereces, mentiroso – escupió la abuela – Esa niña me acaba de confesar que no son esposos
John se quedó confundido, pero al final comprendió del porque la molestia de la abuela. Realmente él le importaba.
-¿Estas celosa? – pregunto sonriente John
-Por favor, esto no tiene nada que ver con los celos – dijo nerviosa Joahnna
-¿Entonces por qué estas molesta? – John arqueo la ceja - ¿O es qué realmente te importo? – y cruzo los brazos
-Claro que no – rio la anciana - ¿Cómo puedes importarme? Eres un niño
-Ah, claro – John rodeo los ojos – Pero si te importa Paul, que es incluso más joven que yo
-Déjate de tonterías, John – regaño Joahnna
-¿A qué viniste, Joahnna? ¿Viniste a hacerme sentir mal? Porque si es eso, puedes irte – contesto triste John, mientras le daba la espalda a Joahnna
-No, John – detuvo ella – Vine a ver cómo sigue tu hijo. Pero ahora sé que ya está fuera de peligro y tal vez sea lo mejor irme – contesto igual triste ella
-No, Joahnna – dijo apenado John – Esta vez quiero tenerte a mi lado, aunque sea como enemigos, pero quiero sentirme acompañado – rogo John, mientras agachaba la mirada
-Si quieres que esté contigo, lo haré – dijo Joahnna, mientras tomaba el hombro de John – Quiero que sepas que estoy contigo, ahora
John levanto la mirada y sonrió a Joahnna, extendió la mano y trato de tomar la de ella y cuando lo hizo, sujeto con tanta fuerza su mano, disfrutando del tacto terciopelo de la anciana, ambos sentían esa misma conexión de amor, porque se amaban. John estaba a punto de acercarse a Joahnna, para estar más cerca de ella y sí funcionaba, no desperdiciaría la oportunidad de intentar besarla, pero lastimosamente, en ese momento salió Brianna, acompañada de Brian.
-Madre – dijo Brianna. En seguida ella soltó la mano de John
-John, amigo, tenemos que irnos – dijo Brian – Rogerina se quedó sola en casa, cuando le pedimos de favor a su abuela, que la vigilara – dijo Brian, gritando lo último contra la abuela Deacy
-Soy su abuela, no su niñera – grito contra Brian, Joahnna – Además, Fredderina se quedó con ella, no está sola
-Como sea, señora – contesto Brian – No se puede confiar en usted
-Uy – dijo sarcástica Joahnna – Y de ti Brian, ni se diga – escupió
-¡Basta los dos! – Detuvo Brianna – Es una lástima que no puedan llevarse bien. Parecen niños
