-J... Jonathan, ¿estas bien?
-Sí, sólo me duele un poco la cabeza, ¿tu lo estas?.
-Sí, eh... Perdón y gracias por defenderme.
-¿Perdonarte porque?.
-Por tener que lidiar con ellos cuando es mi problema y no el tuyo.

Debió ser una humillación para él, debí aprender a defenderme hace mucho tiempo, pero realmente soy un cobarde y no tengo el coraje de hacelo.

-Claro que no me molesta para nada. Y no les hagas caso, son sólo unos inútiles buenos para nada.

Me abrazo del cuello y con la otra mano despeino mi cabello, como si fuera mi hermano o amigo, realmente él es mi único y mejor amigo, sólo que además de mi amigo es mi novio.

Decidimos volver a casa pues se notaba que hoy no era nuestro día, así que tomamos la tarde para ver películas, no se sí seré el único que lee el libro antes de ver la película de este.

Soy tímido, amable y me gusta la música clásica, en cambio, Jonathan, rebelde, extrovertido, y amante del Rock y Metal, aunque cada persona es diferente, y admito que la diferencia nos sobra a ambos. Jonathan y yo no somos la "pareja perfecta" por si lo piensan así, obviamente no me gustarán ciertas cosas de él y a él no le gustarán ciertas cosas de mi, como toda pareja normal pelamos a veces, pero nuestras peleas si les soy sincero son simplemente estúpidas, aunque siempre lo solucionamos sin darnos cuenta. ¿Porque siendo tan distintos aún no hemos terminado?, no es que quiera terminar con él, aunque a veces lo considere en el fondo sé que sin él volvería a ser el mismo chico callado y aguafiestas de antes, es sólo que con tan sólo vernos juntos las personas saben lo que pasará, es como si fuéramos un globo y un cactus apunto de darnos un abrazo, saben que terminara mal, pero yo siendo el globo aún no he explotado, ¿porque?.

No me había percatado de que él me había estado mirando y de que me perdí casi media película por estar hundido en mis pensamientos, lo mire y él sonrió para besar la punta de mi nariz y posar su cabeza encima de la mía oliendo mi cabello, definitivamente muy, muy en el fondo no quiero que se vaya algún día.

Tocaron un par de veces la puerta de mi casa, ¿quien puede ser?, casi nunca nadie viene a verme, pero imaginando que sería la señora Cleir para pedir un poco de azúcar me levanté y decidí abrir, pero al recibir a esa persona me tope con un completo extraño.

-Buenas tardes.
-H... Hola.
-Perdone las interrupciones pero, me preguntaba si esta aquí Todd Coleman.
-Sí, él... Esta adentro.
-¿Puedo pasar a verlo por favor?.
-S... Sí, claro.

Lo deje pasar, había algo en su mirada que simplemente te hipnotizaba, daba miedo, y... ¿Cómo sabe el nombre de Jonathan?.

-Genial, lo que me faltaba.

Escuche decir a Jonathan cuando vio al hombre, era alto, de cabello castaño y ojos negros, piel casi del mismo tono que la de Jonathan, e incluso para mi gusto, vestía muy elegante.

-¿Aún después de tanto tiempo que no nos vemos me recibes así?, tienes un corazón realmente frío Todd.
-Nunca estoy feliz de verte y no me vuelvas a llamar así.

En el aire se notaba que yo estaba sobrando en esa habitación, realmente Jonathan no estaba feliz, nada feliz.

-¿Y quien es él, tu nuevo amigo?, debo suponer que no sabe nada de mi por la manera en que me miro.
-Si viniste a molestarme te recomiendo que vuelvas por donde viniste.
-Oh, porque tanta crueldad, así no se tratan los hermanos.

¿Hermanos?... ¿Es su hermano?

-¿Enserio quieres saberlo? Me lo quitaste todo. ¿Acaso no lo recuerdas?.
-Con cada detalle. Mira no vine en vano aquí sólo para verte la cara, si recuerdas a ciertas personas llamadas "mamá y papá", ellos quieren hablar contigo, quieren verte, te aseguro que tú localización me valió casi la vida, así que respondeles.
-Las únicas palabras que tengo para ellos son "no me interesa". Ahora largo.
-Escucha, sabes que tienen poder de hacer lo que quieran, y yo solamente soy el mensajero. Si no vas, sabes que también tengo el poder de obtener lo que quiero cuando se me plazca. Por ejemplo, a ese chico.

Me apunto de forma amenazante ampliando una sonrisa hacia Jonathan, y yo, tan sólo podía quedarme ahí mirando.

-No, no lo metas en esto. Toda la vida me arrebataste mis logros, me quitaste cosas que eran importantes para mi, no te confórmaste con ser el hijo favorito, querías más, sentías invidia agena, querías quitármelo todo, y nunca me inmutaba porque fuiste siempre el favorito de la familia.

Jonathan se veía molesto y a la vez, se notaba cuán cansado y dolido estaba, cansado de todo y se desahogó con él.

-Pero esta vez no te voy a dejar, puedes quitarme todo lo que tenga ahora si quieres, pero jamás dejaré que le pongas un dedo encima a David, es mío, y si te atreves a quitármelo te prometo que seré yo quien no tenga compasión por el otro.

A su hermano se le notaba lo asombrado que estaba por sus palabras, incluso yo estaba en shock, no por la amenaza, si no, por la manera en que me defendió, mis mejillas seguro estaban como tomates.

-Vaya hermanito, tan agresivo como siempre,   está bien, te dejaré en paz, pero recuerda que ellos te buscan ahora.
-No me importa, ahora fuera.
-Vale, vale, te lo advertí, trate de salvar tu culo hermano, bueno, ya no es problema mío. Adiós.

Se fue no sin antes darme una mirada llena de palabras y frialdad, cerró la puerta de paso. Jonathan suspiro pesadamente y perdió el equilibrio por un momento.

-¿Jonathan?.
-Sólo... Me duele la cabeza es todo.
-Ven, vamos a mi habitación.

Lo ayude a mantenerse firme mientras subíamos las escaleras, y lo acosté en la cama, se veía muy estresado, desde está mañana se le notaba, ¿podría haber sido su hermano quien lo llamo el otro día?.

Lo deje recostarse un rato debajo de las sábanas y me dirigí a la cocina a prepárale un té de manzanilla, le quitará un poco el dolor y lo ayudara a dormir. Debo suponer que Jonathan al parecer literalmente no se llevaba bien con su familia, debe doler mucho. Me pregunto si lo haría feliz ser parte de la mía.

Subí a la habitación y le lleve el té y traje un cepillo, además de desestresarlo me gusta cepillar su cabello para pasar el tiempo, aunque no le gusta que lo toquen. Sentados en la cama él tomó un sorbo de su té mientras yo sólo pasaba el cepillo entre mechones.

-Perdón por lo de hoy, él era Derek, mi hermano menor. Sabía que vendría pero no pensé que me encontraría.
-No hay problema, soy yo quien debe disculparse.
-¿Porque?.
-Soy una vergüenza para todos, no hice nada más que quedarme parado cuando me defendiste en el parque, de igual manera paso con tu hermano, eso es realmente inútil ¿enserio me preguntas porqué?. Perdón si alguna vez te avergonzaste de mi.
-¿Que estas diciendo?, yo jamás me avergoncé o me avergonzaría de ti, todo lo contrario, quiero presumirte ante todos, se que suena mal y un poco egoísta pero, eres muy especial para mi. Aparte de mi motocicleta claro.
-Idiota...

Puse los ojos en blanco y lo abrace inconscientemente y el sin dudas respondió mi abrazo, es tan dulce.

-Pero hablando enserio, te amo David. Jamás sentiré ni siquiera una pequeña pizca de arrepentimiento al haberte conocido.

Sus labios buscaron lugar en los míos y por la costumbre sabían en donde encajaban, podía sentir siempre el calor y humedad que era extrañamente reconfortante en ese aspecto. Esa noche, Jonathan durmió como un perezoso, no se despertó en toda la noche, aunque debo admitir que estaba algo preocupado, el estrés le afectó mucho, tanto que le hizo tener mareos, pero lo importante ahora, es la suerte de que está bien.

Los opuestos se atraenWhere stories live. Discover now