Los opuestos se atraen

Capitulo 19:

Al regresar a casa, lo primero que hice fue tomar un baño. No entiendo, ¡como fue que deje entrar a Jonathan conmigo!. Mientras yo estaba recostado en su pecho de espaldas él jugaba con el jabón en mi cabello, parecía un niño, o corrección, parecemos niños.

-Corbatitas ¿porque no te dejas el cabello largo?.
-No me gusta, además, el cabello largo me da cosquillas en el cuello.

Mientras tenía la mirada perdida sus manos llegaron a mi vientre abrazandome y apoyando su barbilla en mi cabeza.

-Tienes razón, así eres más adorable.

Una de sus manos fue más abajo hasta tocar mi "parte íntima", yo me sobresalte y sonroje.

-Q... Que haces, ¡No toques ahí!.
-Una vez que comienzo no puedo detenerme.
-Sabes que no estoy de acuerdo con ello.

Tomó mi miembro y comenzó a subir y bajar su mano, no importa en que piense o que haga, si sé que es él quien me está tocando no puedo evitar excitarme.

-N...no ... Ah...

Comenzó a besarme el cuello mientras aumentaba la velocidad de su mano, cerré mis ojos con fuerza y comencé a gemir.

-J... Jonathan... Ahg... Par...
-Eres una delicia de persona...

Su otra mano comenzó a rozar mis pezones, mientras el baño hacia el eco de mis gemidos, intente decirle que se detuviera, pero en este punto no era consiente de nada, y después de unos segundos me corrí en su mano.

-En verdad no importa cuantos años tengas, te seguirás viendo como un enano.
-¡Cállate!, soy mayor que tú, no se supone que debería de ser así...
-Lo siento "señorito", que puedo hacer, eres muy tierno.

Aunque no lo admita, me gusta que me alague. Mi respiración era pesada, él me recostó en su pecho y beso mi frente.

-Ere la mejor persona que he conocido.

Me dijo, porque dice cosas como esas en momentos tan inoportunos. Me quede callado, pero por eso lo abrace aún más fuerte, él también ha sido una de las mejores personas que he conocido, y la que mejor me ha tratado que no sea mi familia.

-Jonathan, ahora que recuerdo, quiero que me cuentes... ¿Como fuiste de niño?.
-No lo se...
-Vamos, lo prometiste.
-...Esta bien, pero promete que serás sincero.
-De acuerdo.
-Bien... Tuve un niñez... Muy dura, mi padre era un drogadicto, y mi madre prostituta, después que nació mi hermano y yo, se operó y volvió a su trabajo, nunca pasaron tiempo con nosotros, ni siquiera se sí en verdad nos querían. Pero a pesar de eso nunca me falto nada, veníamos de una familia con muy buenos recursos, pero sin futuro, en la escuela me esforcé, tenía unas notas promedio, pero, el problema eran los demás, me juzgaban sin antes conocerme, pero eso nunca me importó, era el "chico malo y solitario", así que nadie se metía conmigo, claro, que eso tenía sus desventajas.
-¿Como cuales...?
-la soledad.
-¿... Y que paso después?.
-A los 19 después que termine la universidad me escape y jamás volví, nunca me buscaron, y jamás deje que me encontraran... Sentí libertad por esos momentos.
-...
-No me arrepiento de esa decisión. Ahora ¿debes estar aterrorizado de mi verdad?... Por eso no quería decirte nada, no quiero que por eso te alejes de mi.

Nos vimos fijo, no se porque no me sorprende tanto. Yo rápidamente lo abrace por el cuello dejándolo confundido. Ese idiota.

-No me importa, aún así... Quiero estar contigo.

Escuchar su historia fue muy triste, lo admito, pero no fue su culpa, además, por eso, no creo que lo deje de querer, si no, no sería... ¿Verdadero amor?.

Él se había apegado a mi, sentía unas calidad gotas de agua pasar por mi espalda y un pequeño sollozo, ¿esta llorando?.

-¿Jonathan?.
-Gracias...

Dijo casi inaudible, jamás lo había visto llorar, yo lo mime y consolé hasta el último momento, al principio creí que él no tenía sentimientos ni para llorar, pero veo que estaba equivocado. En realidad sólo es así conmigo, con otras personas es alguien... Frío y grosero, pero conmigo es más que dulce, como un niño. Sin duda esto parece un juego de niños pequeños.