Capitulo 22:

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Soy tan ingenuo al sentir tal cosa, soy tan patético, tan estúpido. Por que a pesar de todo lo sigo amando. Me encontraba en el hospital sentado en la sala de espera impaciente por verlo, como detesto preocuparme tanto por él, incluso estoy rezando por que no le haya pasado nada malo, ahora me di cuenta cuanto me importa este lunático, sin duda estoy condenado.

-Familiar del señor Jonathan.
-Aquí.

Me levanté nervioso, las paredes blancas del hospital me hacían sentir claustrofobia, quería verlo pero a la vez no, tengo miedo de ver que tan mal está. Pero lo que más miedo me da, es que no quiera volver a hablarme por lo de la otra vez. Me dejaron en la habitación sólo con él, poco a poco me acerque a la camilla en la que se encontraba al parecer dormido, tenía una muñeca enyesada, varios moretones en los brazos y cara, y un torniquete en la rodilla, con sólo verlo quería gritar de angustia, ¿acaso esto es un sufrimiento para mi?.

Me quede a su lado varias horas viéndolo fijamente, viendo sus heridas y diciéndole con la mirada: "despierta", es verdad lo que dicen, nadie sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y sé que si lo llego a perder mi vida tomara rumbo al fracaso... Otra vez.

Vi sus manos moverse, me acerque un poco, se estaba despertando, se puso la mano en la cabeza en señal de dolor y se sentó en la cama, al abrir los ojos me miro confundido.

-Como te odio...

Dije con lágrimas en los ojos, estaba llorando. ¿Porque lloraba?.

-Te odio... ¡Eres una molestia para mi vida! eres un engreído, un patán, ¡alguien sumamente despreciable! ¡Y por más que me niegue no puedo vivir sin ti!, esa necesidad de que te diga lo siento sólo por inseguridad propia me... Yo... ¿porqué... te amo?.

Tape mis ojos con las manos llenándolas de lágrimas que caían como lluvia, como puede él controlar mis emociones, tristeza, alegría, enojo, todo al mismo tiempo. Me sentía muy destrozado por dentro y por fuera, sentía como me faltaba el aire.

Tomó mi mano atrayendome hacia él y me abrazo, como necesitaba ese abrazo acogedor.

-Por que estas locamente enamorado de este imbécil que no pudo evitar quitar los ojos de ti.

Respondió calmando mi llanto acariciando mi cabeza, ¿después de lo que dije él no me odia?, aunque no este enojado aún así merece mis disculpas.

-Lo... Lo lamente... Por decir esas cosas, yo no quería decir eso... y tampoco quería preocuparte.
-Esta bien, no estoy molesto, yo nunca dejaría de quererte por algo así.

Era como si leyera mi mente, aunque estaba más tranquilo. Quizás no era amor, tal vez, era una pequeña necesidad de sentir algo diferente. Algo que marcará mi vida por un momento, que se convirtió en un error que no quiero reparar.

-Aunque me hizo feliz que te preocuparás por mi.
-Eres un imbécil, pensé que te había pasado algo peor.
-Je je... ¿Y si hubiera pasado?, te morirías sin mi?.
-Cállate...

Claro que sí. Esa misma noche le dieron de alta, tuve un muy preciso cuidado con él, y para que aprenda a tener cuidado, no lo dejaré andar en moto por dos meses, cuando llegamos a casa lo ayude a vestirse y ambos fuimos a la cama, eran las 5:00 de la mañana y estábamos cansados, él tenía sus brazos alrededor de mi y su boca junto a mi oído, su respiración tan cerca de mi cuello me pone nervioso, y hace que mi corazón se sienta cálido, espero que estas sensaciones no desaparezcan nunca.

***

En la mañana, ninguno de los dos fue a trabajar, en primer lugar, dormimos pocas horas así que estábamos somnolientos, y en segundo, teníamos "cosas" que hablar.

-Y... Eso fue todo lo que Jason me dijo, perdón por no decírtelo antes, no quería preocuparte.
-...
-¿Jonathan?.
-Si ese insecto llega a tocarte encontraran su cuerpo en suiza.
-¿¡Ah?!.
-Eres mío, aplastare como a una mosca a quienes tengan intenciones amorosas por ti.
-¿Sabes?, a veces das miedo.

Me dio una sonrisa triunfante diciendo con la mirada: "Gracias, lo se", parece un asesino, en serie, pero aunque odio admitirlo, así lo sigo queriendo, ¿que puedo hacer para que esto dure?, aunque no puedo obligarlo, nada es para siempre...

-¿David?.
-¿Sí?.
-Prométeme que cuando tengas un problema contarmelo, así, te ayudare como sea posible, y yo haré lo mismo contigo.
-Lo... Lo prometo.

Él sonrió y se acercó a mi rostro dándome un feroz beso, por mis adentros me podía escuchar gritar: "Te amo", y no ha sido sólo esta vez, sino siempre, cuando lo conocí todo esto que siento comenzó a pasar, y como yo era tan inocente y nuevo en esto, nunca me di cuenta, por ahora, no lo pienso dejar ir, y espero que él tampoco a mi. Es increíble como sus besos me hacen decir tantas cosas que seguro antes de pensarlas me las negaría. Y sentir tal cosa como que me tiemblen las piernas. Soy tan vergonzoso, que nunca me atrevería a decirle a Jonathan con mis palabras todo lo que pasa por mi cabeza cada jodida vez que pienso en él. Antes moriría.

Los opuestos se atraenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora