Capítulo siete: Solo un día.

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Respiro hondo sintiendo como sus sentidos volvían a la conciencia, notando a los dos oficiales de frente. Tomó el vaso de agua con lentatitud, Siente como no puede mantener el control y eso la aterra porque al final fue culpable, no está dispuesta a negar. Una navaja ensangrentada sobresalió de sus ropas dejándola reposar sobre la mesa de interrogatorios.

Limpió con nerviosismo su rostro cubierto del carmesí color sangre. Todo paso tan rápido que no pudo seguir cada suceso para llegar a ese punto.

-Bien, Ahora dinos como sucedió todo...- Preguntó el oficial mientras su compañero metía la prueba en una bolsa.

-Esta bien...- Contestó Lazuli cubriendo su rostro con ambas manos igualmente tintadas por un tono rojo llegando a rozar el negro. Su voz estaba temblorosa.

Un día normal como cualquier otro estaba descansando en su casa y Peridot en un viaje con sus padres puesto que son vacaciones. Acariciaba las cuerdas haciendo lucir algunas botas suaves, buscando la faltante. El timbre resonó causando una sensación extraña e incómoda por alguna razón sentía miedo. La guitarra quedó en el suelo, mientras ella bajaba a atender cuando finalmente llegó un aire de miedo la invadió, pero decidió ignorarlo. Giro el pomo lentamente hasta escuchar un click. La puerta fue empujada causando que cayera al suelo para ver con horror a su atacante.

-Aquí estas...- Susurro un hombre alto y fornido cargando una navaja en la mano.

-¡Largate!...- Sentía su cuerpo temblar, sin embargo logró ponerse nuevamente de pie.

-Tu vienes conmigo...- La tomó del brazo para jalarla bruscamente ocasionando un notorio enrojecimiento en su brazo.

-¡NO!, TE ODIO...- Forcejeaba Lazuli arañando los brazos del agresor hasta que esté noto a los vecinos.

-Cierra la boca o tu amiguita sufrirá las consecuencias..- Mostró por debajo una foto de Peridot dejando a Lapis en shock.

-Vamos...- Susurro para ser llevada a la camioneta.

El hombre se llevó a Lapis lejos de Ciudad Playa hasta una parte rural donde alcanzaba a apreciar algunos graneros y grandes parcelas verdes. Una lágrima bajo lentamente por su mejilla cuando sintió la mano del señor acariciar su pierna.

Mordió su mano con fuerza llegando a sangrar por las constantes caricias indebidas hasta que ese hombre adentro la mano en su intimidad. Unas cuantas lágrimas más aparecieron, pero evitaba que fueran vistas. Su mano izquierda callaba cualquier sonido proveniente de su garganta, no resistía el asco que sentía.

La camioneta llegó a una granja dejo de toquetearla para bajar jalandola, sin ningún cuidado la arrastró haciendo que sus rodillas sangraran por las piedras. El estómago de Lapis quería dejar salir todo su almuerzo y lo hizo.

-Estúpida...- Pateó el estómago de Lapis dejándola tirada- Limpialos con la lengua sucia zorra...- Trago grueso para, como un animal lamer los residuos de los zapatos al terminar completamente asqueada recibió otra patada esta vez en la boca.

Volvió a ser arrastrada hasta llegar al granero. El hombre abrió la puerta dejando ver un montón más de sujetos que al mirar a Lazuli comenzaron a chiflar y soltar piropos.

-Bien, Nos costo, pero encontré a esta perra finalmente...- Decía el hombre sonriendo burlón dejando a Lapis tirada que no tardó en ser rodeada por los presentes.

-Mira, Es una belleza, a pesar de ser una fácil...- Soltó ronco uno bajando la bragueta. Sintió ese recuerdo volver de golpe al sentir un miembro rozando sus labios se obligó, a si misma abrir la boca recibiendo sin cuidado al sujeto que jalaba su cabello como si fuera un juguete. Su ropa desaparecio, Su pureza, Su escaso brillo en los ojos y dignidad cuando era violada en multitud uno, tras otro, otro y otro sin despegarse quería morirse. Deseaba tanto un tiro en la cabeza, pero nunca llegó sólo llegaban más hombres a profanarla en un punto metieron una escoba en su intimidad sentía como las astillas lastimaban el interior asi como el palo lastimaba al golpear con fuerza. No lloraba, ni una sola lágrima, parecía una muñeca vacía que solo soltaba quejidos al dolor, no le extraño ver sangre sentia unas enormes ganas de dormir. Recibió una bofetada para sentir como tomaban su mandíbula.

Imperfectas - LapidotМесто, где живут истории. Откройте их для себя