—Eso se soluciona —dice Eric al tiempo que se levanta del sofá.

Estoy acostumbrada a ser objeto de fotografías gracias a León, pues siempre me pedía ser su modelo para casi todos los proyectos de la universidad. Sin embargo, no puedo evitar sentir algo de nerviosismo. Eric saca su cámara profesional del estuche y comienza a ajustar el lente mientras tararea una canción que no conozco.

—Esto es ridículo —comento observando la pantalla de la laptop—. A nadie le interesa lo que publique o no.

—Te sorprenderías —contradice Cedric—. Los admiradores son así, toman partido y quieren emparejar a sus ídolos.

—¿Ustedes ya son ídolos de alguien? —pregunto sin contener una risita.

—¡Pues sí! —exclama el chico— Aunque no lo creas... Claro que Dimas y Eric son quienes más admiradoras atraen.

—Imagino que Eric está feliz —adivino.

El aludido me arroja un guiño divertido.

—No me quejo.

Sofía saca un estuche de maquillaje de su bolso Gucci color crema y sin preguntar comienza a aplicarme labial. Cierro los ojos y cuento hasta cien mientras la dejo decorarme la cara como payaso... No obstante, al mirarme en el espejo tengo que admitir que Sofía debería impartir cursos de maquillaje, pues ha conseguido que luzca natural y sofisticada.

—¿Y ahora qué? —pregunto derrotada.

—Acuéstate —responde Eric.

Le dirijo una mirada suplicante a Sofía, pero mi amiga sólo me sonríe emocionada. Obedezco, de nuevo, y coloco ambas manos sobre mi abdomen con expresión de hastío.

—Parece que vas a un velorio —dice Cedric.

—O que es el motivo del velorio —burla Eric.

Ambos ríen mientras Sofía se acerca y acomoda mi cabello para hacerlo lucir revuelto sobre el almohadón del sofá.

—Recuérdame por qué te permito todo esto —le digo entornando los ojos.

—Porque soy tu mejor amiga, me amas y sabes que siempre tengo la razón.

Odiosa verdad, ugh.

—Bien —suspiro resignada—. Terminemos rápido.

Mi cerebro se congela un instante y creo que he sufrido un mini infarto cuando Eric se coloca arriba de mí. Tiene una rodilla a cada lado de mi cadera y no ha podido disimular una risa burlesca por mi reacción. Entiendo que para él sea normal la proximidad con muchas chicas, pero para mí no y siendo honestos su atractivo puede dejar nerviosa a cualquiera. Sostiene la cámara en lo alto con los mechones de cabello oscuro cayendo a los lados y trago saliva en un intento inútil por tranquilizarme.

—¡No! —exclamo con mis manos extendidas en medio de nosotros y a punto de derribarlo— ¡Así no! ¡Me niego! ¡Sofía!

—¡Te sostendré si es necesario! —amenaza ella— ¡Es sólo una foto y Eric es tu amigo!

Eric aparta la cámara y sonríe.

—Tomo fotos así todo el tiempo, Aura. No exageres.

—¡Exagero todo lo que quiera! ¡Así lo único que pensarán es que soy una fácil!

—Nadie sabrá quién la tomó —señala Cedric—. Además quedará muy bien.

—¡Claro que quedará bien, pero...!

—¡Por favor! —pide Sofía— ¡Llevo el día entero planeando esto!

Aprieto los puños y los dejo caer a mis lados con fuerza sobre el sofá; a Eric le parece divertidísimo mi pequeño berrinche.

La Melodía de Aura 1 - PreludioWhere stories live. Discover now