Capítulo 20

281 7 2
                                    

KIRBY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

KIRBY

Tres veces, tres veces sonó el timbre de la casa como eso de las 11:45 pm.

Me encontraba en mi habitación durmiendo con Evan. Claramente mis padres no sabían que él estaba aquí ni que había descubierto los secretos de papá y el tío Charles. Después de la fiesta de Halloween, Evan y yo nos habíamos quedado dormidos. Apenas habían transcurrido un par de horas. Me levanté de la cama cuando el timbre de la casa sonó.

—Espera aquí —le dije a Evan que estaba sentado en la cama soñoliento—. Ahora regreso.

Me asomé por la puerta, pero no logré escuchar nada ¿Quién será a esta hora? ¿Será un policía?. Sabía que mamá estaba preparando el cuerpo de Florence, y que Nikolás la ayudaba, esta vez le dije que no me sentía muy bien.

Bajé en silencio por las escaleras cuando los vi. Unos hombres encapuchados tenían a papá y a Landon amarrados boca a abajo, del otro costado vi a mamá y a Nikolás que se dirigían a la casa con unos hombres escoltándolos con armas.

—¡¿En donde está?! —insistió con dureza un hombre armado.

Detrás de él había tres hombres más. Todos llevaban puestos unos trajes negros con la cara tapada. Cada uno apuntaba a mi familia con sus armas.

—No sé donde está —le respondió mi padre.

—Claro que lo sabes —respondió uno de ellos—. Siempre lo has sabido, así que responde ¿En donde tienes escondido al chico?

¿De qué chico hablan?

—Ya te dije que no lo sé —volvió a responderle mi padre.

En eso, aquel hombre le dio un golpe a mi padre con su arma.

—¿Quieres verme la cara de idiota? —espetó aquel hombre con enfado.

—¡No está aquí! —gritó Landon—. Nosotros no sabemos nada, déjenos ir, por favor.

Mi madre miró hacia las escaleras y fue entonces cuando me vio, me miró con los ojos de par en par asustada. Tenía sus manos atadas por detrás, pero aun así como pudo, me hizo unas señas de "no hagas nada". Solíamos hablarnos en señas de vez en cuando desde que éramos niños.

No logré escuchar que le dijo a mi padre, ya que retrocedí inmediatamente subiendo de nuevo al segundo piso. Molly estaba parada en el pasillo con su peluche en la mano mientras me miraba, corrí hacia ella en silencio.

—Molly, juguemos a las escondidas, ¿Te parece? —le susurré—. Vete a esconder mientras yo cuento hasta diez, no salgas hasta que te encuentre o ya sea mamá, ¿Estás lista?

Ella asintió. La vi correr por el pasillo inocentemente. Me dirigí a la habitación de los mellizos que estaban en la cama.

—Aiden, Aldrich, necesito que se escondan como suelen hacerlo —me apresuré a decir—. Por favor, por nada del mundo vayan a salir, al menos que no sea yo o mis papás o hermanos ¿Entendieron?

CORPSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora