La familia perfecta.
Asesinatos desgarrados.
Mentiras de por medio.
Y un secreto,
con muchos misterios que resolver.
Después de que Kirby y su familia llegaron al pueblo de Morwick, esa misma noche encontraron un cadáver en el bosque, sucesos extrañ...
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KIRBY
Se decía que las muertes de aquellas chicas habían sido causadas por un animal salvaje, por supuesto muchos dijeron que no. Así que se optó porque fue un homicidio y que había un asesino entre nosotros.
—Vean lo que encontré —dijo Keith mientras se sentaba en la silla cuando llegó a nosotras, que la esperábamos en la cafetería. Colocó el libro que llevaba hace un momento en sus manos sobre la mesa, y lo abrió extendiéndolo a nuestra dirección—. Aquí dice que los lobos tienen tres formas de licantropía; la de humano, la híbrida entre humano y lobo, y la de lobo. En su forma humanoide es totalmente indistinguible del resto de los humanos, ¿Ahora lo ven?
—¿Estás afirmando que realmente es un lobo? —inquirió Connie mirándola seriamente.
—Así es, ¿Qué más podría ser? —respondió Keith con obviedad.
—¿No se supone que los lobos atacan en su forma de animal? —comenté—. Lo que yo vi no parecía para nada un lobo.
—¿Entonces un vampiro? —dijo Connie con los brazos sobre la mesa.
—No lo creo, ¿Para qué quería los órganos en vez de la sangre? —preguntó Keith.
—Tal vez es un vampiro diferente —murmuró Connie.
—Esto es muy complicado —dije llevando mis manos a mi cabello exasperada—. Mi hermano Nikolás dice que quizás los vende, pero eso suena irracional, ya que para eso tendría que llevárselos todos, y no solo uno. Y mi mamá cree que solo es un asesino serial.
Keith me miró inspeccionándome.
—Puede que tu mamá tenga razón —añadió Connie. Keith colocó sus codos sobre la mesa aun mirándome fijamente.
—Entonces dices, ¿Qué tu mamá inspecciona cadáveres y tu le ayudas? —preguntó Keith, recordando una de las platicas que tuve acerca del trabajo de mi madre.
—No es que los inspeccione, ella busca las razones por las que una persona murió —le corregí.
—¿Acaso no te da miedo ver cadáveres? —inquirió Connie. Negué ligeramente con la cabeza.
—Ya me acostumbré —contesté encogiéndome de hombros.
—Eres fuerte —agregó—. Yo me desmayo de tan solo ver sangre, no me imagino ver a un muerto.
—Es que antes de verlos como muertos, los veo como personas —añadí serena.
—Yo creo que es interesante —agregó Keith—. Esto que está sucediendo en el pueblo, hace que me sienta parte de una serie o película de esas que pasan en la televisión.
Connie y yo intercambiamos miradas.
—¿Si sabes que esto es real? ¿No tienes miedo a que te maten? —le preguntó Connie a Keith.
