Día 4

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Lo bueno de los viernes, es que no tenía ninguna práctica. Sólo era pasarme todo el día en la enfermería hasta que cayera la noche y nada más.

Y lo mejor es que hoy yo no me iba a quedar en el turno nocturno.

«Mmm, si, la venganza es dulce, hermanita»

Durante el turno de la mañana, de ocho a dos, el flujo en la enfermería estuvo tranquilo. Solo tuvimos a algunos campistas que se cayeron del Muro para Escalar y terminaron con algunos rasguños y raspaduras. Aunque una hija de Afrodita se cayó de su pegaso durante la clase y se dobló su tobillo, pero no fue nada que con un poco de ambrosía y néctar no se curara.

A la hora del almuerzo, al medio día, me quede en la enfermería solo, comiendo una ensalada que Kayla me había dejado. Pero la aparición de alguien alegró mi día.

—Ey, Nicks —saludé al hijo de Hades mientras entraba por la puerta con un sándwich en la boca. Recibí un sonido amortiguado por la comida que supuse era "Hola".

Nico movió una silla y la puso en frente de la mesa en donde me encontraba. Usábamos esta mesa para comer o sólo para descansar cuando estábamos de turno en la enfermería.

Tragó el bocado que estaba masticando y se aclaró la garganta. —¿Qué haces?

—Un pequeño e innecesario inventario de los materiales que tenemos en estos cajones —respondí llevándome una hoja de espinaca junto con una rebanada de manzana a la boca mientras volvía a guardar las vendas y anotaba "20 rollos. 1.5 metros cada uno" en una libreta. Deje mi tarea a un lado y me enfoqué en el chico frente a mí y en mi ensalada también.

—Yo, am, solo pasaba para saludar y ver si necesitabas ayuda en algo. Pero parece que tienes todo cubierto.

—Bueno, ha sido un día aburrido y sin mucho movimiento, si, pero eso no significa que no me puedas ayudar con algo —repliqué con una sonrisa provocativa mientras me llevaba otro puño de ensalada a mi boca.

Nico frunció el ceño y masticó más despacio por unos segundos, pero decidió que mi tono sólo era para molestarlo y al final puso sus ojos en blanco.

—¿En hacer pequeños e innecesarios inventarios? No, gracias, mejor paso. Y yo que pensé que esta tarde vendaríamos algunos huesos rotos y coseríamos algunas heridas grotescamente sangrando. Tal vez junto con un par de experiencias cercanas a la muerte también.

—Mis disculpas si los últimos días no han sido tan los extremos y emocionantes como habias esperado, Chico Muerte —Nico volvió a rodar sus ojos al oír ese apodo, lo cual solo me hizo querer decirlo mucho más seguido, y probablemente así lo haría.

—Como sea, ¿a qué horas acaba tu turno? ¿Vas a tomar el de la noche?

—Nop. Kayla y Cole estarán tomándolo hoy. Mañana nos toca a Austin y a mi.

—Entonces —ahora Nico era el que me dio una sonrisa provocadora, pero sabía que solo era para burlarse de mi—, ¿a qué horas irás a mi cabaña?

—¿Te parece a las ocho, tal vez? Después de la cena.

—Muy bien. ¿Tienes alguna idea en mente?

—Encontré algunas muy buenas ayer en la cabaña de Hermes —respondí con una sonrisa cómplice—, de tus favoritas, en realidad.

Durante Un "Captura La Bandera" | SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora