Día 2

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—¿Así que tienes otra cita hoy, hermanito? —inquirió Kayla, depositando su bandeja de comida a mi lado en la mesa de Apolo.

En lugar de responder, seguí comiendo mi pan tostado con mermelada de fresa.

—Vi que Nico se acercó a ti antes de que el desayuno comenzará —siguió mi hermana, sin captar el significado de mi silencio—. Parecías muy feliz después de que ustedes dos terminaron de hablar.

—¿Austin, tú escuchas algo? —entrecerré mis ojos en dirección a mi hermano, que estaba sentado frente a mí comiendo una ensalada de frutas.

Austin sólo rodó sus ojos y siguió comiendo.

—Lo sé, yo tampoco.

—Se supone que tú eres el mayor, Will —dijo mi hermano, dejando su ensalada a un lado—. Además, todos sabemos que hay algo entre tú y Nico di Angelo. Es obvio.

Casi me atraganto con el pedazo de pan que estaba masticando.

Tomé un sorbo a mi vaso de leche y me aclaré la garganta.

—No hay nada entre Nico y yo. Al menos, no aún.

—¿Realmente crees que Nico no tiene las mismas intenciones que tú, Will? —dijo Kayla—. Unas amigas de la cabaña de Afrodita me enseñaron a ver las emociones de las personas a través de sus ojos, y créeme cuando te digo que las de Nico son muy obvias al igual que las tuyas.

—¿Crees que él sospeche algo? —pregunté poniéndome nervioso.

—Lamentablemente, no lo creo. Es tan denso como tú, hermano. No sabría si un chico está tratando de conquistarlo aunque se lo gritara en la cara.

—Aunque —señaló Austin—, le dices "Calaverita" de apodo. Es un nombre un poco... inusual para llamar a un amigo.

—Sólo lo digo para hacerlo enojar —respondí.

—Desde que los hijos de Hefesto lograron inventar una forma de ver televisión satelital sin atraer monstruos, te la pasas todos los viernes metido en la cabaña 13 viendo películas con Nico —replicó Kayla.

—Se ha perdido de varios años de peliculas metido en ese hotel en Las Vegas. Él mismo me pidió que lo ayudará a actualizarse.

—Lo tuviste metido en la enfermería por un mes completo y sólo te hiciste cargo de él.

—Necesitaba recuperar fuerzas después de la guerra.

—Le diste de comer en la boca por una semana hasta que te amenazó con mandarte a los Campos de Castigo, aunque dichas amenazas no parecían muy serias, a decir verdad.

—De nuevo, estaba débil. Necesitaba cuidados extremos. Y, créeme, que si daban miedo.

—Cuando tenía pesadillas, le cantabas hasta que se quedaba dormido y a veces tú mismo dormías a su lado, agarrando su mano.

—Razones médicas. Me hice cargo de que entendiera por qué lo hice. Además, ¿cómo es que sabes todo eso, Kayla?

—Tomé varios turnos nocturnos en la enfermería —contestó encogiéndose de hombros.

—Y no tenía nada mejor que hacer más que shipear a su hermano con un hijo de Hades —murmuró Austin—. ¡Ouch! ¿Por qué me pateaste?

—Yo no hice nada —contestó Kayla inocentemente.

—Número uno, ¿qué demonios es "shi"..."shipear"? Y número dos, tienes razón, Austin, soy el hermano mayor, por lo tanto tienen que dejar de molestarme y de meterse en mi vida privada.

Durante Un "Captura La Bandera" | SolangeloWhere stories live. Discover now