- No te amo Jimin, no te quiero. Te quiero lejos de mi.- sin miedo empezó acercarse hacia el nombrado, que en ningún minuto bajó su arma. - No sabes cuánto te detesto, terminaste con mi felicidad y la convertiste en un infierno.
Entonces disparo...
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Hoy era un día muy importante para el rubio, hoy por fin salía de ese horripilante lugar que era un infierno, que estaba lleno de violadores, rateros, drogadictos y asesinos incluyéndose a él.
Pero lo que más feliz e importante de ese día es que por fin vería a su hermoso novio después de cuatro años quien seguramente ya lo esperaba afuera de ese horripilante lugar.
¿Como estará ahora? ¿Estará mas lindo? ¿Seguirá siendo inocente como hace cuatro años? ¿Me extrañara?
¿Me habrá perdonado?
Se preguntaba una y otra vez mientras guardaba sus pocas cosas en una maleta, la misma que tenía cuando lo encarcelaron.
Sé vistió rápido y por último se coloco sus zapatos ya por fin saliendo de esa pequeña celda que consistía en una cama que con trabajo cabía una persona, sin almohadilla y una cobija extremadamente delgada, junto al lado de su cama estaba un retrete y lavabo.
Lo más horrible del mundo.
Recibio alagos e insultos por parte de los demás rehenes mientras pasaba por los pasillos, mientras tanto el llevaba una sonrisa triunfante en su rostro burlándose de ellos.
- ¡Princesa!. - Grito uno de sus pocos amigos.- Te vas y no me has pagado mi dinero perra.
- No se preocupe Hyung.- Le sonrió acercándose a su celda.- Nos vamos a encontrar allá fuera.
- No me falta mucho, así que prepara mi dinero .- Sonrió mostrando sus hoyuelos.- Que perra, sales antes que yo.
- Nos vemos NamJoon.- se dió la vuelta y siguió su camino con los dos guardias detras de el.
✍🌄🏢
Después de haber firmado por último unos papeles y hablar con un juez junto su abogado, por fin salió por todas las puertas de seguridad y llegó a la última...la puerta de la libertad, como la hacían conocer los rehenes.
"La luz de la oscuridad"
Las grandes puertas de metal inoxidable se abrieron dejando ver el paisaje que hace cuatro años Jimin no veía, un carro negro económico se encontraba estacionado a unos pocos metros y de este bajaba un chico de piel pálida y con pelo negro.
Jimin sonrio sin poder evitarlo y respondió a todas sus preguntas mentalmente, menos a una.
- Hola Jimin.- sonrió mostrando sus hermosos dientes blancos.
