Capítulo. 18

2.4K 203 3
                                    

9 de Julio del 2015

—¿Donde iríamos mañana Stiles? -preguntó mientras entró a la recámara. Estas terminando de cambiarte,  no puedo evitar observar un rato.

—Sandra, no me aclaro mucho, pero será bueno para ambos... -paras al verme y noto como te incómodas. —No me dijo más nada sobre que era o para que... -estás moviéndote mucho.

—¿Stiles? -me miras, me animó a dar unos pasos frente a ti. —No, te are nada. -no respondes, me acerco hasta acariciar tu mejilla. —Esto es parte de lo que dijo Sandra, ¿Recuerdas? -susurro, para no asustarte.

—Es... Que... Aún... -sonrió al instante que me miras, aún me tienes miedo.

—Lose amor, sólo quiero que sepas que nunca volveré hacerte esas cosas. -busco tus manos y las acerco hasta mi rostro, así besó con cuidado cada uno de tus nudillo.

—Lose, creo en ti... -susurras. —Ya es tarde Derek... Y mañana... -acerco mi rostro hasta el tuyo, callas y me miras con dudas en tus ojos...

—Solo, será un beso. No pido nada más Sty... -me voy acercando poco a poco hasta tocar tus labios, no respondes. Junto nuestros labios y sin nada más me separo. Sólo un simple y casto beso. —Buenas Noches... Descansa amor. -y salgo sin mirar atrás. Aún es un gran reto para ambos. Aún no es tiempo de avanzar tanto.

Mirar el paso del tiempo y corregir nuestro presente.
Observar como el mundo cambia y nosotros a su vez también lo intentamos.
Tantos pasos viejos y nuevos por corregir ante cada día, cada momento y espacio.

10 de Julio del 2015

—¿Están listos? -ambos afirmamos ante la pregunta entusiastas de Sandra. —Derek, corazón quiero que tú valla por esa puerta y tú Stiles vendrás conmigo. -sonríe alegremente la morena. —Cuando pase la hora y mediada nos encontraremos en la entrada, ¿entendido? -otra vez afirmamos.

Sandra toma mi mano con ternura, como siempre lo hace mejor dicho. Y nos despedimos de Derek que ingresa en un cuarto junto al que nosotros ingresaremos. Al ingresar San me indica que debía sentarme en una de la cuantas bancas vacías que hay, observó el lugar y me recuerda mucho a la escuela primaria. Hay personas tanto mujeres como hombres por igual. Sandra sólo me guiña un ojo en señal de tranquilidad. Los minutos pasan y ya luego ingresan dos personas más además de las anteriores que terminaron de llenar el gran salón. Los últimos fueron una mujer diría de unos 27 o en sus 30 años acompañada de un hombre de entre la misma edad.

—Buenas a todos. Mi nombre es Julieta, espero que no se hayan aburrido de esperar, el tráfico hoy en día es realmente un caos. -sonríe la muchacha, mientras escribía algo en la pizarra tras suyo.

—Buenas, mi nombre es Manuel y si tengo que acompañar a la señora que se durmió y puso de escusa el tráfico. -todos rieron ante la mirada fulminante de la castaña.

—Hay Manu, eres cruel. No me dejas dar una buena impresión aunque sea en la primer reunión. -cruza sus brazos ofendida y el otro la ignora para continuar hablando.

—Ya que, no tienes remedio. -suspira. —Pasemos mejor a lo importante. Ahora veo que somos bastantes. -piensa un momento. —Bueno, como supongo que no saben, ya que conociendo aquí a nuestra colega Sandra los convocó pero sin decirle el motivo. -todos asentimos. San sólo sonríe inocentemente.

—Esto es una especie de terapia en grupo. -dice Julieta. Seguida de la mirada asustada de todos, si hasta la mía. —Tranquilos, nadie tiene que decir nada si no está listo. Pero sería bueno que cada quien escuche la experiencia del otro, tanto los pro como sus contra, creo que sería bueno saber algo que nos servirá como apoyo. -sonríe gentilmente y mira a su compañero.

"No, ya no eres el mismo". (Sterek). [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora